El maquillador peruano ha trabajado con algunos de los más destacados fotógrafos, para diversas publicaciones del mundo de la moda, y con estrellas como Naomi Watts, Claudia Schiffer o Julianne Moore. Este año, en sintonía con el universo millennial, ha lanzado su propio canal de YouTube (Sergio Corvacho – Beauty School) y, en paralelo, está a cargo de las secciones “Une fille, un style” y “How to wear it”, en “L’Officiel Paris”.
Foto de Sofi Penton
Tener un canal de YouTube llevaba tiempo en el radar de Sergio Corvacho. “Uno de los secretos de mi trabajo siempre ha sido relacionarme con las generaciones jóvenes”, afirma. “No me gusta relacionarme con gente de mi generación, porque creo que envejece muy rápido y, al dejarte influenciar por ese tipo de mentalidades, tu trabajo también se vuelve anciano”.
El maquillador confiesa que hace mucho tiempo dejó de creer en el modelaje. “En general, el mundo no idolatra a las modelos como se las idolatraba en los años noventa”, dice. “Las modelos han pasado a ser personajes sin interés, irrelevantes, superficiales; ya no son un ejemplo a seguir. Creo que ahora los jóvenes se identifican los unos a los otros como sus propias influencias”, añade. “El negocio ha cambiado; ya no se trata de las modelos, sino de los influencers. La credibilidad ha cambiado, los íconos de los años noventa ya no significan nada: la moda ya no tiene memoria. Hoy la inmediatez es tu principal enemiga”.
Sergio proviene de una generación en la cual la competencia era encarnizada y evidente, al contrario de lo que sucede hoy en día. “Las nuevas generaciones se apoyan entre ellas y trabajan la autoestima de una forma muy positiva”, señala. Al maquillador no le gusta mirar hacia el pasado, ni hablar de referencias, inspiraciones o tendencias. “Me parece que es una enfermedad visual”. En cambio, le gusta hablar del momento actual. “Desde que surgieron los millennials y empezaron a crear plataformas y a destacar a nivel virtual, veo que hay un hambre de éxito y conocimiento fortísimo”, comenta. “Hay una ambición que no vi en mi generación, y veo que es gente preparada para hablar de sus inquietudes. Por eso decidí adaptarme a esta nueva corriente. Uno tiene que estar preparado ante este cambio gigante”.
Sin embargo, Sergio admite que, a la par de reinventarse permanentemente, continúa trabajando en “el mundo antiguo”, por la repercusión de todos los años que lleva inmerso en la industria de la moda. “Lo que me da risa –revela– es que modelos consagradas, que han hecho campañas para Prada o Louis Vuitton, me ruegan para que las ponga en mi canal. Ellas mismas se han dado cuenta de que no tienen ningún impacto en medios sociales, ni en la juventud de ahora. Son obsoletas a nivel de imagen”.
2018
Para Sergio, este año ha arrancado con nuevos desafíos. A fines de enero –con el apoyo del maquillador y youtuber Martín Catalogne, con quien trabajó en “Peru’s Next Top Model”–, lanzó su canal de YouTube a través de la primera emisión de “Sergio Corvacho – Beauty School”, donde comparte algunas de las técnicas y tips que ha puesto en práctica a lo largo de su trayectoria. Desde este año también está a cargo de las secciones “How to wear it” y “Une fille, un style”, en la exclusiva revista de moda “L’Officiel Paris”. En la segunda sección, además de maquillarlas y peinarlas, fotografía a sus clientas. “Me ocupo de toda la imagen”, precisa. “Hago mi propio casting; busco personas muy emblemáticas de la escena parisina”.
Desde hace ya varios años, Sergio cambió Nueva York por París como centro neurálgico de su trabajo. “No lo supe cuando vivía en Nueva York, pero la capital de la imagen realmente es París”, asegura. “Nunca me he dejado invadir por mi zona de confort. He cambiado de ciudades, de trabajo, de clientes; no me ha dado miedo ni pena abandonar una carrera sólida para empezar de cero en otro lugar, porque pienso que es la comodidad la que arruina las carreras”.
¿Qué opinión tiene de la escena peruana? “El Perú tiene su identidad y debe ser fiel a ella”, dice. “Los peruanos tienen que vivir su vida como les dé la gana. Si les gusta el rojo, que sean felices con el rojo. Más vale una persona con identidad que una persona bien vestida sin personalidad”.