La icónica editora de moda Diana Vreeland tuvo un don: la palabra. Sus frases siempre certeras, mezcla única de irreverencia y sabiduría, como un hacha sobre la banalidad que desde siempre rodeó a la industria que con tanta destreza llegó a dominar, llegan ahora en un novedoso libro gracias a su nieto, Alexander Vreeland, y la editorial Rizzoli.
Por Angie Yoshida
“La verdad es uno de mis endiablados puntos fuertes”, decía Diana Vreeland. Y era así: lo demuestra “Bon Mots: Words of Wisdom from the Empress of Fashion”, una antología con las mejores citas de la sagaz editora y curadora de arte. Se trata de un minucioso trabajo emprendido por su nieto, el perfumista con más de treinta años de experiencia en el mercado del lujo –donde ha trabajado para firmas como Ralph Lauren y Giorgio Armani– Alexander Vreeland, quien la describe como una de las personalidades más influyentes de la moda del siglo XX, pero también como una mujer tan lacónica como precisa en sus aseveraciones, que resultaba casi imposible hacer oídos sordos a frases como: “Un poco de mal gusto es como un buen toque de pimentón”.
Impecable trayectoria
Referente absoluto de estilo, Diana Vreeland (1903-1989) se convirtió en editora de la revista “Harper’s Bazaar” en 1936 y asumió la dirección de “Vogue” USA entre 1962 y 1971, para más tarde unirse como consultora especial al Costume Institute del Metropolitan Museum of Art (Met). Desde sus inicios, Diana siempre brilló por su buen uso de la palabra y su alta dosis de sabiduría, como cuando reconocía: “Detesto la palabra ‘glamuroso’, pero sí que te ayuda para llegar a todas partes”.
“Mi abuela se despertaba cada mañana y llamaba inmediatamente a la oficina para dictarles notas y cartas. Aquello era toda una experiencia auditiva, así que todo lo que hay aquí es lenguaje hablado”, explica Alexander, quien salvo por un par de excepciones se encargó de rastrear cada cita de las más de cien que contiene el libro editado por Rizzoli (seleccionadas de entre mil) hasta sus fuentes originales. Cada aforismo de la llamada emperatriz de la moda está acompañado de una serie de ilustraciones del diseñador londinense Luke Edward Hall, uno de los más reputados del medio.
Influyente personalidad
Diana, de aspecto físico inconfundible, tuvo como madre a la socialité estadounidense Emily Key Hoffman, una mujer de belleza canónica, la misma que heredó su hermana menor. “Siempre fui su patito feo”, escribió Diana sobre su progenitora en su libro de memorias, “DV”. Apelando a sus más profundas reflexiones y a base de pura fuerza de voluntad, la parisina se convirtió en la mujer que quería ser y, desde entonces y para siempre, predicó con el ejemplo.
“Ella sentía que era el resultado de su propia creación”, sostiene Alexander, y agrega: “Y creo que en la actualidad sus palabras entrañan un mensaje maravilloso para animar a las personas a que sean quienes quieren ser. Pienso que así es como ella entendió su propia vida”.
Es así como Diana ha pasado a la historia no solo como ícono de la moda sino también como fuente constante de inspiración. Solía rodearse de gente joven, y no pocos talentos atribuyen su éxito profesional al apoyo que ella les brindó. “Manolo Blahnik –apunta Alexander– cuenta que mi abuela le dijo que se centrara en las extremidades y que siguiera por ese camino. ¡Y él lo tradujo en sombreros, guantes y zapatos!”.
Además del famoso diseñador español, Vreeland asesoró a Jackie Kennedy y a la actriz Doe Avedon, descubrió a la modelo estadounidense de ascendencia rumana Lauren Bacall, adquirió ropa de la mismísima Coco Chanel, impulsó la carrera de Yves Saint Laurent y perteneció al selecto grupo de cisnes de Truman Capote.
Poderoso legado
Para Alexander Vreeland, el principal objetivo de publicar “Bon Mots” era dar a conocer a Diana a una nueva generación y lograr que se sintieran identificados con sus ideas. Entre sus citas, es fácil hallar auténticas perlas de sabiduría. “No quería que al final terminara siendo un montón de referencias de moda, un texto que hablara sobre los diferentes peinados que existen, y esas cosas”, afirma, y señala que en el libro hay otros tópicos de contenido más profundo.
“El empoderamiento femenino es importantísimo hoy en día, ya que es necesario que haya mujeres que inspiren a las jóvenes de ahora”, añade Alexander. De ahí que su mayor anhelo sea que “Bon Mots” transmita pensamientos positivos, que cuando alguien lea el libro escuche “una voz que te diga cuáles son las cosas que realmente importan”. Sin duda, una verdadera guía para un mejor vivir en palabras de una mujer ejemplar, la eterna Diana Vreeland.