Las cirugías bucales no tienen por qué ser traumáticas. Ese es el fin del doctor Alfredo Zuiko, más conocido como “Papá cirujano”, quien, con doce años de trayectoria como cirujano, quiere cambiar el chip de la cirugía maxilofacial y humanizarla. Hacerla menos traumática, sin perder el profesionalismo que esta requiere.

Por Redacción COSAS

Estudió Odontología e hizo su residentado y su maestría en Cirugía Bucomaxilofacial en la universidad Cayetano Heredia. Hoy, el doctor Zuiko está convencido de que la cirugía bucal es su vocación, “me permite comprender aspectos patológicos, dentales y maxilares, y darles solución con tratamientos que cambian vidas”.

¿Los problemas maxilofaciales son más comunes de lo que creemos?

Así es, en mi centro quirúrgico vemos a diario problemas que abarcan desde los dolores típicos de la “muela del juicio”, hasta la detección/tratamiento de tumores y quistes de los maxilares y otras afecciones.

¿Cuán importante es la tecnología en el avance de la cirugía bucal?

Es muy importante. Contribuye a una mejor recuperación posoperatoria. Por ejemplo, el uso del ultrasonido en la osteotomía (corte de hueso) reduce el dolor e inflamación; lo mismo ocurre con el láser, que además acelera la cicatrización, olvidándonos de los incómodos hilos de sutura.

Papá Cirujano. Alfredo Zuiko. (2)

El doctor Zuiko, con vasta trayectoria, está convencido de que el cirujano puede hacer más cercana esta especialidad, “poniéndole corazón”.

Los pacientes se atemorizan por la cirugía. ¿Cómo darles tranquilidad?

Solo me pongo en su lugar. Soy sincero y los preparo para el “después”. Mi objetivo es que mis pacientes encuentren en mí no a un cirujano, sino a un amigo, a un padre, un hermano. Muestro mi lado humano y no mi lado de cirujano. Ese lo dejo para la sala de operaciones.

Papá Cirujano. Alfredo Zuiko. (1)

“Mi objetivo es que mis pacientes encuentren en mí no a un cirujano, sino a un amigo, a un padre, un hermano”, comenta el doctor Zuiko.

¿Y en el caso de los niños?

He aprendido a conciliar con ellos. Conozco a mis pequeños pacientes antes de la cirugía, para darles tranquilidad. Juego con ellos y les muestro algunos instrumentos explicándoles que nada les hará daño. Les prometo que después de la tormenta viene “el helado”.

¿Por qué su centro se llama “Papá cirujano”?

Hace un año soy “Papá cirujano”, porque me convertí en padre de Tamie (4 años) y Suemi (2 años). Eso cambió mi vida personal y profesional. Hoy, trato a mis pacientes como me gustaría que traten a mis hijas.

¿Cuál es su objetivo profesional?

Primero, lograr que el público conozca más de la cirugía maxilofacial. Segundo, establecer confianza. Con el avance de la tecnología, hemos tenido mayor éxito versus los tratamientos tradicionales. Hoy, por ejemplo, la extracción de la muela del juicio no debe tomar más de quince minutos. Los terribles procesos inflamatorios que duraban un mes por una cirugía ortognática también son cosa del pasado. Por último, todo tratamiento debe ser abordado por un especialista y no ser improvisado. Como dice el refrán, “Zapatero a tus zapatos”.

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