La humanización de mascotas es un tema del que se habla mucho hoy en día, justamente porque es una práctica –o un conjunto de prácticas– cada vez más extendida. Pero, ¿qué significa realmente humanizar a nuestro gato o a nuestro perro? ¿Cómo sabemos si lo estamos haciendo y qué riesgos conlleva? Al respecto, conversamos a fondo con un especialista en el tema.

Por Redacción COSAS

Seguramente has visto que cada vez son más las cuentas de Instagram que promocionan productos como ropa para perros o disfraces (sobre todo ahora que estamos ad portas de Halloween), o que incluso ofrecen todo para la celebración de cumpleaños de nuestros amigos fieles. Y, sí, las fotos de nuestra mascota vestida con un disfraz de lo más divertido pueden ser una lindura, pero ¿qué nos diría esta si pudiera hablar? (En la foto siguiente, vemos que a veces ni siquiera hace falta que hable para saberlo).

@grumpy.grandpaw

Aunque pueda parecer exagerado, la humanización de mascotas es considerada por muchos expertos como una forma de maltrato animal. Así como lo lees. Si bien nuestra intención no sea en absoluto la de hacerles daño a nuestros engreídos –sino justamente consentirlos–, a veces podemos proyectar necesidades y deseos nuestros sobre ellos, tergiversando sus preferencias, su esencia y sus instintos animales. Al dotarlos de atributos típicamente humanos, podemos no solo causar trastornos en su conducta, sino también ocasionar problemas asociados con el estrés, la irritabilidad y la agresión.

Para tener una idea más clara sobre cómo evitar estas prácticas y desarrollar dinámicas más saludables con nuestros perros o gatos, consultamos con el Dr. Carlos Becerra, médico veterinario de Gabrica, empresa líder en soluciones integrales para mascotas con casi 30 años de experiencia en el rubro.

1. ¿Cuán importante es nuestra salud mental a la hora de criar a nuestra mascota? ¿Es posible que descarguemos algunos de nuestros problemas mentales con nuestros animales?

Muy importante, ya que muchos de nuestros comportamientos y sentimientos –tanto positivos como negativos– se verán reflejados en cómo criamos a nuestras mascotas. Ahora bien, debemos tener en cuenta que la presencia de una mascota en nuestra vida también será motivadora, por lo que es probable que, a la vez, tratemos de ser mejores seres humanos para ellos, y para la sociedad en general. Es clave que tengamos en cuenta las 5 libertades animales y que comprendamos la naturaleza de nuestras mascotas como animales de compañía.

2. Creemos que el cariño es lo más importante, pero ¿qué hay de la disciplina y el ejercicio físico? ¿Sentar límites es tan importante como demostrarles amor a nuestras mascotas?

Es un aspecto fundamental para una buena relación; de hecho, establecer límites es un acto de amor. Asimismo, generar rutinas de ejercicios hace que nuestra mascota sepa identificar más claramente los momentos adecuados para cada actividad, así como también lo que es correcto y lo que definitivamente no debe hacer. Hay que enseñar con paciencia, premiar con cariño, corregir con firmeza y ser consistentes en lo que compartimos con nuestros animalitos.

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3. En ese sentido, ¿cómo podemos demostrarles amor a nuestras mascotas sin humanizarlas? 

El afecto físico también es fundamental, y hay que reconocer que existen maneras correctas de demostrarlo. Estas puedes ser realizar actividades en común, darles una caricia o premiarlos con una galleta, también dirigirles palabras de afecto… Pero, sobre todo, debemos recordar también que respetar su naturalidad y brindarles espacios para desarrollarla es, por sí misma, una gran demostración de amor.

4. ¿Cuáles de entre las siguientes acciones pueden resultar humillantes para nuestras mascotas?: Dejarlos dormir en nuestra cama, besarlos y abrazarlos, ponerles ropa, hacer que usen pañal.

