A través de la rectoría que lidera desde 2014, Ramiro Salas ha emprendido la transformación global de la Universidad San Ignacio de Loyola a partir de una serie de proyectos y acreditaciones internacionales.
Por Edmir Espinoza
El ex viceministro de Turismo y ex agregado comercial del Perú en Alemania reflexiona sobre la calidad de la educación universitaria en el Perú y acerca de los retos que afronta la USIL en su búsqueda de convertirse en una universidad global, líder en innovación e infraestructura.
Las cifras revelan que cada año existen más profesionales que egresan de universidades peruanas en busca de insertarse en un mercado laboral sumamente competitivo. En este contexto, ¿hasta qué punto la educación superior en el Perú garantiza la formación de buenos profesionales?
En el Perú existe una gran variedad de calidades en la enseñanza universitaria, en el sentido de que tenemos universidades estatales y privadas, que de acuerdo a la ley universitaria, y de acuerdo a la autonomía universitaria establecida en la Constitución, pueden desarrollar programas académicos con el criterio que cada una de estas manejen. Esta diferenciación entre universidades privadas y estatales tiende a crear una serie de peculiaridades en los resultados académicos que se obtienen.
¿Cómo asegurar una sostenida mejora en la educación superior?
Actualmente en nuestro país existe una legislación que se encarga de regular los estándares de las universidades. Luego de casi cinco años, todavía está en desarrollo y es muy probable que con el tiempo se vaya afinando. A partir de ello, se debería poder discernir de forma mucho más oportuna lo que es bueno y no tan bueno. Es un tema en el cual el Estado y el Gobierno tienen que poner los parámetros, a fin de que estos estándares sean cumplidos bajo una exigencia que permita la permanente evolución de la excelencia académica a través de las universidades, sean estas públicas o privadas.
¿Cuál es la principal propuesta de valor de la USIL y cuáles los principales diferenciales frente al resto de universidades privadas en el Perú?
Las propuestas de valor que la USIL ha desarrollado se basan principalmente en desarrollar para sus alumnos un concepto de enseñanza globalizada, y se materializa en el estímulo de carácter constante y permanente, en tomar las opciones que la USIL desarrolla con sus alianzas globales, a fin de que todos sus estudiantes puedan acceder a una experiencia internacional. Por otro lado, en USIL se ha creado el área de Innovación y Desarrollo, que tiene la finalidad de conducir a cada uno de nuestros estudiantes al empoderamiento de sus mayores habilidades, e incorporarlos en equipos de trabajo, de manera que formen parte de un grupo de personas que estén pensando siempre en el mejoramiento constante. Esto también alcanza en forma significativa a los docentes, que deben incorporarse al proceso de aprendizaje de cómo enseñar cada vez mejor, y cómo insertarse de una forma muchísimo más veloz a los requerimientos de esos cambios permanentes en la metodología, en la pedagogía contemporánea.
Más allá de la innovación, los nuevos profesionales de hoy esperan que sus años de estudio sean, a la larga, recompensados. En ese sentido, ¿cuál es el nivel de empleabilidad de los egresados de la USIL y cuál es su nivel de satisfacción con sus estudios?
Tenemos una alta empleabilidad en el mercado laboral peruano y en el exterior, donde muchos egresados ejercen sus profesiones, debido a la adecuada preparación desde el punto de vista académico, profesional y emocional. Somos una de las pocas universidades que tienen un Consejo Consultivo Internacional. Ello nos permite realizar los cambios de orientación académica e institucional para adecuarnos a las exigencias del mundo moderno.
La universidad ha suscrito un convenio con Promperú para certificar restaurantes peruanos en el mundo. ¿A qué responde esta iniciativa y de qué manera la USIL busca posicionarse con este convenio?
Hace más de dos años se inició un proyecto para desarrollar una metodología de certificación de la Auténtica Cocina Peruana, que tiene una serie de componentes a considerar: uso de insumos originales, la preparación de cada potaje peruano, la sazón profesional y, finalmente, la presentación; todo esto es llevado a cabo por profesionales de alta gama en el Arte Culinario. Posteriormente, se preparó una gran plataforma que luego se presentó al Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, a Promperú, y recientemente a la Cancillería, y que fue aceptada, otorgándose el respaldo de la Marca Perú para reconocer la autenticidad de la comida peruana a través de una simbolización en Placa de Oro, Plata y Bronce. De esta forma, esta propuesta configura una gran oportunidad para nuestros chefs peruanos diseminados en el mundo, y para que chefs no peruanos que ofrecen comida peruana puedan actualizarse y conocer las características de la comida peruana a través de una certificación, que también puede ser virtual.