Los peruanos somos muy orgullosos y celosos con nuestra comida. Sobre todo con el ceviche. Existen infinitas teorías sobre su origen y miles de opiniones y polémicas de cómo debería ser el ceviche clásico y tradicional peruano. Luis Martin Alzamora, blogger gastronómico de Papea Perú, fue para el otro lado de la figura. A buscar 5 ceviches no tradicionales que valen la pena probar este 2020.
Por Luis Martin Alzamora / Foto abridora de El Trinche
Ceviche Enterrado – Barra Sullorqui
Generosos cortes de pesca del día y pulpo, enterrados en arena de bonito. Conocida también como Katsobushi, esta arena le inyecta un ‘boost’ de umami al ceviche y le da un sabor y textura muy interesante. Muchísimo sabor en un solo plato. Imperdible si quieres probar algo nuevo.
Ceviche Marciano – Sutorito Makketo
Cubos de atún, marinados en sal, ají limo, kión y algunos secretos con una cremosita leche de tigre marciana a base de culantro y ají charapita. Un toque de chalaquita y patacones fritos para acompañar. Uno de los ceviches más pedidos en Makketo.
Ceviche Galactico – El Mercado Restaurante
Y si Makketo tiene el ceviche marciano, el Mercado de Rafael Osterling tiene el ceviche galáctico! Es un cevichito de pesca del día con conchas de abanico de Paracas , pulpa de cangrejo popeye y una poderosa y fresquísima leche de tigre de erizos como para redondear todos los sabores en la boca. Espectacular!
Ceviche de Bonito – Altoke Pez
En su mejor momento, en plena temporada de bonito, Tomas Matsufuji prepara un simple pero no menos delicioso ceviche de bonito. Contundentes cortes de bonito curado en sal del día anterior, unas gotas de oliva, arúgula cortada, leche de tigre y un poco de cebolla. Así de simple y así de perfecto.
La Guardia Imperial – Canta Ranita de Barranco
Una de las fijas si caes por acá. Una cama de finos cortes de pescado, cubierto por tiernísimo pulpo a la parrilla con una crema de ají amarillo, acompañado de laminas de palta, alcaparras y los infaltables camote y choclo. La parte de gloria de este ceviche es que cada uno chorrea la leche de tigre sobre él, haciendo de este un momento mágico.