Fiel a su lema de exigencia e innovación, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) ha sabido repensar la enseñanza de la moda y desarrollar una carrera que les permite a aquellos interesados en el tema no solo explorar los intersticios de su propia creatividad, sino enfrentarse al mundo laboral con éxito.

Ximena Villarán, Directora de la carrera y tres de sus mejores alumnas nos cuentan, desde su propia experiencia y través de su trabajo, el por qué la Carrera de Diseño y Gestión en Moda es la mejor oferta académica del rubro en el mercado.

XIMENA VILLARÁN (Directora)

Su paso por prácticamente todas las áreas de la industria de la moda la convierte en la figura idónea para la dirección de la carrera. En sus más de veinte años de experiencia profesional, tanto en el mundo del retail como en el de la industria textil y de confección, ha sido gerente comercial en empresas peruanas dedicadas a la exportación de prendas y creadora de áreas de diseño dentro de las mismas. Es decir que ha participado en todo el proceso concerniente a la industria indumentaria: desde la creación del producto hasta el despacho del mismo, que implica toda una logística de exportación detrás. “Todo eso es lo que ahora traigo a la UPC”, afirma.

Partiendo de la identificación de la carencia existente en el mercado –la de formar profesionales que sepan de gestión además de diseño–, la UPC se ha encargado de desarrollar un sólido soporte de gestión para sus alumnos. Sabiendo, además, que el de la moda “no solo es un mercado sino un ambiente muy competitivo” y que “los diseñadores somos muy emotivos”, el soporte que brinda la universidad no se queda en lo profesional, sino que toma en consideración las expectativas y necesidades específicas de cada alumno. “A los chicos los tratamos como lo que son: seres humanos, diseñadores. No son un número, no son un apellido, y, definitivamente, son mucho más que un código”, expresa Ximena.

Otro factor diferencial de la oferta de la UPC consiste en las oportunidades internacionales que ofrece gracias a sus convenios y misiones académicas. “El año pasado fuimos a Francia, a Bélgica y a Holanda. Estuvimos en París, en la mejor casa de bordados, Maison Lesage, y visitamos el museo de Yves Saint Laurent y el de Pierre Cardin; luego, en Bélgica, aprendimos sobre el encaje bordado a mano, mientras que, en Holanda, asistimos a la Semana del Diseño de Amsterdam, ciudad en la que además trabajamos por dos días en el Amsterdam Fashion Institute”, cuenta Ximena. “¡Los chicos estaban fascinados!”, recuerda. En definitiva: un recorrido que abarcó desde lo más tradicional hasta lo más vanguardista.

SOLEIL CUELLAR

A Soleil el bichito de la moda le entró a través de la literatura. “Hamlet” es, de hecho, uno de sus grandes referentes. Además, su madre es pintora, entonces “desde muy joven he vivido en un mundo muy artístico y crítico”, relata. Ella acaba de graduarse de la carrera de Diseño y Gestión en Moda y ya alista maletas para volar a Milán, donde realizará un curso de especialización.

Gracias a su afán investigativo, fomentado por la universidad, Soleil desarrolló un proyecto de tesis inspirado en “Los Anormales”, un curso dictado por el intelectual francés Michel Foucault que versaba, en líneas generales, sobre “cómo la sociedad discrimina, encierra, se horroriza, observa a personas que son diferentes por distinta índole”, según explica la diseñadora. Su colección cápsula, “Romeo”, tan llena de alegorías y significados, es la que le valió el premio “Nuevos Talentos” en la más reciente edición del LIF Week que pronto la llevará a Milán.

MARISOL VALLEJO 

Ella es otro ejemplo del tipo de profesionales que está formando la carrera de Diseño y Gestión en Moda de la UPC, pues a sus 27 años ha tenido un acercamiento importante tanto al proceso artesanal como al industrial. Luego de llevar un curso en la Universidad de Santa Fe, Nuevo México, con profesoras de la Pearl Academy (India), decidió basar su tesis en una colección que giraba en torno a las fibras y tintes naturales extraídos de plantas, piezas que ella misma tiñó tras aprender las fascinantes técnicas de un grupo de mujeres de Iquitos.

Actualmente, Marisol trabaja en el área de diseño de una empresa que elabora ropa de deporte. “Aunque es alejado a lo que me imaginaba que iba a hacer en algún momento, ¡me encanta! Hay tantas cosas a las que ni te imaginas que tienes que prestarles atención… ¡Es dificilísimo!”, reconoce con emoción.

MACARENA VIZCARRA

Haber nacido en el Perú marcó fuertemente el destino académico de Macarena y su estilo como diseñadora. “Hay demasiada historia detrás como para no tomarla en cuenta”, dice, en referencia a las milenarias artes textiles de nuestro país. “De una u otra manera, siempre toco el tema de Perú en mi ropa”. Prueba de ello es la colección en la que está trabajando actualmente a manera de tesis.

Inspirado en la cultura Moche, este conjunto de prendas “contribuye de una manera social a Lima”, dice Macarena. “Las mujeres moche utilizaban la indumentaria y específicamente la iconografía en prendas como medio para empoderarse. Yo actualizo esa iconografía moche buscando generar el mismo efecto en la sociedad actual, que muchas veces es represiva en torno a la mujer y la moda”.

Macarena, próxima a graduarse, ya tiene asegurada una beca para estudiar en el EIML (École Internationale du Marketing de Luxe) de París. Antes, había viajado al exterior también gracias a un intercambio que realizó como parte de sus estudios, a Milán. “Estudiar en otro país te ayuda a valorar lo que tienes acá, el entorno… ¡Desde la facilidad que tenemos para ir a comprar las telas! Allá es muy distinto…”, reflexiona. “Yo agradezco a la UPC por esas oportunidades invaluables”.