Desde Primeras Damas hasta princesas, estos son los vestidos de novia más influyentes de todos los tiempos, y a quiénes inspiraron.
Por Alejandra Grau
Vestido de 1953 de Jackie Kennedy diseñado por Ann Lowe
Aunque más tarde se refirió a él como una ‘pantalla de lámpara’, el vestido de novia de la ex primera dama fue el vestido que confirmó su estatus como ícono de la moda mundial. Fue creado por la talentosa diseñadora afroamericana Ann Lowe, con quien Kennedy trabajó durante el resto de su vida, pero que lamentablemente no recibió crédito público por su trabajo.
La descripción de ‘pantalla de lámpara’ a la que hace referencia Kennedy puede deberse a que ella esperaba un estilo más simple, basado en diseños que había visto en París, pero la familia Kennedy intervino, insistiendo en traje más elaborado. Y el padre de JFK, Joe Kennedy, supuestamente tenía el última palabra. Como tal, Lowe presentó un romántico vestido de tafetán de seda color marfil con enorme faldón y mangas debajo del hombro. Si bien esta silueta genereal se convirtió en uno de los looks de boda más copiados durante los años 50 y 60, las mangas con hombros descubiertos, en particular, marcan tendencia hasta hoy.
Vestido de 1956 de Grace Kelly diseñado por Helen Rose
A pesar de ser una sensación mundial por derecho propio, nadie podría haber predicho que el vestido de novia de Grace Kelly sería uno de los diseños más icónicos de todos los tiempos. Kelly había contratado a Helen Rose, la diseñadora de vestuario ganadora de un premio de la Academia con la que trabajaba regularmente, para la ocasión trascendental de su boda real con el príncipe Rainiero III de Mónaco. Cuando entró en la catedral de San Nicolás de Mónaco con una biblia, se estima que 30 millones de televidentes sintonizaron en todo el mundo para ver cómo se desarrollaba este cuento de hadas y de celebridades. La cola de tafetán de seda de 23 metros y la aplicación de antiguo encaje de Bruselas le tomó seis semanas a 36 costureras, que tuvieron que cocer a mano cientos de perlas.
El vestido fue un regalo de bodas de los estudios MGM a Kelly. Desde entonces, este estilo atemporal ha reaparecido en innumerables diseños en todo el mundo, incluso inspirando algunos de los vestidos de novia modernos más famosos. El vestido de la duquesa de Cambridge diseñado por Sarah Burton para la firma Alexander McQueen fue muy similar. Del mismo modo, el vestido de Kelly también fue la inspiración detrás del segundo vestido de novia de Miranda Kerr, a cargo de la directora creativa de Dior, Maria Grazia Chiuri. El vestido Valentino 2015 de Nicky Hilton y el diseño Jorge Vázquez 2017 de Alessandra de Osma también tuvieron un estilo muy parecido. Perfectamente recatados, con un escote alto de encaje y mangas largas, ideal para una ceremonia religiosa de alto perfil.
Vestido de 1969 de Audrey Hepburn de Hubert de Givenchy
Para su segundo matrimonio con Andrea Dotti, Audrey Hepburn rompió con la tradición nupcial en todos los sentidos. Su mini vestido rosa pálido a juego con un pañuelo en la cabeza en lugar de un velo allanó el camino para una nueva cultura de la moda nupcial. Hubert de Givenchy trabajó con ella en este diseño, y también diseñó su famoso vestido de novia para la película Funny Face de 1957, donde Hepburn actuó junto a Fred Astaire.
Su look nupcial de la vida real ha sido una fuente de inspiración a lo largo de los años de múltiples maneras. La mini, como opción de traje de boda se hizo popular, adoptado hasta ahora por celebridades Keira Knightly, quien en 2013 optó por un vestido corto de Chanel. También fue una de las primeras veces que se introdujo el rosa como un color nupcial, y que luego se ha visto reintroducido a lo largo de los años en el traje de John Galliano para Gwen Stefani de 2002, o en el vestido rosa azúcar 2012 de Jessica Biel, a cargo del diseñador Giambattista Valli. Por último, las líneas suaves y limpias de Givenchy continúan inspirando, como se ve en el vestido 2018 de la duquesa de Sussex, doeñado por Clare Waight Keller para la casa Givenchy.
