El diseñador belga presentó su primera colección para Chanel con un planetario monumental como escenario y una propuesta que mezcla tradición, modernidad y una visión femenina del lujo contemporáneo.

Por: Mery Jiménez Heredia

El Grand Palais volvió a ser el epicentro de la moda con el esperado debut de Matthieu Blazy como nuevo director creativo de Chanel. El diseñador belga, conocido por su impecable trabajo en Bottega Veneta, presentó su colección Primavera-Verano 2026 donde el clásico tweed y las prendas con toques masculinos no han faltado.

La gran novedad de la jornada llegó con el anuncio de Nicole Kidman como nueva embajadora de la maison. La actriz australiana, que asistió acompañada de sus hijas Sunday Rose y Faith Margaret, dedicó unas palabras al inicio del desfile para celebrar la llegada de Blazy: “Estoy encantada de unirme a Chanel mientras comienza su nuevo capítulo con Matthieu al frente. Chanel siempre ha estado a la vanguardia, iluminando de manera inteligente y elegante a la mujer, y estoy segura de que Matthieu no será la excepción”.

Chanel desfile

En el desfile estuvieron presentas también figuras como Penélope Cruz, Tilda Swinton, Úrsula Corberó que resaltó al lucir su embarazo en un look desenfadado, Lily-Rose Depp o Pedro Pascal.

La cúpula del Grand Palais —decorada con planetas XL que evocaban lava y roca fundida—, recuperó la teatralidad de los grandes montajes que Karl Lagerfeld convirtió en tradición.

Desde la entrada por la puerta ‘Gabrielle Chanel’, restaurada y abierta solo para la ocasión, los invitados se sumergieron en una atmósfera cósmica. La música, otro guiño al legado del kaiser, mezcló nostalgia y energía con el éxito noventero “Rhythm is a Dancer” de Snap.

Chanel desfile

Un look clásico evoca el espíritu Chanel.

En pasarela, los contrastes dominaron la narrativa: el tweed, las camelias, los zapatos bicolor, clásicos de la firma fueron traídos al siglo XXI con una mirada moderna y equilibrada entre lo masculino y lo femenino. Hubo mucha sastrería ligera con detalles de joyería y cadenas, tejidos de punto etéreo en blanco y negro que evocaban el Art Déco, y flores abstractas que caían en cascada sobre vestidos de seda.

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Más allá de los colores blanco y negro, esta vez se apostó por el rojo.

Blazy no buscó rescatar el archivo de Chanel, sino su espíritu. Los colores se expandieron más allá del binomio clásico: tonos naranjas, dorados, rojos y amarillos iluminaron su colección. Asimismo, volvemos a ver prendas que están hechas para ser atemporales y adaptarse a la realidad de las mujeres de este siglo.

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Las prendas atemporales diseñadas para mujeres de esta época no faltaron.

De hecho, el primer look fue un traje masculino tradicional seguido por un look black & white, mientras que la camisa se posicionó como un must. Sin embargo, uno de los momentos más emotivos llegó con el cierre del desfile, cuando la modelo Awar Odhiang abrazó al diseñador en medio de los aplausos. Matthieu Blazy, el cuarto diseñador en la historia de Chanel, ha demostrado que el universo de la maison sigue en expansión.

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Chanel mira al futuro con piezas que transforman la tradición en energía pura.

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La camisa blanca y el negro absoluto, elevados a emblemas del nuevo minimalismo de la maison.

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Los códigos clásicos se desdibujan para dejar espacio a una feminidad más libre y moderna.

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La elegancia Chanel se mueve entre la ligereza del tweed y la fuerza de la silueta moderna.

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Movimiento, textura y color: la nueva ecuación de la elegancia según Matthieu Blazy.

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