La semana de carreras de caballos más popular del Reino Unido acaba de iniciar esta mañana. Una vez más, diversos royals y personalidades británicas se reunieron en el hipódromo de Ascot para derrochar elegancia, entre ellos, la duquesa de Sussex. 

El Ascot Day no es un evento cualquiera. Incluso, podríamos decir que aquí lo deportivo tiene la misma importancia que el dress code, donde los sombreros y los tocados son más que una obligación. Esta carrera, que dura cinco días, es extremadamente importante para la familia real británica. Según el New York Times, la reina Isabel II ha asistido a cada edición del Royal Ascot durante su reinado, dejando en claro su pasión por la hípica. 

La reina Isabel II en el Royal Ascot de 1999.

La primera aparición de la reina Isabel en el Royal Ascot fue en 1945. Desde ese entonces, la tradición habla por sí sola: el evento inicia con la Royal Procession, en la que miembros de la familia real llegan en carrozas al Hipódromo de Ascot en un recorrido que inicia en el Castillo de Windsor. El Royal Carriage es considerado el highlight de la inauguración, ya que aquí los royals son recibidos por el público. 

Debut real

En esta edición de la carrera, el príncipe Harry y Meghan Markle hicieron su debut como esposos y duques de Sussex y se robaron el protagonismo de otros asistentes con su romántica aparición. Ellos llegaron al hipódromo en el tercer carruaje, junto con el conde y la duquesa de Wessex.

La duquesa de Sussex brilló en su primer Royal Ascot con un delicado vestido blanco de Givenchy. El look, un midi dress estilo camisa, se complementó con un elegante sombrero de Philip Treacy y un pequeño cinturón negro. 

La ausencia de los duques de Cambridge en el evento fue una gran incógnita. Según la revista Hola, Kate Middleton no asistió a la inauguración porque “ha reducido considerablemente su agenda desde que nació el príncipe Louis en abril”. Por otro lado, su esposo, el príncipe William, asistió como representante de la corona al International Business Festival 2018.