Mauricio Novoa es presidente de Goberna Perú, entidad sin fines de lucro que, junto a Perú D, organizó el foro #LimaSmartCity2018. Conversamos con él sobre Lima, a propósito de las próximas elecciones municipales. Ser historiador y abogado no le impide aspirar a la transformación digital de las ciudades peruanas.
–¿Por qué es importante la elección del 7 de octubre?
Porque vamos a elegir al alcalde del Bicentenario.
–¿En qué debería centrarse la oferta política de un candidato a la Alcaldía de Lima?
–En humanizar la ciudad. Esto significa cuidar de su patrimonio cultural y utilizar tecnología para identificar y solucionar sus problemas.
–¿Qué tanto pesan los símbolos de los partidos en la campaña municipal?
–Los veintitantos símbolos en Lima reflejan, en general, una politización desproporcionada de los desafíos que hoy tienen las ciudades peruanas.
–¿Debería haber segunda vuelta para elegir alcaldes?
–No.
–¿Cómo se explica que se gasten fortunas en campañas cuando los ingresos de un alcalde no compensan lo que se gasta en una elección?
–Es la manifestación de un fenómeno recurrente en el Perú: por aspirar a un sistema perfecto, las campañas tienden a ser epítomes de informalidad, suspicacia y opacidad.
–¿Debería regularizarse la ubicación de propaganda electoral que afea la ciudad?
No, pero los candidatos deberían suscribir un acuerdo para dejar la ciudad o el distrito como lo encontraron.
–¿Algún anuncio te ha parecido original?
–Me impresiona la superstición de pensar que las caras convencen al votante.
–¿A qué alcaldes de Lima admiras más?
–A Francisco Carrillo de Córdoba y Ventura Jiménez de Lobatón, alcaldes ordinarios de Lima durante el terremoto y tsunami de 1746.
–¿Qué obra de la ciudad te parece indispensable?
–La Plaza Mayor.
–¿Y la más inútil?
–Todas las que quitan áreas verdes a la ciudad, como poner cemento en los parques, construir casetas en las bermas centrales o cortar árboles. Tengo la sensación de que en Lima la poda es una doctrina.
–¿Como qué ciudad del mundo te gustaría que sea Lima?
–Como Lima. En varios momentos de su existencia, esta ciudad combinó buen transporte público, ornato en sus espacios abiertos y un proyecto estético. No veo por qué no podemos recuperar esta tradición.
–¿Cuál es tu rincón favorito de Lima?
–Mi casa.
–¿Lima está condenada a ser siempre “Lima, la horrible”?
–Hoy la tecnología permite cosas que antes solo eran posibles con proyectos de gran envergadura. Temas como la contaminación, el transporte y la seguridad, así como la planificación urbana y la transparencia en la gestión, pueden resolverse a través de las herramientas que nos permiten la interconexión.
–¿En qué época de Lima te hubiera gustado vivir?
–Me hubiera encantado ver la Lima de Taulichusco, con sus huacas intactas y el gran valle del Rímac libre de intervención urbana.
–Cuando has votado en las elecciones de Lima, ¿tus candidatos han ganado?
–Nunca.
–¿Qué caracteriza al elector del siglo XXI?
–Su conexión permanente. Ya no es necesario ver el noticiero de la noche para ver qué pasa.
–¿Qué música prefieres?
–Bach, