En medio de los eventos relacionados con la Semana de la Moda de París, ocho marcas peruanas conquistaron TRANOÏ, una de las ferias europeas de moda más importantes del mundo. En conversación con COSAS, los creativos de estas firmas reflexionan sobre su experiencia internacional y el posicionamiento de la moda peruana en el competitivo mercado francés.
Por Arianna Gonzales
En el primer trimestre de 2023, el Perú volvió a acaparar las miradas internacionales, esta vez gracias a una delegación de ocho marcas peruanas presentes en TRANOÏ, una vitrina importante de la moda internacional que tuvo lugar en las instalaciones del palacio Brongniart, en Francia, durante la Semana de la Moda de París. Con el apoyo de PromPerú, Ana G., Ayni, Ascendia, Fringe, Kero Design, Kinua, Pampa y Perluchi aterrizaron en la capital francesa para exponer sus más recientes colecciones, que comparten el ideal de revalorizar la herencia textil peruana, las fibras naturales y el trabajo de los artesanos del interior de nuestro país, a través de diseños atemporales, contemporáneos y sostenibles que representan la nueva cara de la moda nacional.
Tras la experiencia vivida en Francia, el grupo de creativos peruanos conversó con COSAS en entrevistas que exploran el presente del rubro textil y la internacionalización de la moda peruana. Su convicción de llevar a cada vez más lugares la herencia milenaria en materia de indumentaria deja claro que, más allá de la gastronomía y los atractivos turísticos, la moda se está convirtiendo en una insignia de la tradición peruana para el mundo.
Kero Design
Kero Design tiene más de dos décadas en el mercado, y es definida por su fundadora, Mariella Gonzales, como una “empresa familiar”. Comenzaron a trabajar con algodón y alpaca, y acaban de cumplir veintidós años, posicionándose como una marca enfocada en revalorizar estas fibras naturales.
Su compromiso con las raíces peruanas no solo radica en la producción de prendas en tejido de punto que perpetúa el legado de los artesanos, sino que además están fuertemente conectados con su cadena de valor, atendiendo las oportunidades de crecimiento de los productores de fibras y siguiendo de cerca el proceso de elaboración de sus materias primas, para generar puestos de trabajo, garantizar el pago justo, dar soporte y visibilidad, y empoderar a las comunidades a las que pertenecen sus productores. “Kero ha ido creciendo, y con ello, tomando conciencia. Sabemos que es un trabajo largo, pero tiene mucha recompensa, vale la pena”, sostiene Mariella.
Kero ha formado su camino a base de ferias internacionales, por ello su presencia en TRANOÏ significa tanto para la marca, que ahora tiene como objetivo cercano implantarse en el escenario nacional y llegar a un público cada vez más joven. “Apuntamos al fortalecimiento de la marca a través de la presencia en eventos como TRANOÏ, con continuidad. Queremos acercarnos a la gente joven, ofreciendo distintos talleres, como el que tuvimos recientemente de tejido gratuito a mano. Además, queremos que Kero sea conocido como un movimiento social que a través del diseño transmite la cultura peruana y llama a la conciencia ambiental”.
Fringe
Lucy Barandiaran empezó su primera marca, Kim & Kelly, en Nueva York en los años noventa. Fue una de las primeras en tejer prendas en baby alpaca y venderlas a Barneys. Al separarse de su socia, Lucy empezó su marca en solitario, Nelli K, pero su fijación con el tejido, que la remonta a su juventud, cuando su mamá le tejía todas sus prendas, siguió guiando su camino. Por ello, cuando decidió establecerse en el Perú y fundar Fringe, no lo pensó dos veces y encontró su inspiración en la combinación de las fibras peruanas y la moda setentera, creando así una marca de lujo sostenible que utiliza la fina mano de obra del artesano peruano para crear diseños contemporáneos para mujeres que aprecian la individualidad.
A pesar de encontrar inspiración en el pasado, los procesos de Fringe se han ido adaptando a las nuevas tecnologías y encontrando su propio camino en el uso de recursos sostenibles y beneficiosos para el medio ambiente. Además, han puesto especial foco en la labor del grupo humano con el que trabajan, y apuestan porque el éxito de la marca impacte de manera positiva en toda su cadena de valor.
