Desde Montecarlo, la casa de moda italiana, Chanel, presentó su propuesta Crucero 2022-2023, una colección que representa un homenaje a Karl Lagerfeld, ex director creativo de la marca. 

Por Arianna Gonzáles 

El Principado de Mónaco ha representado la principal inspiración para la nueva colección Crucero 2022-2023 de Chanel. Con el Beach Hotel, que ofrece una vista espectacular a La Vigie, villa favorita del ex director creativo de la marca, Karl Lagerfeld, como escenario, y Carolina de Mónaco y Carlota Casiraghi como invitadas de honor, se pudo ver de cerca las bases de este nuevo proyecto creativo.

“Para mí, Mónaco es una cuestión de sentimientos por encima de todo. Esos son Karl, Caroline, Charlotte. Desde muy temprano supe que íbamos a hacer un show allí”, declaró Virginie Viard, la actual directora creativa de Chanel.

De las pistas de Fórmula 1 a las pasarelas

Chanel

En la colección, Viard se mantiene firme a la herencia de la casa, mostrando looks con pantalones palazzo, la tradicional chaqueta de tweed de la marca, pero al mismo tiempo, apostando por este material para la confección de enterizos de piloto que hacen referencia al popular circuito de Montecarlo.

Los enterizos, también conocidos como monos, han sido la pieza protagonista de esta colección, demostrando que el atuendo deportivo de los corredores de autos, puede convertirse en una innovadora, además de lujosa opción para eventos en los que se quiera apostar por la comodidad.

Las modelos, acompañaban los enterizos con cascos colgados en su brazo, lo que le daba un toque deportivo, atrevido y mantenía al espectador con la ilusión de estar viendo una carerra de autos convertida en pasarela.

Glamour y brillo

Pero, además de las carreras de Fórmula 1, populares en la región, Montecarlo es lujo y glamour, por lo que Viard ha incluido en la colección vestidos de transparencias y prendas con piezas de oro que añaden ese glamour nocturno a los looks.

“Hay un montón de monos de tweed o seda forrados con tela ligera de rizo. Muchas lentejuelas y flores dan forma a los plastrones bordados que adornan los vestidos camiseros largos de rayas finas con cuello alto blanco, un guiño a Karl, un vestido azul medianoche con lentejuelas o blusas sin espalda que se usan sobre pantalones anchos”, sostuvo Viard.

En este sentido, los brillos han resultado un elemento clave en la confección de los looks. El uso de lentejuelas en prendas como los vestidos, las túnicas e incluso las cazadoras ha resultado ideal para dotar de glamour a la colección.

La paleta de colores de este trabajo creativo discurre entre los, azules, rojos y dorados. Sin embargo, el blanco, con algunas aplicaciones de flores, ha permitido mostrar una estética más diurna y propia de los días de playa y sol, donde se puede sentir la influencia de Lagerfeld.

Así, la convergencia de estos dos estilos muestran las dos caras del Montecarlo qye sirvió de escenario para esta colección. Por un lado, la velocidad propia de las carreras de fórmula 1, combinada con el lujo implícito en Mónaco, mientras por el otro, la calma y relajación que ofrece la costa monaguesca.

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