Es semiólogo, filósofo y rector de la Universidad de Lima desde 2014. Preside la Asociación Peruana de Semiótica. Padre y abuelo. El año pasado publicó un libro en el que analiza, desde la semiótica, la obra del humorista argentino Quino.

Por: Dan Lerner

¿Por qué estudiar el humor y sus significados?

Lo estudio porque es la tonalidad emotiva básica de la condición humana. La disposición de ánimo que siempre está ahí. “Estar de humor” para algo es estar dispuesto a afrontarlo, a darle sentido.

¿Es difícil hacer humor sin ser políticamente incorrecto?

En la actitud humorística, la corrección política es irrelevante e impertinente.

¿Cree que la peruana es una sociedad que se presta para ser caricaturizada?

Cualquier sociedad humana se presta a ser caricaturizada… por humanos. El hombre es el animal que se ríe de sí mismo, que se desdobla en homo ridens y en homo ridiculus. El humor, con gradaciones, incorpora un aspecto cómico y uno trágico. Al reírse de uno mismo, o de los demás, uno se ríe de toda su condición. La comedia acentúa las acciones del personaje. La tragedia acentúa la pasión en cuanto padecimiento.

Fotografía: Universidad de Lima

¿Cree que Quino podría haber hecho uno de sus libros sobre el Congreso peruano?

Creo que Quino podría haberle dedicado una biblioteca.

En algunos países se debate si la filosofía debería ser una asignatura obligatoria. ¿Qué piensa al respecto?

Filosofar es el acto de amor al saber, al pensar, al conocer. Quien piensa lo más profundo, ama lo más vivo. Inquiere por el sentido de la vida, por su significación. Una educación que se queda anclada en la “objetividad” de los conocimientos pierde esa dimensión crítica que no se puede representar ni definir nunca totalmente. Si bien todas las asignaturas deben filosofar, eso no quiere decir que se eluda la disciplina específicamente filosófica. Es inhumano.

¿El Mundial es la cortina de humo ideal para un país tan futbolero como el nuestro?

El Mundial tiene su lado claro como hermosa competencia de talentos. Pero también tiene su lado oscuro cuando es usado por los interesados en distraer de la triste incompetencia de los “tan lentos”.

¿Sigue el Mundial? ¿Qué piensa de la selección?

Lo veo intermitentemente. La selección ha dado un gran ejemplo de trabajo digno, de entrega sin condiciones. Han jugado al límite de sus posibilidades, con verdadero amor a lo que representa la camiseta como símbolo patrio.

Fotografía: Universidad de Lima

¿Qué piensa de la ley Mulder sobre publicidad del Estado en medios de comunicación?

Es una ley que recorta la libertad del Estado para comunicarse de la manera que estime más conveniente y eficaz.

Como semiólogo… ¿cómo ve la campaña política que se está desarrollando para las elecciones regionales y municipales?

Esa campaña está recién en sus inicios. Ya deja ver que será la versión corregida y aumentada de las anteriores. Me refiero a discursos huecos, demagógicos. A la ausencia de verdaderos diálogos y de debates alturados. En fin, a las conocidas mitologías publicitarias que ocultan nuestra anemia política, síntoma del crónico déficit educacional que nos aqueja.

¿Ha asesorado alguna vez a un político? ¿Le gustaría hacerlo?

Nunca lo he hecho. Tampoco me gustaría hacerlo.

¿Cuál diría que es, o ha sido, su mayor adicción?

Mi mayor adicción es la buena lectura. Definitivamente.

¿Qué cambiaría de sí mismo?

Me acepto en lo esencial tal como soy.

¿Cuál es su miedo más grande?

Lo que espera a las generaciones futuras si no se enmienda el rumbo del maltrato al medio ambiente.

¿En qué se reencarnaría?

En un ave salvaje que nadie siquiera imagina.

¿Qué es lo más maravilloso y lo más difícil que le ha tocado vivir?

Lo más maravilloso: el nacimiento de mis hijos y de mis nietos. Lo más difícil: las despedidas definitivas de quienes se han ido dejando huellas de bondad.

«Mundo Mezquino» de Óscar Quezada Macchiavello.

¿Quién o qué ha sido el amor más grande de su vida?

Mi familia.

¿Cuál ha sido su logro más grande?

Mi familia.

¿Qué recuerdo le ha marcado?

El día que mi madre murió súbitamente a los cincuenta años.

¿Hay algo que le falte, o que desee, que haría que renuncie a todo lo que ha conseguido?

Quien no desea no vive, pero nada haría que renuncie a lo que he conseguido.