Con casi dos décadas de experiencia, el doctor Herbert Cárdenas del Carpio, vicepresidente de la Sociedad de Radioterapia del Perú, explica cómo las nuevas tecnologías y técnicas, como la braquiterapia, están transformando el tratamiento del cáncer en un país donde el diagnóstico tardío sigue siendo uno de los principales retos.
Por Redacción COSAS
El cáncer es hoy una de las principales amenazas para la salud pública en el Perú. Cada año se detectan más de 70 mil nuevos casos y más de 40 mil personas fallecen a causa de esta enfermedad, según datos del Ministerio de Salud y del Observatorio Global del Cáncer (GLOBOCAN). Lo más alarmante es que más del 60 % de los diagnósticos se hacen en etapas avanzadas, cuando las posibilidades de tratamiento exitoso se reducen considerablemente.
El doctor Herbert Cárdenas del Carpio, médico radioncólogo y actual vicepresidente de la Sociedad de Radioterapia del Perú, lleva casi veinte años tratando pacientes con cáncer mediante el uso de radiaciones. Desde su experiencia, señala que el gran problema en el país no es solo la enfermedad en sí, sino las barreras para detectarla y tratarla a tiempo. La escasez de equipos, la falta de programas de prevención, el acceso limitado a servicios especializados en regiones y las listas de espera en hospitales públicos son factores que siguen marcando una gran diferencia en los resultados.

La radioterapia externa utiliza haces dirigidos con precisión milimétrica para tratar distintos tipos de cáncer.
En este contexto, la radioterapia cumple un rol crucial. Se estima que alrededor del 70 % de los pacientes con cáncer necesitarán este tratamiento en algún momento, y un 20 % de ellos podría requerir una segunda intervención. La radioterapia utiliza radiación ionizante para eliminar células cancerosas o frenar su crecimiento, y puede aplicarse de forma externa —mediante haces dirigidos al tumor desde fuera del cuerpo— o interna, como en la braquiterapia.
“La braquiterapia permite colocar directamente la fuente de radiación dentro o muy cerca del tumor, lo que nos da mayor precisión para atacar el cáncer sin dañar los tejidos sanos que lo rodean”, explica el doctor Cárdenas. Esta técnica es especialmente eficaz en tumores como los de cuello uterino, próstata o piel. En el Perú, se aplica utilizando tecnología de alta tasa de dosis (HDR), lo que permite que el tratamiento sea ambulatorio, rápido y muy focalizado.

“La braquiterapia permite aplicar dosis altas de radiación directamente en el tumor, protegiendo los tejidos sanos”.
Aunque el tratamiento con braquiterapia puede ocasionar leves efectos secundarios —como molestias urinarias o pélvicas, dependiendo del tipo de cáncer—, suelen ser pasajeros y tratables. “En general, los beneficios superan ampliamente a los riesgos”, asegura el especialista.
En muchos casos, la radioterapia y la braquiterapia se combinan con otros tratamientos para lograr mejores resultados. “En el cáncer de cuello uterino, por ejemplo, solemos empezar con radioterapia externa para reducir el tamaño del tumor. Luego aplicamos braquiterapia para consolidar el tratamiento y, en paralelo, se administra quimioterapia para potenciar el efecto. Así aumentamos las posibilidades de controlar la enfermedad o, incluso, curarla. Lo mismo sucede en pacientes con cáncer de próstata, en los que la radioterapia y la braquiterapia tienen un rol curativo”, explica.

Dr. Omar Rosales, Dr. Felipe Castro, Dr. Herbert Cárdenas del Carpio, Dra. Claudia Narváez y Dr. Luis Gamarra.
Uno de los mayores avances de los últimos años en este campo ha sido la incorporación de nuevas tecnologías. Técnicas como la Radioterapia de Intensidad Modulada (IMRT), la Radioterapia Guiada por Imágenes (IGRT) y la Radiocirugía Estereotáctica permiten concentrar la radiación con una precisión milimétrica, protegiendo los órganos sanos y reduciendo al mínimo los efectos secundarios. En el Perú, cada vez más centros de tratamiento cuentan con aceleradores lineales de última generación, lo que ha mejorado notablemente la atención en radioterapia externa.
“El progreso tecnológico ha cambiado por completo la manera en que tratamos el cáncer. Hoy podemos ofrecer terapias más efectivas, menos invasivas y con mayor calidad de vida para los pacientes”, señala el doctor Cárdenas. Aun así, advierte que el acceso a estos tratamientos sigue siendo desigual. La brecha entre Lima y las regiones es evidente, y es allí donde los esfuerzos del Estado y el sistema de salud deben concentrarse.
Con una mirada integral y basada en la evidencia, el doctor Cárdenas impulsa una oncología moderna, precisa y centrada en el paciente. Una que no solo se basa en las herramientas médicas, sino también en la urgencia de construir un sistema más justo y eficiente, capaz de responder al desafío del cáncer con mejores resultados para todos.
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