La duquesa de Cambridge se acaba de retirar de los actos oficiales en el Reino Unido, con lo que todo un país se encuentra pendiente de las novedades que llegarían, según la prensa británica, a mediados de abril, cuando nazca su tercer hijo.
«De un minuto a otro”. Esa fue la respuesta del príncipe William a Ringo Starr, el ex baterista de The Beatles, cuando este le preguntó para cuándo esperaban el nacimiento de su tercer hijo. La conversación tuvo lugar el martes 20 de marzo, en la ceremonia en la que el duque de Cambridge le entregó la Orden de Caballero al músico en representación de su abuela, la reina Elizabeth II.
El bebé, que ocupará el quinto lugar en la línea de sucesión al trono británico, nacería a mediados de abril, según la prensa. Al nacer, desplazará automáticamente al príncipe Harry. Si no hubiera cambiado la norma que establecía que los hijos varones siempre estarían antes en la línea de sucesión al trono que las mujeres, el bebé por nacer, de ser niño, se habría adelantado a su hermana Charlotte.
Aunque Kate Middleton preferiría dar a luz en su residencia, como manifestó durante sus dos primeros embarazos, los médicos que se encargan de ella han dejado claro que no será así, y que el parto se llevará a cabo en el St. Mary’s Hospital de Londres, como sucedió también con Charlotte y George. Lo que sí está claro, siempre según los médicos, es que, salvo que se presente algún problema grave, Kate estará en el hospital la menor cantidad de tiempo posible.
La prensa británica no ha dejado ningún detalle al aire, e incluso ha descrito, nombre por nombre, al equipo que acompañará a Middleton en su tercer parto. Por supuesto que estará William, como sucedió en las dos ocasiones anteriores. Además, la acompañarán Catherine Quinn, secretaria y mano derecha de la duquesa; Alan Farthing, el obstetra que trajo al mundo a George y Charlotte; su estilista personal Natasha Archer; Amanda Cook Tucker, su peluquera; y, evidentemente, Carole Middleton, su madre, quien también la acompañó en los dos primeros partos.
El embarazo no ha sido nada fácil para la duquesa de Cambridge, que tuvo que estar ausente de sus responsabilidades diplomáticas en las primeras semanas por sufrir hiperémesis gravídica, lo cual supuso que se internara en hospitales unas cuantas veces. La hiperémesis es una forma extrema de náuseas matutinas, algo bastante común en muchas mujeres en estado de gestación.
Las especulaciones más importantes en torno al nacimiento del nuevo miembro de la familia real tienen que ver con su sexo. Ni William ni Kate han dado ninguna pista, como suele suceder, pero incluso ya las casas de apuestas se la juegan por algunos nombres. De ser hombre, los nombres favoritos son Arthur y Harry, mientras que, de ser mujer, los duques de Cambridge optarían por Mary, Alicia o Victoria. Todos pertenecen a antepasados de los Windsor.
Lo cierto es que la primera en enterarse del nombre y del nacimiento del bebé será la reina Elizabeth II. El anuncio oficial para el resto del mundo se hará a través de la cuenta de Twitter del Palacio de Kensington, como sucedió con Charlotte y George.
La otra cuenta regresiva
Si bien el evento más importante de los próximos meses será el nacimiento del tercer hijo de los duques de Cambridge, la boda del príncipe Harry y Meghan Markle le sigue por muy poco. El 19 de mayo, los futuros duques de Sussex se casarán en Windsor y el entorno de Kate Middleton ha dado por descontado que la princesa estará “completamente recuperada” para asistir al matrimonio de su cuñado.
De hecho, durante un tiempo se especuló con que Kate sería una de las damas de honor de Meghan, pero dicho rumor parece haber perdido asidero. La prensa británica sostiene que la relación distante que mantienen las dos –que se conocen hace poco más de un año– es una de las razones por las que Markle ha decidido que Jessica Mulroney cumpla con ese papel. Una fuente cercana a la actriz ha declarado a “The Sun”: “Ellas son muy diferentes. Meghan tiene un círculo social muy definido y cercano en Londres porque es una mujer muy independiente. Su único contacto con Kate es a través de los pocos eventos oficiales a los que acuden juntas”.
Otro rumor que llegó a su fin fue el que aseguraba que los novios habrían invitado a más de mil personas a presenciar su matrimonio. La semana pasada, el Palacio de Kensington, a través de su cuenta de Twitter, anunció que las invitaciones para la boda ya estaban listas para ser entregadas a los invitados. Al final, son seiscientas para la ceremonia religiosa que se llevará a cabo en la iglesia de St. George y otras doscientas para la recepción privada que se realizará en el castillo de Windsor.
Con la llegada de las invitaciones, diseñadas por la artista Lottie Small, de la casa de impresiones Barnard & Westwood, han llegado también los primeros despechados. La mayoría de estos pertenece a la familia de Meghan, lo cual no debería sorprendernos, ya que la relación entre la novia y muchos de sus familiares es bastante mala. Sus hermanastros Samantha y Thomas Jr. Grant no estarán en la boda. Recordemos que Samantha publicó el año pasado un libro en el que llamaba a Meghan “princesa trepadora”, ya que, según ella, su hermanastra siempre tuvo un plan para convertirse en princesa y aprovecharse de la Casa Real.
Tampoco están invitados sus primos, con quienes mantiene una relación absolutamente lejana, aunque ellos sí estarán en Windsor. Resulta que la cadena británica ITV ha contratado a su prima Tracy Markle y a su sobrino Tyler Dooley para que comenten la unión en vivo. “Para nosotros será un honor comentar la boda por más que no hayamos sido invitados”, señaló, no sin cierta sorna, Tracy a la misma cadena para la que trabajará el 19 de mayo.
Quien sí ha sido invitado –y llevará a la futura princesa del brazo– es Thomas Markle, el padre de Meghan. Si bien se especulaba que Thomas no acudiría a la boda porque detesta salir en la prensa, se ha podido saber que sí estará en Windsor, a pesar de que vive en México, alejado de su hija y, según reportan algunos medios, “recluido y en la ruina”.