“Muchos actores dicen que actuar es lo único que saben hacer”, asegura Gael quien acababa de ser coronado con el Globo de Oro al Mejor Actor de una Serie de Comedia o Musical por “Mozart in the Jungle”, la fresca y divertida apuesta de Amazon. “Pero yo me dedicaría a otra cosa, no sé muy bien a qué, pues aunque me interesan cosas muy complejas, como la ciencia, la física o la biología, de las cuales, por cierto, leo mucho, apenas soy un amateur y no podría trabajar en un laboratorio. Pero hay otras cosas con una vertiente artística o deportiva que me llaman mucho la atención, y la verdad es que todavía añoro la época de cuando quería ser futbolista”, agrega.
Obviamente, está lejos de arrepentirse de haber explorado y curioseado por vidas ajenas. Pero sí hay algunas cosas que han cambiado desde que rodó “Amores perros”: “Tenía 19 años y ahora tengo 37. El trayecto ha tenido sus ondulaciones, sus idas y vueltas, sus subidas y bajadas. Hay veces que todo tiene sentido y hay veces que nada lo tiene, como todo en la vida. Pero hay una cosa en particular que sí sucedió y fue el entender esto como una profesión, es decir como un trabajo. Durante mucho tiempo no lo veía así, lo veía como un divertimento, como un juego interesante”, afirma.
CORAZÓN MIGRANTE
El pretexto para hablar con Gael es “Desierto”, la nueva película de Jonás Cuarón, que narra la brutal cacería de un grupo de migrantes mexicanos y centroamericanos que cruzan el desierto, en busca del “sueño americano”.
Gael es en sí mismo un migrante y ha visto, con sus propios ojos, el sufrimiento, el dolor de personas que incluso han dejado la vida en el intento. No es una exageración. En el documental ficcionalizado “¿Quién es Dayani Cristal?” (2013) siguió las huellas y los restos de un hombre sin identidad que fue abandonado en el desierto, tras sufrir un accidente.
“En algún momento la migración era algo tan lejano que me daba mucha curiosidad, sobre todo por la situación tan distinta a la mía que vive una persona en una migración forzada. No entenderlo también me resultaba terriblemente atractivo. Luego, cuando años después llega Jonás y me habla de ‘Desierto’, yo estaba muy cercano a toda esa situación, y sabía lo que él quería contar. Fue como si ya hubiera hecho el ensayo previo, al que se sumó un factor sumamente importante, y es que Jonás planteó el proyecto como una película de género, una mezcla de thriller, con acción y algo de horror. Así es que la idea me fascinó. Lo terrible de la migración forzada y criminalizada es que convierte a los migrantes en seres invisibles, los convierte en nadie, para que cualquier persona pueda hacer con ellos lo que quiera, secuestrarlos y convertirlos en esclavos”.
De México, Gael logra ver la fotografía completa. Un país hermoso e infinito con “lo mejor de la humanidad”, y una “espiral de violencia brutal, mezclada con corrupción e impunidad”. “México me duele mucho, porque es mi gente. Creo que ningún ser humano debería estar expuesto a la migración forzada, porque, además, quienes la emprenden están buscando lo mejor para ellos y para su familia”.
LAS DROGAS Y “EL CHAPO”
La conversación llega de manera natural al mundo de las drogas –el otro gran tema pendiente entre México y Estados Unidos–, y hacia un debate por la legalización de la marihuana, que promete ser el protagonista de la agenda pública. “Por supuesto que estaré involucrado en el debate. ¡Es increíble que una droga tan poco peligrosa como la marihuana, esté en el mismo nivel de criminalidad que la cocaína! Y que la mitad de las personas recluidas en las cárceles del mundo por temas de narcotráfico, lo estén por la marihuana, ¡es ridículo! Estamos encarcelando a personas por una planta casi casi homeopática”.
Algunas de sus conclusiones, confiesa, se las debe al ensayista español Antonio Escohotado, de quien recomienda su libro “La historia general de las drogas”, un tratado en el que se comparan los efectos secundarios y las muertes provocadas por distintas sustancias, desde la cafeína hasta la heroína, pasando por el alcohol y los tranquilizantes.“Es ridículo porque se trata de una droga como el azúcar, la cafeína, el tabaco o el alcohol, que te alteran, y es ahí donde empieza la comparación más drástica, porque es abrumadora la cantidad de muertes que ha ocasionado el alcohol en comparación con las que ha causado la marihuana, porque esta tiene cero. ¡Cero!”.
El tema desemboca en el ahora mediatizado encuentro y –las presuntas negociaciones para una película– que sostuvieron Kate del Castillo y Sean Penn, con el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
“Es difícil hablar de eso porque hay muchas cosas de la intriga que no conozco, que no sé. Pero si el objetivo de la entrevista era ampliar el debate en torno a la droga y la criminalización de las mismas, creo que logró todo lo contrario: lo banalizó aún más, porque no creo que haya tenido consecuencias muy favorables para el tema”.
Texto: Sal Franco