Traje de 1971 de Bianca Jagger de Yves Saint Laurent
Aunque reúne todos los elementos más icónicos de los 70, el traje de novia de YSL de Bianca Jagger fue una elección de estilo nupcial rebelde. Especialmente cuando Jagger se deshizo de su blusa en la undécima hora debido a que tenía cuatro meses de embarazo. Sin embargo, si alguien iba a diseñar este look, solo podía ser ella, la reina de Studio 54, y solo se podía hacer de la mano de de Saint Laurent, el hombre que puso de moda los trajes de esmoquin en las mujeres. La chaqueta y la falda larga desencadenaron la tendencia aún existente de los looks de boda de dos piezas, así como la idea de que los estilos de novia alternativos y más relajados no solo eran aceptables sino también honorables para una boda en la iglesia como la suya.
Vestido de 1947 de la reina Isabel II de Norman Hartnell
Al diseñar el vestido de novia de la entonces princesa Isabel, el modisto Norman Hartnell dijo que «quería que fuera el vestido más hermoso que había hecho hasta ahora». Si bien fue un honor, fue igualmente un desafío tanto para él como para la Familia Real, ya que Gran Bretaña todavía estaba emergiendo lentamente de los males de la Segunda Guerra Mundial. Como tal, necesitaba respetar y reflejar el estado de ánimo de la nación mientras honraba a su futura Reina. Conocido por su amor por la opulencia, diseñó un hermoso vestido de satén duquesa y seda color marfil en forma de A con bordado floral plateado, 10,000 perlas y una cola de 15 pies con estampado de estrellas.
Diseñado en un mes y hecho en un récord de siete semanas, Hartnell respondió a la llamada con un equipo de 350 mujeres. Este aspecto sumamente detallado era característico del estilo de Hartnell, donde más siempre era más, y un rasgo que es adoptado por innumerables diseñadores modernos desde Elie Saab hasta Mira Zwillinger. Este año, uno de sus diseños para la reina volvió a la vida como el vestido de novia de la princesa Beatriz, en el que Stewart Parvin, uno de los modistos actuales de Su Majestad, ayudó a rediseñarlo adelgazando la falda y agregando mangas abullonadas. Se predice que este estilo vintage de Hartnell será una gran tendencia de bodas para 2021.
Vestido de 1981 de la princesa Diana por David y Elizabeth Emmanuel
En muchos aspectos, la muy esperada boda de cuento de hadas de la princesa Diana fue el equivalente global de los 80 a la de Grace Kelly en los 50. Aunque no era una actriz de Hollywood, la nación se había enamorado perdidamente de Diana, cuya elección de moda fue analizada e imitada desde el momento en que se comprometió con el príncipe Carlos. Luego vino su vestido de novia. Los Emmanuel tomaron medidas extraordinarias para proteger y ocultar el diseño en los meses previos al gran día. Lo que surgió fue cada centímetro del vestido de ‘princesa’ que la nación había esperado.
El vestido de fiesta de tafetán de seda color marfil estaba adornado con encajes, perlas, lentejuelas, bordados, y se completó con mangas abullonadas de gran tamaño y una cola de 25 pies, la más larga en la historia real. Esta se convirtió en la tendencia nupcial más importante en el transcurso de las siguientes dos décadas y supuestamente inspiró el vestido de Mariah Carey de 1993 de Vera Wang, mientras que tonos similares de ‘princesa’ estaban en el corazón del vestido de novia de Victoria Beckham también de Wang. Una de las versiones actualizadas más chic de este estilo es el vestido de Lauren Santo Domingo de Olivier Theyskens para Nina Ricci en 2008.
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