En el 2013, COSAS cubrió la llegada del primer hijo de los duques de Cambridge desde Londres. Aquí un reportaje de colección con el nacimiento del príncipe George. 

Por José María López de Letona, desde Londres.

El 22 de julio a las 16:24, hora local, (9:24, en Lima), el día más caluroso del año en Londres, la duquesa de Cambridge dio a luz al futuro rey de Inglaterra, un niño de casi cuatro kilos de peso. William fue el único familiar que estuvo presente, y la acompañó durante todo el proceso. El duque llamó por teléfono a la reina, luego a su padre, a su hermano Harry y a los Middleton. Todos pudieron hablar un momento con la duquesa. Apenas se dio a conocer la noticia, Londres estalló en júbilo y la fuente de Trafalgar Square se iluminó de azul. London Eye, icónica noria londinense, también se iluminó de rojo, azul y blanco, los colores del Reino Unido.

Al día siguiente, la Tropa del Rey disparó 41 cañonazos desde Green Park, y también se dispararon 62 cañonazos desde la Torre de Londres en honor al principito. Las campanas de la Abadía de Westminster tañeron todo el día. Poco después de las siete de la noche, los duques salían a presentar a su hijo, para el cual todavía no hay nombre. Kate lucía radiante en un vestido azul en crépe de chine de la diseñadora inglesa Jenny Packham. William bromeó: “¡Tiene un buen par de pulmones y pesa bastante! Además, tiene más pelo que yo”. Poco después salieron hacia el Palacio de Kensington en una camioneta manejada por el propio William.

Un momento histórico: Kate y William salen del Lindo Wing del Saint Mary’s Hospital con el
príncipe de Cambridge.

Desde el lunes 22 se han escrito veinticinco mil trescientos royal baby tuits por minuto y el hashtag #RoyalBaby se había utilizado más de un millón de veces hasta el cierre de esta edición. Como manda la tradición, un escrito con la feliz noticia fue colocado en el easel, un caballete dorado en la entrada del Palacio de Buckingham: el mismo en el que se anunció el nacimiento de William. Horas después, el príncipe dijo: “No podríamos estar más contentos”. El príncipe Charles declaró que tanto él como Camilla están “felices y orgullosos”, y que ser abuelo por primera vez es un gran acontecimiento. “No podemos esperar a conocerlo”. Después, reconoció haber brindado con champagne junto a Camilla para celebrarlo. Por su parte, el primer ministro David Cameron comentó: “Serán unos padres maravillosos”. Los Obama, Vladimir Putin y Simon Peres, entre otros líderes mundiales, también se sumaron a las felicitaciones.

Los duques han dicho en todo momento que quieren ocuparse de la crianza de su hijo, y aunque probablemente tendrán alguna nana, ellos cuidarán del bebé junto con Carole Middleton. Aunque son conscientes de que son padres de un futuro rey, quieren alejarse en lo posible de la formalidad y el protocolo. Tiene dos sucesores por delante, y el bebé podría no convertirse en monarca hasta el año 2060. William siempre ha comentado que los tiempos más felices para él fueron cuando estuvo alejado de los focos, en la universidad, en la época en que se enamoró de Kate. En consecuencia, intentarán encontrar un balance entre la privacidad que quisieran para su hijo y la comprensión de que, como futuro jefe de Estado del Reino Unido y los países de la Commonwealth, atraerá muchísima atención.

Los duques de Cambridge salieron a la puerta del hospital a las siete de la
noche, hora local.

Una larga espera

A las seis de la mañana, hora local del día 22, la duquesa de Cambridge ingresó al Lindo Wing del hospital Saint Mary’s Hospital de Paddington. Luego de semanas de tensa espera –porque se especuló con que el hijo de los duques de Cambridge podría nacer alrededor del 1 de julio– el mundo respira tranquilo. En la puerta del área del Saint Mary’s donde se encontraba la duquesa no cabía un alfiler. Lo cierto es que, con varios medios como “The Guardian” y “The Telegraph” con una cámara en vivo casi 24 horas al día, nadie se tenía que mover de su sofá para tener un asiento de primera fila. Aunque “The Guardian”, de tendencia republicana, al menos ha tenido la delicadeza de tener dos versiones en su página web: una para monárquicos y otra para republicanos, en la que ni se menciona la noticia del nacimiento real. Los tiempos no están como para perder lectoría…

El fin de semana anterior al nacimiento del royal baby, Londres ya hervía. Literalmente. Si hay algo que ha acaparado las noticias tanto como el nacimiento del futuro rey de Inglaterra, es la ola de calor que sacude a la capital británica desde hace varios días.

El tabloide “The Sun” cambió su nombre por “The Son” (“El Hijo”) en honor al nuevo príncipe.

En Londres, COSAS se reunió con la editora de la revista “Tatler” –la “biblia” social inglesa–, Sophia Money-Coutts, en una terraza de Hannover Square. Sophia es cercana al círculo de Kate y nos juntamos con ella hablamos sobre los entresijos del nacimiento del año. Nuestra siguiente parada fue el Saint Mary’s Hospital de Paddington, donde la prensa de medio mundo ha estado más de dos semanas esperando, esperando… y esperando.

La gente se ha tomado las cosas con humor. Desplegaron sus tiendas, sus sillas para tomar sol y se hicieron amigos, aunque la rivalidad por un espacio fue feroz. Había medios de prensa chinos, australianos, franceses, alemanes y, por supuesto, británicos. Conversamos con dos camarógrafos de la BBC. “Nosotros no somos de los que nos quedamos a dormir”, dijo uno. “Venimos cada día a las seis de la mañana. Pero nuestros amigos estadounidenses –hace un gesto a la izquierda con la cabeza– llevan diecisiete días aquí”. Terry Hutt, un hardcore-royalist de la ciudad de Cambridge y que sirvió en las Fuerzas Armadas, ha estado doce días durmiendo en un banco en la puerta del hospital. Va vestido con la bandera de la Unión de la cabeza a los pies y dice que de tanto gritar y cantar, se ha quedado sin voz.