Cada uno de esos actos debería ser analizado en un contexto propio; si alguno de estos actos va a generar dependencia del contacto humano, temores, ansiedad por separación, debemos evitarlo. Me explico: si acostumbro a mi mascota a dormir en mi cama, es probable que cuando yo no pueda hacerlo por cualquier motivo, esto le genere sufrimiento; entonces, en este caso, es más apropiado que ellos tengan sus espacios adecuados, propios. Besarlos podría ser agradable para ellos, sin embargo, debemos analizar qué tan higiénico resulta en cada caso. En cuanto a los abrazos, son muy agradables siempre y cuando sean mutuos, voluntarios, no forzados. Las ropas, al igual que pueden protegerlos de condiciones climáticas extremas, también pueden deteriorar la salud de su piel y la calidad de su pelaje. En cuanto a los pañales, se debe evaluar en cada caso si es necesario su uso o no y, en caso de que sí, usarlos adecuadamente. Ocurre que, con ciertas actitudes, corremos el riesgo de ignorar lo que es natural, sano y produce felicidad para nuestras mascotas en pro de querer que realice determinadas actividades o que parezca un ser humano pequeño; esto, a largo plazo, va a generar sufrimiento en ellos e, incluso, en el peor de los casos, podría generar enfermedad. Como ya mencioné, es necesario enmarcar estas acciones dentro de un contexto, pero, en general, debemos evitar adjudicarles a nuestros animalitos necesidades que realmente no tienen, como hacer que celebren cada cumpleaños, vestirlos con prendas o disfraces que no les permiten movilidad o frescura (solo porque se ven lindos), hacer que usen accesorios como joyas y otros similares, evitar su libre movimiento al mantenerlos alzados o en coches, hacerlos caminar en dos patitas, entre otras.

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5. ¿Qué tipo de daño podemos causarles con estas prácticas?

Para ponerlo simple, un animal que no conoce las reglas, que no tiene claro quién es el líder de la manada en casa, que no realiza la actividad física necesaria para liberar tensiones y que está imposibilitado para socializar sanamente  –porque siempre va vestido o es transportado en coche o en un bolso de mano–, tarde o temprano desarrollará trastornos de conducta muy serios.

6. Parte de nuestras responsabilidades como padres de una mascota es ejercitarla. ¿Cómo cumplir con esto si, por normativa, debo tener a mi perro siempre con correa? 

Podemos ejercitarlos de varias maneras: buscando actividades periódicas en las que tanto nosotros como ellos podamos liberar energía y pasar un rato agradable. En caso de que las normas no nos permitan dejar libre a nuestro perro, podemos buscar correas más largas o, incluso, retractiles o enrollables. Recordemos que las correas están diseñadas para mantener a nuestras mascotas seguras y a nuestro alcance. También se puede buscar un sitio adecuado donde las normas sí nos permitan soltarlos, eso sí, vigilando siempre la seguridad e integridad de nuestras mascotas y nunca perdiéndolas de vista. Incluso, podemos recurrir a actividades especiales, como la natación, siempre de acuerdo a las características físicas de nuestro perro, para asegurarnos de protegerlo de lesiones y de posibles riesgos.

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7. ¿Vestirlo para una ocasión especial o ponerle zapatos para que no se le mojen las patas si llueve (es decir, hacer estas cosas de manera ocasional) cae en la humanización también? ¿Podemos darnos esas licencias de vez en cuando?

El hecho de que puedan caminar por diferentes tipos de terrenos normalmente fortalece y ejercita sus patitas, además de que hace que sus sistemas –entre ellos el sistema inmunológico– se mantengan sanos. Si se trata de evitar la lluvia, por ejemplo, una capa impermeable evitara que su pelaje se moje y que pueda llegar a ensuciarse o a tener mal olor. En algunos casos, el calzado podría protegerlos también de las condiciones climáticas… pero debemos limitar estos artículos a momentos indicados y supervisados. En caso de dejarlos solos con estas prendas, ellos pueden llegar a morderlas, y entonces tendríamos un problema; incluso, también podrían llegar a almacenar humedad, deteriorando la salud de su piel.

8. ¿Qué hacer si ya cometí el error de humanizar a mi mascota? ¿Hay vuelta atrás?

La buena noticia es que sí hay vuelta atrás; sin embargo, se trata de un proceso que consiste en estimular y premiar los comportamientos normales para su especie. Debe hacerse gradualmente para que ellos no sientan ningún tipo de rechazo sentimental, debido a las rutinas a las que ya se habían acostumbrado. Este proceso puede ser acompañado de la tutoría de un médico veterinario y la utilización de Esencias Florales de Bach.