Delrieu Canales, la primera boutique del diseñador parisino de origen peruano Enrique Canales Delrieu, abrirá el 2 de junio en el Centro Colich. Vacaciones de dos semanas en su país natal se transformaron en seis meses, y luego en una estadía de dos años. El diseñador decidió construir su marca en Lima en una propuesta que mezcla lo mejor de ambos mundos y que espera trazar un puente de diseño entre dos realidades contrastantes.
¿Cómo decidiste abrir la boutique?
Nunca pensé en tener una, pero llegué al Centro Colich a través de una amiga y el espacio me encantó. Me encontré a Omar Valladolid exponiendo su ropa, rodeado de arte. Estoy regresando a Paris en un par de meses, a ver a mi familia y porque la marca está registrada allá, pero quiero tener una boutique en Lima por lo menos un año.
Cuando viniste no pensabas quedarte, ¿qué pasó?
Vine a pasar tiempo con mi familia peruana, conocerlos. Pero no puedes estar en moda y no trabajar. Yo acababa de terminar mi maestría en diseño y había trabajado con Giambattista Valli, Moncler, Max Mara y Manish Arora. En Lima me puse en contacto con Ani Álvarez Calderón. De su atelier pasé al de Ana Maria Guiuilfo y ahora estoy en Carolina Tola, compartiendo la dirección creativa. Me quedé por el deseo de conocer bien el país y a mi familia, pero también porque encontré acá un trabajo que disfruto y un estilo de vida que es distinto al europeo y que me hace más feliz.
¿Cuándo nació la idea de la marca propia?
La idea fue de mis amigos acá, luego me fui animando porque me gusta tener mis propias cosas. Mi sueño siempre ha sido diseñar para otros.
¿Para alguien en especial?
Para varios. Un sueño cumplido fue poder trabajar para Manish Arora. En Europa todo es negro, marrón o gris. Yo me visto y soy así. Pero Manich me hizo ver en colores y estampados. Me fui a la India a trabajar con él. Su personalidad es tan fuerte, que cambias.
¿Qué es lo más complicado de un viaje así?
Llegar. Manish no acepta alumnos de Europa, solo de Bélgica. Durante un año le envié mails, pero nunca me respondió. Él era conocido porque en ese momento era director artístico de Paco Rabanne, y todo el mundo sabía que cada mes se pasaba dos semanas en Francia y dos en la India. Lo que hice fue postular a una marca allá e irme. Al llegar me fui a verlo sin una cita, solo tocando la puerta. Di mi nombre y les dije que había viajado solo para conocerlo. Él se acordó de mí. Lo primero que me dijo fue: “Enrique, me has enviado doce mails”. Tuve la suerte de que esperaba dos diseñadores de Bélgica, pero solo una llegó.
¿Por qué querías trabajar con él?
Primero porque quería salir del circuito de moda de Europa y América. Segundo porque lo que él hacía era arte. No le importaba si vendía o no. En ese momento estaba en tercer año de la universidad y sabía que entrar a trabajar era amoldarme a una industria. Por otro lado en la India tenía más responsabilidades: hablaba directamente con Manish y dibujaba colecciones. Siento que marcó todo lo que vino después. Regresé a Paris y gané un concurso de MAC, que me terminó pagando la maestría. Luego gané otro concurso y me fui a trabajar a Japón. Finalmente llegué a Lima y encontré mi lugar.
¿Cómo es la colección que vas a presentar?
Es todo Bauhaus, algunas piezas son muy Mondrian. La colección es muy geométrica, muy lineal. Fui educado por una familia muy clásica en Francia, y a mí me encanta todo lo que es moderno y romper códigos. Entonces siento que lo mejor está en el medio, tener algo muy elegante, pero romperlo con un toque sport. Destruir para construir algo nuevo. Es una mezcla de varias cosas, pero así soy yo. Va a haber prendas más comerciales, y también una mini colección de zapatos. También habrá una sección o modalidad de que parte de las ganancias irán para la asociación Niños del Río. Que la moda tenga un lado social es fundamental para mí. Sé el tipo de persona que no quiero ser. Si construyo, quiero siempre hacerlo apoyando un crecimiento conjunto de la sociedad.
Por Alejandra Nieto