Ailsa Anderson, secretaria de prensa de la reina, y Badar Azim colocan la proclamación oficial en la entrada al Palacio de Buckingham.

Las casas de apuestas siguen ganando dinero con especulaciones sobre el nombre, pues aún no se sabe nada y es probable que no se anuncie en varios días (el anuncio oficial del nombre del príncipe William, por ejemplo, se hizo once días después de que llegara al mundo). Algunas son realmente inverosímiles: Pocahontas, por ejemplo, tiene una probabilidad de 500 a 1. Por otro lado, el retraso en el parto se prestó a bromas curiosas: el martes 16, Londres amaneció estupefacta al ver a una pareja idéntica a William y Kate paseando por Hyde Park con un carrito para bebé.

Habla un experto

Charles Anson, durante años ex secretario de prensa de la reina Isabel II, es uno de los mayores expertos en realeza y protocolo. Con él nos conversamos en uno de los hoteles más exclusivos de Londres. Anson ha sido comentarista de la llegada del bebé real en paneles para la BBC, la NBC y varios medios más. “En cualquier familia, una nueva generación es emocionante. Un famoso historiador dijo en una ocasión: ‘Monarchy is human experience writ large’ (‘la monarquía es como la vida real, pero en grande’). Es muy fácil sentirse identificado con el nacimiento de un bebé, porque todas las familias lo experimentan”.

Primera imagen del príncipe de Cambridge, futuro rey.

Anson enfatiza que, en el caso de una monarquía hereditaria, como la británica, el tema del sucesor es de una importancia vital. El bebé será rey del Reino Unido, y lo hubiera sido aunque fuera una niña. Para el ex secretario de la reina, este es un momento histórico. Pero si algo resalta de la monarquía de su país, es su capacidad de adaptación, un cambio que, por otra parte, la mayor parte de la sociedad espera.

Esto no quita que se trate de un acontecimiento muy público: “Tenemos en Londres a gente de todas partes del mundo, incluso medios de repúblicas acérrimas como Francia o China. Hay un interés inmenso en el embarazo de Kate, y lo hubo desde que se anunció. Tony Blair definió a Diana como la ‘princesa del pueblo’, y yo opino que este fue el ‘embarazo del pueblo’”.

Londres entero se lanzó a las calles para celebrar el feliz acontecimiento.

Hay una sensación de “pertenencia” en el Reino Unido, como si el bebé no fuera solo de Kate y William, sino de todos. Pero, como comenta Anson, este también un momento muy privado. Refiere que en el libro que escribió Tina Brown sobre Diana, princesa de Gales, había una copia de una carta manuscrita por el príncipe Charles a su prima Patricia Mountbatten, hija de Lord Mountbatten. En ella decía que se alegraba muchísimo de haber estado presente en el parto de William, que se demoró dieciséis horas. El príncipe refirió que fue maravilloso ver a la criatura y sentir esa intimidad con su esposa, a la vez siendo muy consciente de que el bebé pertenecía al mundo entero.

¿Sigue Kate siendo tan popular? Anson le da un sorbo a su taza de té antes de responder. “¿Sabes?, creo que el motivo principal de su popularidad es su sonrisa maravillosa. Alguien que sonríe en un mundo lleno de malas noticias es siempre muy agradable”. También resalta que Kate se desenvuelve muy bien en su trato con la gente: es muy natural con personas mayores y jóvenes, sin que importe su condición social. Ella y William forman una pareja moderna y relajada. “Esto es un ejemplo más de cómo la monarquía se adapta a los cambios”, acota Anson.

Cientos de personas esperan para tomar la primera instantánea del futuro rey.

 ¿Qué hay de los padrinos? “Harry seguramente será uno de ellos, porque es muy unido a su hermano y también a Kate. Los dos la protegen mucho. Pippa es otra opción, y algún miembro de la familia real. En estos casos, usualmente hay cuatro padrinos”, anticipa el ex secretario de Isabel II. Al concluir nuestra entrevista, Anson comenta que la gente está feliz porque la idea de un miembro de la clase media que ingresa a la familia real, hace muy bien su trabajo y consigue ser muy natural, ha convertido a la duquesa en un personaje muy popular. 

Los británicos admiran a William y Harry y cómo han conducido sus vidas desde la muerte de su madre. “Son jóvenes de su generación, y eso se ve en la manera en que hablan, se sientan, incluso como se remangan las camisas. Son muy naturales, pero profesionales a la vez”, dice Anson.

Desde la emblemática Torre de Londres se dispararon 62 cañonazos en honor a
“Baby Cambridge”.

No cabe duda de que esta buena nueva viene en un momento inmejorable. Londres todavía está en la cresta de la ola de los Juegos Olímpicos y del Jubileo de Diamantes de la reina. Como dice Anson, “la monarquía, en sus mejores momentos, es una historia de éxito. A la gente le gusta que los royals visiten su fábrica, su colegio, su hospital… Además, estamos teniendo un verano glorioso y Andy Murray acaba de ganar Wimbledon. No se puede pedir mucho más”.

En marzo, Kate le comentó a un soldado en el desfile del Día de San Patricio, en Aldershot, que ella quería un niño, aunque su esposo prefería una niña. Felicitaciones, Kate. Diste a luz a un niño, un futuro rey, y el mundo entero celebra contigo.