Después de participar en dos aplaudidas películas durante el último año, Chalamet se ha convertido en el intérprete más prometedor de la nueva generación en Hollywood. Con múltiples nominaciones a premios por su rol en Call Me By Your Name, el joven de 22 años es ya una estrella con un largo y brillante futuro.

Por Yenny Nun, desde Los Ángeles

Conversamos con Timothée Chalamet en Los Ángeles pocos días después del estreno de Call Me By Your Name y durante un par de fiestas antes de los Globos de Oro. Le sugerimos que era una “apuesta segura” para las premiaciones, a lo que, nervioso, contestó solo con una sonrisa.

Para la película «Call Me By Your Name», Chalamet tuvo clases de piano cinco días por semana con el compositor italiano Roberto Socchi.

Con solo veintidós años ya estuviste nominado a los Globos de Oro y ahora al Oscar. ¿A qué lo atribuyes?

Uno de mis agentes, Brian Swardstrom, me ha acompañado desde que tenía dieciséis o diecisiete años, y me inculcó la filosofía de hacer buenos proyectos con excelentes directores. También representa a Edward Norton, Aaron Taylor-Johnson y Emile Hirsch, actores a los que admiro. No hicimos un plan para participar en estas películas, sino que nos guiamos por esa filosofía.

¿Tenías un plan B?

Llevo dos años de estudios, primero en Columbia y ahora en la Universidad de Nueva York, pero aún no elijo una carrera.

Eres uno de los actores más jóvenes en ser nominado a un Oscar…

La reacción del público a Call Me By Your Name y Lady Bird ha sobrepasado todos mis sueños. Soy muy joven para estar en este lugar, me queda mucho por aprender y recorrer. Pero cualquier tipo de reconocimiento es crucial para los artistas jóvenes. Sé muy bien lo que significa ser el último en una audición. Crecí en Manhattan Plaza, un edificio en Nueva York donde se enseña teatro y música. Por eso, estas nominaciones me llenan de gratitud, y sé que en una carrera como esta habrá momentos altos, pero también otros bajos.

¿Cómo te preparaste para tu rol en Call Me By Your Name?

El director tuvo la idea de que Armie y yo llegáramos a Cremona, en Italia, un mes antes del rodaje, para conocernos y adentrarnos en nuestros personajes. Cuando niño, había pasado mis veranos en Francia, por lo que entendía bien cómo es la vida en un pequeño pueblo europeo. Llegar allí con semanas de antelación nos ayudó muchísimo, y cuando comenzó el rodaje fue como subirse a un escenario de teatro para mí. Con Armie ya habíamos creado una amistad, por lo que nuestras escenas salieron muy naturales.

Armie Hammer, coprotagonista de “Call Me By Your Name”, Chalamet y el director Luca Guadagnino en Roma.

¿Cómo describirías a Elio, tu personaje?

Existe tensión en la superficie de su existencia; está en un período de transición en su vida, haciéndose hombre y lidiando por primera vez con su impulso sexual. Como actor, fue un regalo del cielo. Con Armie sentimos que nuestras almas se unían, hubo una excelente química entre nosotros.

Tu papá es francés y tu madre, estadounidense. ¿Dónde creciste?

Todos los años pasé tres o cuatro meses en un pequeño pueblo francés de tres mil habitantes, a una hora de Saint Étienne. Luego regresaba a Hell’s Kitchen, en Nueva York. Probablemente no me habría convertido en actor si no hubiera sido aceptado en La Guardia, un colegio público de arte dramático muy prestigioso. Vengo de una familia de artistas. Mi abuelo, Harold Flender, escribió varios guiones y libros respecto al Holocausto. Mi tío, Robin Flender, fue director de cine. Tengo otra tía guionista, y mi mamá es actriz.

with mia madre at the Oscars ❤️

A post shared by Timothée Chalamet (@tchalamet) on

¿Cómo es la relación con tus padres?

Tuve la suerte de que mis padres me apoyaran desde un comienzo. Mi mamá estuvo en el estreno de Call Me By Your Name, y no me inhibió la idea de que viera todas esas escenas íntimas. Los dos me apoyan en todo.

¿Es verdad que te independizaste de ellos cuando comenzaste a trabajar?

Sí, cuando me ofrecieron mi primer papel en Interstellar, que se rodaría en Canadá, preferí que mis papás no me acompañaran como guardianes legales. Encontré una ley en Los Ángeles que establecía que si una persona era mayor de dieciséis años y ya estaba graduada del colegio podía viajar sola. Siempre sentí que el espacio creativo del set se reduce cuando los actores son acompañados por guardianes. Desde chico he sido muy independiente.

A post shared by Timothée Chalamet (@tchalamet) on

Un amor prohibido

En Call Me By Your Name se muestra un verano idílico cuando nace el amor entre dos jóvenes. ¿Has tenido una experiencia parecida?

Hubo un verano en París. Había vivido mi primer flechazo, pero ella se quedó en Nueva York, y yo caminaba por París muy triste, escuchando a Edith Piaf y otros cantantes románticos franceses. Fue el mismo verano en que me contrataron para la obra The Talls, en Nueva York. Cuando regresé a Estados Unidos, me di cuenta de que la actuación ya no era un hobby para mí. Y, por supuesto, estuve feliz de volver también a los brazos de mi novia. (Aparentemente, se refiere a Lourdes León, la hija de Madonna, con la que mantuvo una relación por un tiempo).

Esta cinta muestra que el amor y el éxtasis van de la mano, y que pueden ser experiencias muy dolorosas. ¿Alguna vez lloraste por amor?

Esta película me gusta porque muestra todas las variantes de un primer amor. En mi propia vida, y no me refiero necesariamente a un amor romántico, creo que con las personas que amo es con las que me siento más vulnerable.

https://www.instagram.com/p/BQojhHlho-G/?taken-by=tchalamet

¿Crees que la escena del durazno se convertirá en una de culto en el futuro?

Bueno, hago el amor con esa fruta y he pensado que en el peor de los casos pasarán los años y todavía habrá gente que lo recordará en la calle. No me intimidé filmando esa escena, porque es la realidad de mi personaje: está experimentando con su sexualidad. Cuando eres joven, buscas adoptar una personalidad, y Elio se identifica con Oliver y se enamora de él, convirtiéndose en su amante con total abandono.

En la película tocas la guitarra y el piano. ¿Eres músico en la vida real?

Toqué el piano mientras crecía, y luego, como muchos niños, dejé de hacerlo a los trece años. Como parte de la preproducción de la película, Luca, el director, contrató al gran compositor italiano Roberto Socchi, que vive en un pequeño departamento en la preciosa Villa de Luca, para que me diera clases. Practiqué una hora y media cinco días a la semana. Roberto tuvo mucha, mucha paciencia conmigo.

¿Qué recuerdos guardas de Italia?

Una sensación de calma que en Nueva York es imposible de conseguir. Cuando partí de Cremona, tenía una sensación de paz y quietud que se demoró en disiparse, pero después de dos o tres meses volví a sentir la misma ansiedad, esa voz que te dice que salgas de tu departamento aunque no tengas ningún lugar a donde ir. Cuando estuve en Italia, las frutas y los jugos eran frescos.

Acabas de terminar de filmar “A Rainy Day in New York”, dirigida por Woody Allen y coprotagonizada por Selena Gomez. ¿Qué opinas de la controversia respecto a Allen?

Por razones contractuales no puedo contestar, pero decidí que no quiero beneficiarme económicamente con esta película, por lo que donaré mi salario a tres organizaciones benéficas, incluyendo Time’s Up y otra que protege los derechos LGBT.