Con una propuesta que dota a sus estudiantes de capacidades globales, basada en la evidencia de un mundo cada vez más cambiante, el colegio Áleph y el nido La Casa Amarilla brindan a sus alumnos una formación activa y práctica, que les permitirá desarrollarse con éxito ante un futuro impredecible. Conversamos con Fiorella De Ferrari, cofundadora y responsable del diseño del modelo educativo de ambas instituciones educativas.

Por Redacción COSAS

La educación no es ajena a las dinámicas del mundo de hoy, lo que hace que las metodologías y modelos de enseñanza deban estar en constante evaluación. De esta manera, se garantiza que los sistemas de aprendizajes estén alineados no solo a las nuevas tendencias de la educación mundial, sino a los nuevos descubrimientos sobre el comportamiento humano y sus formas de adquirir, retener y aplicar el conocimiento.

Conscientes de ello, la propuesta educativa del colegio Áleph y el nido La Casa Amarilla está basada en la evidencia e inspirada en propuestas pedagógicas más exitosas a nivel internacional. El objetivo es formar estudiantes y ciudadanos con las herramientas necesarias para adaptarse a nuevos contextos y desempeñarse satisfactoriamente en cualquier universidad del mundo. Por ello, tanto en Áleph como en La Casa Amarilla el aprendizaje es dinámico y activo, a partir del pensamiento de diseño, ligado al PBL (Project Based Learning), que trabaja con equipos altamente motivados e interdisciplinarios que se apoyan en la innovación y la creatividad.

 

Para Fiorella De Ferrari, cofundadora de La Casa Amarilla y el Colegio Áleph, la educación basada en evidencia está referida a “entender qué sabemos hoy sobre la ciencia del cerebro, sobre la ciencia del aprendizaje, sobre el desarrollo humano, así como las capacidades que se han identificado como necesarias para vivir en el mundo de hoy”.

Pero ¿cómo garantizar que los estudiantes desarrollen las habilidades necesarias para adaptarse al mundo de hoy de forma empática y efectiva? Para De Ferrari, la clave está en la aplicación de diversas estrategias complementarias que persigan el objetivo común de dotar a los niños y jóvenes de herramientas para afrontar contextos diversos y cambiantes. En esa línea, De Ferrari explica algunos de los principales pilares de enseñanza del colegio Áleph.

“Uno de nuestros pilares es tener una imagen positiva del estudiante y el convencimiento de que son personas competentes, no solo capaces de construir conocimiento, sino además de diseñar soluciones para contribuir con la sociedad. Además, entendemos (en base a evidencia) que el aprendizaje es más efectivo cuando es colaborativo, y es algo que nos lo dicen las empresas y el mundo universitario. Otro pilar es el pensamiento de diseño, que desde nuestra perspectiva debe entrar en la escuela. Por último, concebimos el espacio físico de la escuela como un maestro más, que debe estar alineado con nuestros valores y principios, y estar muy bien pensado y diseñado para que sirvan como provocadores y activadores de procesos complejos de pensamientos y acción”, afirma De Ferrari, experta en metodologías educativas.

Fiorella De Ferrari, cofundadora de La Casa Amarilla y el Colegio Áleph.

INTERNACIONALIDAD Y CAPACIDADES GLOBALES

En un contexto en el que es necesario dotar a niños y jóvenes de competencias transversales, decisivas para adaptarse a contextos diversos, resulta esencial el esfuerzo del colegio Áleph por brindar una experiencia bilingüe con estándares internacionales de calidad. Prueba de ello es la alianza de Citizens High School, un diploma dual que le permite a los egresados de Áleph graduarse con el bachillerato estadounidense y así ingresar desde su etapa formativa básica al modo de aprender de universidades en Norteamérica y Europa.

Al respecto, De Ferrari explica que seguir estándares educativos de calidad a nivel internacional permite a los egresados de Áleph ser ciudadanos globales, que están listos para estudiar en cualquier lugar del mundo, preparados para adaptarse a contextos nuevos, con una amplia caja de herramientas a su disposición para enfrentarse a la complejidad del mundo de hoy. “Son chicos que saben investigar, diseñar, implementar soluciones que impactan de manera positiva en su entorno. Y lo hacen, además, trabajando con destreza porque manejan proyectos de investigación, saben conectar e integrar disciplinas, y se sienten muy cómodos trabajando con el pensamiento de diseño”, comenta De Ferrari.