Tiene 31 años. Es abogado y congresista independiente. En estos días dos temas lo tuvieron muy preocupado: que por fin se creara la comisión investigadora del caso Sodalicio y que se ampliara la moratoria de la reforma universitaria.
Por Mariano Olivera La Rosa
Conocido por impulsar temas polémicos, el parlamentario que renunció a la bancada de PPK luego del indulto a Fujimori opina sobre la tormentosa actualidad política del país.
¿Rescatas algún buen momento de tus últimas navidades?
Por su cumpleaños, mis hermanos y yo le regalamos a mi papá un juego de sapo. ¡En Navidad hubo un tremendo torneo!
¿Te has sentido burlado por Pedro Pablo Kuczynski?
Sentí que rompió la confianza que un oficialista debe tener con el Ejecutivo.
¿Qué futuro político auguras al presidente y su bancada?
Más que augurio, un buen deseo: estabilidad.
¿Y a Alberto Fujimori y Fuerza Popular?
Otro buen deseo: una actitud más constructiva hacia el país.
¿Qué opinas del rol de Kenji Fujimori en todo esto? ¿Ves dosis de maquiavelismo en el personaje que ha desarrollado?
Su objetivo siempre fue claro: liberar a su papá. Todo lo demás era secundario.
A posteriori, ¿consideras que la vacancia presidencial hubiera sido una mejor consecuencia que el indulto a Fujimori?
Ninguna de las dos opciones eran ni son aceptables.
¿Cómo definirías al nuevo “gabinete de la reconciliación”?
Claramente no es un gabinete de la reconciliación… Es el gabinete de la supervivencia política.
Ad portas del bicentenario, ¿cuán optimista eres con respecto a lograr que el Perú se convierta en una sociedad justa y respetuosa de los derechos humanos?
Hay que trabajar muy duro para lograrlo. Con la confianza y energía que nos da el saber que estamos del lado correcto de la historia.
Has respaldado iniciativas como la unión civil, la ley del cannabis medicinal y el derecho a postular a cargos públicos de los sentenciados por terrorismo que recibieron un indulto razonado. ¿Cómo imaginas el Congreso si todos los congresistas compartieran tu mentalidad?
Espero que eso nunca suceda. Es importante que haya diferentes miradas y posturas en un Congreso: eso es lo que lo hace democrático.
¿Encuentras a alguien en quien podamos confiar al cien por ciento en la arena política?
Creo que la confianza ciega no es buena; como tampoco la desconfianza hacia todo y todos.
¿En algún punto considerarías postular a la presidencia del país?
No. Para mí es clave lograr un balance entre vida pública y vida privada, y creo que es muy difícil lograr eso en un puesto así.
¿Qué es lo mejor de ser congresista de la República?
Cuando logras derribar prejuicios para mejorar la vida de la gente (cannabis medicinal).
¿Y lo peor?
Cuando no te alcanzan los votos para lograrlo (unión civil).
Lee la entrevista completa en la edición 634 de Cosas.