Si alguien quiere saber qué “se usa” en esta primavera-verano 2016, lo más simple es que averigüe qué ha llevado puesto en estos meses Alexa Chung (32 años). Con eso tendrá la película más que clara para no perderse en el camino. El estilo del momento, en gran parte, se está dando con cada elección que hace esta it girl británica frente a su clóset cada mañana. Alexa –de padre chino, madre inglesa y, desde hace un año, novia del actor sueco Alexander Skarsgård– comenzó como modelo y siguió como presentadora de televisión, lo que la hizo famosa en el Reino Unido. Eso, sumado a su simpatía, agudeza y delgadísima –pero según ella no anoréxica– figura, implicó que de repente todo lo que se pusiera pasara a ser un éxito: el famoso vestido corto, negro, acampanado y con cuello Peter Pan, las ballerinas de distintos colores, los top con rayas horizontales, los sombreros alados, alguna cartera coqueta –tipo Chanel–, algo de freestyle, nada de freestyle…
Otro de sus logros –conciente o no– es la famosa high waist, la cintura alta que estamos viendo por estos días. De hecho, fue una de las primeras que impactó –hace varios años, cuando era novia del vocalista de Arctic Monkeys, Alex Turner– con sus clásicos shorts ultracortos, cortados con tijeras.
Para muchos, Alexa Chung –se pronuncia Chang, por si tiene dudas– sigue siendo la it girl por antonomasia. En setiembre de 2013, como confirmación de su estatus, lanzó un libro y lo llamó simplemente “It”, con tapas rosadas y la foto de uno de sus ojos –achinado, verde y muy reconocible– en la portada. En el interior decidió hablar de su vida, de su estilo, de música, de amor, de las mujeres que la inspiran –como Diane Keaton o Jane Birkin–, e incluso se dio la oportunidad de hacer unas ilustraciones, un talento que debe haber heredado de su padre, que es diseñador gráfico. Luego vino un nuevo desafío: el año pasado presentó su propia app: Villoid. La aplicación, cuyo nombre no tiene significado, fue creada para cualquier mujer que guste de la moda, y ha sido celebrada –y muy descargada– porque combina lo visual de Instagram con los tableros de Pinterest y lo práctico del e-commerce. Cada usuaria es una “villoider” que reúne seguidores y crea su propio style board, donde tiene la opción de postear sus looks o inspiraciones (con imágenes propias o dadas por la misma app), para que después alguien –o ella misma, si quiere– los pinche, los compre, y Villoid reciba su comisión. Los diseñadores británicos emergentes también son parte de esta plataforma, ya que Alexa tiene especial interés en los creadores jóvenes de su país, como demuestra su participación en “The future of Fashion with Alexa Chung”. Esta serie documental, producida por la edición británica de “Vogue”, se ha introducido en lo más profundo de la industria con entrevistas a personajes tan variados como la editora en jefe de la misma revista, Alexandra Shulman, la bloguera Leandra Medine (The Man Repeller) o Susan Scafidi, abogada experta en moda, entre otros.
Terminadas sus vacaciones, Alexa volvió a sus acostumbradas pistas, y lo hizo a su manera, con un posteo en su cuenta de Instagram –@alexachung, con 2,4 millones de seguidores–, en el que publicó una de las fotos que Peter Lindbergh le tomó para la campaña Otoño 2016 de Longchamp. También anunció que lanzará su propia colección de moda, una línea “de precio contemporáneo” –es decir, no de lujo– que debería llegar a tiendas seleccionadas en mayo del próximo año, e incluirá denim, ropa de día, vestidos para coctel, zapatos, joyas y productos especiales. “Siento que estoy preparada”, dijo en una entrevista exclusiva para “The Business of Fashion”. “Si lo hubiera hecho antes, no habría estado actuando en forma responsable para enfrentar este tipo de desafío. Quería libertad para crear mi propio mundo, sin estar limitada por otra marca”. Según informes de prensa, la colección se llamara AlexaChung y se venderá en Londres, París, Nueva York y Hong Kong.
Por Francisca Olivares
Fotos de Getty Images