Cincuenta y dos años después del cierre de sus talleres originales de alta costura, Balenciaga anuncia el resurgimiento de su línea más selecta. El director creativo Demna Gvasalia ha asumido este reto.
Por Redacción COSAS
El diseñador ha señalado que creará un nuevo taller inspirado en el antiguo espacio de Balenciaga dedicado a la alta costura, ubicado la Avenue George V en París. Así, Gvasalia tiene previsto que la casa española retorne al calendario de la Semana de la Moda de Alta Costura en el mes de julio.
El también cofundador de Vetements se unió a la firma en 2015, tras un breve periodo de dos años en los que estuvo a la cabeza Alexander Wang. Desde entonces, Demma ha creado de manera consistente colecciones de prêt-à-porter bastante exitosas y adoradas por las multitudes. «La alta costura es la base de esta casa», sostiene Gvasalia y agrega: «por lo que es mi deber creativo traer la couture de nuevo a Balenciaga«.
Por su parte, Cedric Charbit, presidente y CEO de la marca señaló que el proyecto «es posible gracias al éxito de la visión creativa de Demna Gvasalia, así como a los resultados excepcionales de Balenciaga en los últimos años».
«Para mí, couture es un modo inexplorado de libertad creativa y una plataforma para la innovación», afirma Gvasalia. «No solo ofrece otro espectro de posibilidades en la confección, sino que también lleva la mirada moderna de Balenciaga a sus fuentes de origen. La alta costura está por encima de las tendencias. Es una expresión de belleza en los más altos niveles estéticos y cualitativos», añade.
Cabe señalar que antes de ingresar a la casa española, el modisto trabajó para Maison Margiela y Louis Vuitton.
Lo femenino es Balenciaga
Considerado un diseñador visionario, la lista de clientes de Cristóbal Balenciaga incluyó importantes figuras de la gran sociedad como Pauline de Rothschild, Bunny Mellon y Mona von Bismarck. Asimismo, diseñó el vestido de novia de la reina Fabiola de Bélgica y tuvo a Jackie Kennedy como una de sus mejores clientas. Por si fuera poco, a lo largo de los años, Balenciaga ha sido dirigida por algunas de las mentes más creativas de la industria, incluidos Nicolas Ghesquiere y Josephus Thimister de Louis Vuitton.
Además de tener una rica historia de siluetas icónicas. Desde el traje típico con el regazo escultórico hasta los majestuosos vestidos de noche. Estos últimos, de trazos abstractos, rígidos, esculpidos alrededor de la silueta de la mujer y en telas pesadas como el satén. Sus diseños también solían contener referencias a su origen español, como grandes volantes, lazos y encaje negro.
En los años cincuenta y sesenta, Balenciaga apostó por lo impensable: vestidos con forma de globo o, por el contrario, creaciones rectas con ángulos inesperados, capas y aberturas.
Balenciaga cerró el taller de alta costura en 1968 y murió cuatro años después, a la edad de 72 años. Su obra se convirtió en una poderosa fuente de inspiración para las generaciones posteriores, como Hubert de Givenchy y Azzedine Alaïa.