A puertas de su nuevo desfile de moda, el diseñador peruano nos recibe en su hogar para contarnos detalles de su nueva colección, que aspira a sentar un precedente en Perú en lo que a moda y tecnología se refiere. El primer Tech Fashion Show by Genaro Rivas se llevará a cabo el 7 de diciembre en el Teatro Municipal, y las expectativas son altas.
Por Vania Dale Alvarado
Genaro posa para las fotos de esta nota mientras Cucho, su gran gato gris, lo observa atentamente desde el brazo de un sillón. En un estante, asoman varios libros que permiten intuir algunas características de su universo artístico y profesional: uno sobre el arte barroco, otro de Kandinsky, uno de Pop Art y otro sobre Dirección de Marketing, carrera que estudió antes de dedicarse al diseño de moda.
Hay varios cuadros grandes sin colgar. “Perdón por el desorden”, dice Genaro. “Pero aquí no hay desorden”, le respondo, porque, aparte de los cuadros, todo está en su lugar. “No hay flores. Eso ya es desorden”, sentencia. El diseñador acaba de cumplir años y está próximo a inaugurar su nueva colección, titulada Modular en un desfile de proporciones magnánimas, el próximo 7 de diciembre a las 8:30 de la noche.
“En 2009, comencé a trabajar con impresión digital, cuando en esa época no se hacía. Cuando gané un concurso ese año, el eje temático era futurismo. Siempre he tenido ese rollo tecnológico y arquitectónico, siempre me ha gustado la estructura”, explica. Ahora, con Modular, su sueño tecnológico se ha materializado. “Lo que me gusta de esta colección es que, a través de ella, puedo demostrar que es posible hacer moda y tecnología de una forma utilitaria”, comenta.
Modular
Aunque la colección que había diseñado era originalmente para invierno, Genaro cuenta que decidió cambiar su propuesta por una de verano debido a que la pieza estrella de su colección, un vestido enteramente impreso en 3D –que elaboró gracias al apoyo de la empresa ZOLID–, necesitaba más tiempo para ser perfeccionada.
“¡He diseñado nuevamente todo!”. Así de importante es esta pieza para él. “Antes de iniciar este proceso, analicé todos los vestidos impresos en 3D en el mundo y empecé a conocer y a experimentar con los materiales”, explica. “Lo que yo quise hacer es un vestido que funcionara como un lego, cuyas piezas te permitieran jugar para alargarlo, acortarlo o modificarlo como quisieras; y que, además, no se necesitara una tecnología muy sofisticada para imprimirlas, ni una impresora ni un área de impresión muy grandes”.
Y así, prueba tras prueba, Genaro consiguió la ficha final que es la base de su vestido. “Para llegar a esta pieza base, pasé por hexágonos mucho más grandes, luego mucho más chicos… Había un tema también de resistencia al movimiento y a la fricción. Al comienzo, imprimí unas mallas que no se podían engranar unas con otras, así que cambié a otro tipo de estructura. Después de muchas pruebas, llegamos a la conclusión de que necesitábamos tener una pieza independiente que funcionara con un ensamble independiente”, cuenta.
“De ahí, nos enfrentamos al tema de que las impresoras 3D, como son impresoras de prototipado, no tienen una terminación lisa; entonces, creamos una textura especial para las fichas y, luego, para crear un efecto envolvente, le agregamos un quiebre en los bordes, para darle más movimiento”, precisa. “Luego te das cuenta de que si el ensamble es independiente y la pieza también, y tienes 35 colores diferentes de materiales, las posibilidades son infinitas”, agrega. “Y así es como llegamos al vestido final”.
A pesar de que, como es evidente, la tecnología es el tema alrededor del cual el diseñador desarrolla su propuesta creativa y con el que inicia su pasarela, conforme esta vaya llegando a su fin, los diseños se van volviendo más etéreos. “Y esto está dentro del concepto de la selva”, acota Genaro. “No es tecnología por tecnología; tiene un contexto, un espacio”.
Juego de contrastes
Genaro agradece a sus padres, cuyo apoyo ha sido esencial para el éxito de esta y sus demás colecciones; A MakerBot, que confió en su proyecto, le proporcionó los materiales necesarios para la impresión del vestido en 3D y lo hizo embajador de la marca; a la revista Cosas, que cubrirá en vivo el primer Tech Fashion Show by Genaro Rivas; y a Wolfram Research, la empresa con la que trabajó los diseños con autómatas celulares que ha utilizado en su colección y a cuyo fundador —conocido en el mundo de la ciencia, justamente, por sus estudios acerca de autómatas celulares— le regaló un pañuelo que diseñó en base a estos patrones. “Esto parece peruano”, le dijo Stephen Wolfram al tener el pañuelo en sus manos. “Eso me encanta”, confiesa Genaro.
Selva y tecnología; lo peruano y lo universal. A Genaro le interesa la unión entre cosas aparentemente opuestas. “Cuando hablo del contraste me refiero a transformar cosas que por naturaleza son duras en suaves; a volver materiales rígidos usables”. Ese juego de contrastes lo ha mantenido siempre, de una u otra manera, en sus colecciones. “Para el último vestido de mi colección del año pasado, yo venía casi un año y medio experimentando con el tema de bordados y encajes. Que ese vestido haya sido elaborado, finalmente, en acrílicos bordados a mano es como el matrimonio entre la mano y la tecnología, entre mi yo creativo –que siempre ha trabajado con acrílicos– y el otro yo admirador de los bordados”.
Después de nueve meses de intenso trabajo y tras haber experimentado complicaciones relacionadas al hecho de tener que lidiar con un proyecto tecnológico de tremenda envergadura que ha involucrado a tantas personas, Genaro admite que está bajo un estrés emocional evidente. Pero no deja de sonreír. “A mí trabajar me encanta”, dice, contento.