“Actualmente, la mayoría de nuestras exportaciones son a Estados Unidos, donde siempre han acogido mi marca y mi trabajo de manera increíble. Estoy comenzando a entrar a Europa. A la gente le encanta la alpaca, es nuevo para ellos y les llama la atención. He estado en Londres, conociendo nuevos clientes, y es enriquecedor ir entrando a nuevos mercados, igual que lo sucedido en París”, resalta Barandiaran.
Pampa
Con más de trece años de experiencia en el mercado internacional haciendo sourcing, Pampa se embarcó, durante la pandemia, en la creación de colecciones propias. Fundada por los esposos
Angélica Leyva y Víctor Pérez –ingeniera textil y diseñador de moda especialista en tejido en punto, respectivamente–, quienes comparten una pasión intrínseca por los tejidos, Pampa centra su inspiración en la auténtica belleza de la naturaleza.
“Siempre he creído en la pureza del diseño basado en la calidad de la materia prima. Esto fue lo que me llevó a desarrollar Pampa”, sostiene Víctor, quien define a la firma como una marca con un espíritu minimalista y al mismo tiempo contemporáneo.
Pampa simboliza la unión perfecta entre tradición textil y la elegancia contemporánea, representada en colecciones libres, ligeras y lineales. Su compromiso con el arte textil peruano los impulsa a mantener vigentes técnicas de confección milenarias que se amoldan al estilo de sus usuarios.
Empezaron vendiendo gorros y chalinas a amigos y conocidos, y luego dieron el paso a la exportación para otras empresas, hasta que finalmente se animaron a conectar directamente con los clientes. “Participamos en Perú Moda, fue un éxito, recibimos órdenes y ese fue el primer punto de nuestra apertura al mercado internacional. Ahora mismo, estamos en Dinamarca, Francia, Alemania, Japón, China, Estados Unidos y Canadá”, resaltan.
Kinua
Kinua es el resultado de una decisión arriesgada. Maira Jimena Valderrama, fundadora de la marca, dejó la carrera de Economía en Harvard para postular a Parsons en Nueva York. Tras culminar su carrera, trabajó en Estados Unidos y París, y luego de casarse se estableció en la capital francesa por cinco años, hasta que finalmente, junto a Vincent Rodrigues, su esposo y socio de la marca, decidieron mudarse al Perú en 2015.
Crearon un estudio de diseño llamado “Maira Jimena”, que da asesorías especializadas y asiste a empresas del rubro de moda, y dos años después, en 2017, nació Kinua Yarns, su marca productora de hilos, y posteriormente, Kinua Design, una firma de ropa comprometida con la sostenibilidad, la producción ética y el diseño atemporal.
Sus colecciones están impregnadas de tintes naturales, siendo los principales insumos f lores y raíces ancestrales del Perú, mientras que sus prendas, elaboradas únicamente en fibras naturales, combinan técnicas artesanales con diseños innovadores. Los hilos con los que elaboran sus prendas tienen una cualidad especial, pues trabajan con pequeños ganaderos, incentivándolos con un pago superior al del mercado para mejorar genéticamente su ganado, obteniendo así una mejora significativa en la calidad.
“Nuestros hilos Kinua ya se exportan a varias partes del mundo, y en cuanto a las prendas, nos hemos posicionado en Estados Unidos. Ahora, estamos trabajando en una colección con una marca francesa que pronto anunciaremos. Seguimos enfocados en la parte educativa, para poder capacitar a nuevos talentos, y continuamos de cerca nuestro contacto con la cadena de producción, que para nosotros es
vital”, sostiene Vincent.
Ana G.
Anteponiéndose a las épocas en las que exportar se vuelva cada vez más difícil y menos sustentable, Ana María Guiulfo, junto a su marca Ana G., ya se encuentra establecida en París. La experiencia de compartir escenario con más marcas peruanas en la capital de la moda ha representado un significativo aprendizaje en su carrera.
