Tras la cuarta edición de PAR, ranking de equidad en las organizaciones, se pone en evidencia que el país también es parte de un movimiento mundial en el que la mujer tiene las mismas oportunidades que otros en el ámbito empresarial.
El Foro Económico Mundial ha calculado que la equidad de género –en todo sentido– se logrará en ciento setenta años. La cifra desalienta, especialmente porque en los últimos años, y más que nada en países occidentales, se ha ido armando un movimiento que busca que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres; ciento setenta años hacen que parezca que el esfuerzo es en vano. Pero no hay que olvidar la otra cara de la moneda: la cifra motiva a que el trabajo por la equidad aumente.
Lo cierto es que vivimos en una suerte de transición. Estamos en tiempos en los que las actrices de Hollywood no quieren hablar más de su físico, sino cuestionar hechos que se han normalizado y hay que cambiar. Reese Witherspoon, por ejemplo, ha criticado duramente cientos de guiones en los que los personajes femeninos giran alrededor del protagonista, que, por supuesto, es hombre. Y otras actrices, como Emma Watson, Jessica Chastain, Charlize Theron y Emma Stone, han alzado su voz para demandar la igualdad salarial.
Por su lado, las redes sociales se han convertido en una plataforma en la que millones de mujeres denuncian que en sus espacios de trabajo sufren de acoso y que sus pares masculinos ganan más que ellas. El primer paso, que es denunciar sin miedo, se está tomando. El reto es, entonces, dar pasos agigantados.
La pregunta es obvia. ¿Qué está pasando en el Perú? En los medios de comunicación abundan las malas noticias referentes a este tema, pero lo cierto es que hay fichas en el sector corporativo que se van moviendo de manera correcta: existen empresas que están decididas a erradicar la falta de igualdad. Así se dejó en evidencia en la cuarta edición de PAR, ranking de equidad en las organizaciones. Este dio un diagnóstico de aquellas empresas que promueven las buenas prácticas para generar igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en instituciones del sector público, privado y pequeñas empresas.
Andrea de la Piedra, gerente general de Aequales –consultora encargada de realizar el ranking– comentó que “la equidad de género en el país debe partir desde las organizaciones, para reducir las brechas salariales, la violencia, el acoso y las barreras que dificultan el avance de las mujeres”.
Entre los primeros puestos figuran Alimentos La Nuestra, el Jurado Nacional de Elecciones, Procter & Gamble, Marriott Perú y Sodexo.
Hablemos de confianza
Pero la equidad de género no se logra solo contratando más mujeres. El tema es más profundo. En promedio, las mujeres solo postulan a un puesto de trabajo si es que están seguras de que cumplen todos los requisitos, mientras que los hombres tienen mucha más confianza en obtener el mismo puesto, por más que sean conscientes de que solo cumplen con el sesenta por ciento de los requisitos.
La razón de esto sería un mensaje nocivo, impregnado en la sociedad, que dice que las mujeres no tienen la misma capacidad que los hombres. Lamentablemente, el mensaje se lee entre líneas en todas partes: películas, series, publicidad… Y esto se refleja en el ámbito laboral: se estima que en una reunión de trabajo, los hombres tienen setenta y cinco por ciento más probabilidades de opinar. Las mujeres, en cambio, cuando lo hacen, son normalmente interrumpidas.
Ante esto, Andrea Guerra, directora de Recursos Humanos de Marriot Perú, asegura que es importante generar buenas prácticas que incentiven a las mujeres a postular sin nada que las frene. “Se trata de empoderar tanto a hombres como mujeres para que postulen, pero justamente el punto de partida tiene que ser que los dos se sientan capaces de lograrlo”. De ahí que la empresa cuente con cifras que reflejan que las mujeres ocupan casi la mitad de puestos ejecutivos.
Por su lado, Mariana Olivares, representante de Diversidad e Inclusión de Sodexo, asegura que la clave también radica en eliminar los estereotipos. “Ser electricista, por ejemplo, no tiene por qué ser considerado un trabajo exclusivamente para hombres. Y esa es la idea que compartimos como empresa”, comenta. “Y para lograrlo tenemos una estrategia que se basa en el lenguaje inclusivo. Es decir, cuando se abren puestos de trabajo, evitamos especificar si se busca a un hombre o una mujer”.
Ana Sofía Hernández, gerente senior de Comunicaciones Cluster Pacífico en Procter & Gamble, confiesa que la razón por la que la empresa cuenta con más mujeres contratadas es porque a estas no se les deja de desafiar. “Intencionalmente, les damos puestos exigentes. Esto logra que rápidamente sepan que son mucho más capaces de lo que quizá pensaban”.
Una vez más: los pasos se están dando. No se puede olvidar que por mucho tiempo las generaciones pasadas tuvieron como ejemplo a seguir solo un tipo de mujer. Son más que buenas noticias que pronto las nuevas generaciones considerarán como algo normal encontrarse con una CEO de una corporación transnacional, con una madre que dirige su propia empresa desde casa, con mujeres totalmente independientes, y también con hombres que cumplen los mismos roles y con el mismo sueldo. Como se comentó el día que se dio a conocer el ranking, no se trata solo de alcanzar un ámbito favorable para la mujer, sino para todos. Por eso, un poco más de cuarenta por ciento de empresas del sector privado están empezando a dar mayor importancia al rol de los padres en los primeros días de vida de sus hijos, concediendo más días de licencia de paternidad. La historia está por cambiar.