Nuestros personajes favoritos a veces tienden a tener relaciones tóxicas pero, a pesar de eso, seguimos queriéndolos y teniéndoles esperanza más que nunca. A continuación, te explicamos por qué.
Por Marina Novoa
Aunque no nos demos cuenta, las relaciones tóxicas siempre han existido en nuestras series y películas favoritas. Ejemplos existen muchos: Carrie Bradshaw y Mr. Big, de Sex and The City, Damon y Elena de The Vampire Diaries, Ted y Robin de HIMYM, Blair y Chuck de Gossip Girl, Ross y Rachel de Friends… Muchos son personajes cuyas historias nos han mantenido enganchados hasta el último minuto. Pero, si son relaciones poco saludables, ¿por qué nos siguen gustando? ¿Por qué nuestras series y películas favoritas tienen estos personajes tóxicos?
Un ejemplo más reciente está en el nuevo lanzamiento de Netflix Sex/Life. Esta serie, entre otras cosas, incluye una obsesión del personaje principal, Billie, con su exnovio, Brad. Si bien el show muestra una dualidad entre la vida de los suburbios y los excesos de Manhattan, rápidamente el espectador se puede dar cuenta de que Brad es un personaje abusador e increíblemente tóxico. Sin embargo, Billie ve la relación de una manera completamente diferente, incluso romántico, que se ve justificado por la explosiva química que ambos tienen en la cama. Los aspectos negativos se veían rápidamente olvidados. Este escenario suena familiar, porque se repite constantemente en la televisión, solo que de diferentes maneras.
Entonces, ¿por qué romantizamos relaciones tóxicas? Sarah Davies, psicóloga y terapeuta, nos explica que las relaciones tóxicas comienzan como un “gran romance”. En esta etapa no faltan los regalos, mimos, palabras bonitas, y gestos llenos de amor. A esto lo denomina “bomba de amor”. No obstante, deja a la persona que lo recibe con una peligrosa y falsa sensación de poder, con la creencia de que pueden cambiar a su pareja, la cual puede ser infiel, no disponible, abusiva, etc. “Ese pensamiento fantasioso te enfoca en lo que tu pareja puede llegar a ser o en cómo puede cambiar; en lugar de hacerte ver la dura realidad”, confirma Davies. Esta fase genera un constante viaje al pasado (“bomba de amor”) y al futuro (potencial de la pareja), creando un constante fantaseo con una situación diferente que no deja ver el presenta. Por eso es que las personas llegan a “justificar” comportamientos tóxicos.
Muchos romances turbulentos de la televisión, teatro, libros e incluso celebridades tienen mucho de esto. Tal vez estas “grandes historias de amor” nos alienta a pasar por alto las señales de alerta que no deberíamos ignorar en la vida real. El drama nunca debería anteponerse a la felicidad y tranquilidad. Sarah Louise Ryan, experta en relaciones, explica este problema: “Estos shows no solo normalizan el abuso, sino que también hacen ver muy glamorosas las relaciones tóxicas. Esto puede dar lugar a impresiones negativas, tanto en espectadores vulnerables que atraviesan relaciones tóxicas; así como las personas más jóvenes, que pueden quedarse con esta impresión de lo que significa salir en pareja”.
Y lo interesante de todo esto es que, cuando vemos a estos personajes, incluso cuando sabemos que la relación está mal, siempre permanecemos optimistas. Queremos que, a pesar de todo, triunfen. Lo peligroso es que podemos llegar a filtrar nuestras relaciones con los mismos ojos. Sally Baker, terapeuta especializada, explicó que estas historias, sin importar lo tóxicas que sean, normalmente tienen un final feliz. Carrie, Blair y Rachel terminaron felices con sus hombres. “Sin importar lo que hayas teniendo que vivir, y las veces que te defraudaron o rompieron el corazón, si puedes mantener el objetivo siempre claro (de casarte con él) de alguna manera llegarás a tu final feliz”, habla la terapeuta sobre el mensaje que mandan estos escenarios.
Pero ¿hasta cuándo dura este final feliz? ¿hasta qué punto es una ilusión? Es importante no buscar falsas esperanzas en una relación tóxica, sobre todo en nuestras vidas, solo porque la cultura pop nos brinda esa ilusión. Este tipo de comportamientos no son algo que se debe “superar” para llegar a un final soñado, como nuestros personajes favoritos. Es importante darnos cuenta de las relaciones sanas y tóxicas que tenemos en nuestras vidas y analizarlas de manera real. Una pasión desenfrenada no vale nada si el resto de la relación es insatisfactoria. Debemos aprender a alejarnos de esta fantasía que nos presentan las pantallas, y buscar algo más sano y realista por nuestro bien.
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