“Fui muy feliz de compartir con todas estas marcas en TR ANOÏ. Siento que la moda peruana tiene que estar unida y fuerte, para que nuestra voz sea escuchada. Crear una plataforma fuerte, tejer puentes para potenciar la industria. La “barra brava de la moda peruana”, como yo nos he hecho llamar, ha dejado una supersemilla en TRANOÏ, y lo que se quiere es volver. Hay que seguir aprovechando estas oportunidades”, resalta Guiulfo.
Luego de su éxito en la feria, con Ana G., la reconocida diseñadora peruana ha logrado ingresar a Corea, un mercado competitivo que admira mucho por su diseño e indumentaria, y planea seguir expandiendo a la marca –caracterizada por resaltar la feminidad y la alegría, y reinterpretar las culturas precolombinas– hacia otros países de Europa y Asia.
Ayni
Desde su fundación, Ayni ha participado en diferentes ferias de moda, tanto en París como en Nueva York y Dinamarca. En los últimos años, la marca ha priorizado realizar showrooms privados para exponer sus colecciones con agentes internacionales. Sin embargo, cuando la oportunidad de PromPerú tocó su puerta, decidieron viajar hasta Francia para sumarse a TRANOÏ, una experiencia que califican de enriquecedora, pues les ha permitido volver a conectar con clientes, profesionales del mundo de la moda y la prensa.
“Estas ferias son una gran ayuda para la moda peruana. Una de las cosas más resaltantes ha sido crear el sentido de comunidad con las otras marcas. Nos hace falta unir a la industria del diseño peruano. Conocer al resto de las marcas y crear alianzas ha sido muy importante para trabajar en la promoción de la moda nacional”, resalta Adriana Cachay, cofundadora de la marca.
Ayni tiene agentes como Maison Pyramide, un showroom que tiene presencia en Arabia Saudita y París. Además, cuenta con agencias en Japón y Dinamarca, debido a la influencia danesa de la marca, procedente de su otra fundadora, Laerke Skyum. “Con estos tres agentes movemos nuestros canales de venta internacional, pero, indudablemente, queremos crecer y abrirnos a nuevos mercados, como los países árabes”, destacan.
Perluchi
Una fusión de recuerdos recogidos a través del tiempo es lo que significa Perluchi para sus fundadoras, Lucía Picasso y Ángela Poletti. Su propuesta es bastante atemporal y está influenciada por las tradiciones antiguas y técnicas artesanales del Perú, que convierten sus prendas en una explosión de creatividad, curiosidad y eclecticismo.
A través de sus colecciones, evocan la nostalgia de sus viajes emocionales con patrones singulares que buscan trascender en el tiempo. Dentro de su colección presentada en TRANOÏ, la marca incluyó una serie de kimonos que fueron bordados por mujeres de la comunidad shipibo-conibo, como impulso para revalorizar y preservar el arte y las tradiciones culturales de esta zona de nuestro país.
Ascendia
Inspirados en la herencia de sus antepasadas, los hermanos Aníbal, Alexander y Yessenia Pérez-Flores crearon Ascendia, una marca que, colección tras colección, reafirma su admiración por sus raíces a través de la creación de prendas que buscan transmitir la herencia milenaria del tejido artesanal. Con fibras sustentables, crean diseños que responden al arte contemporáneo andino, de la mano de artesanos que emplean técnicas sostenibles.
“Qillariy” es el nombre de la colección que la marca peruana llevó a TRANOÏ, un conjunto de piezas inspiradas en la simbología y semiótica de las culturas peruanas que encontraron origen en el libro “Ayni”, del historiador y arqueólogo Carlos Milla. “TRANOÏ fue una oportunidad gigante; fuimos con las mayores expectativas, que fueron enfocadas en la exposición de la marca, más que en la venta. Ascendia tiene un crecimiento muy orgánico, queremos que la gente que nos siga o descubra lo haga por interés genuino por la marca y por nuestros valores. A futuro, tenemos el objetivo de crecer y seguir juntando diseño contemporáneo con las técnicas milenarias de nuestros antepasados”, sostiene Alexander Pérez-Flores, cofundador de la marca.
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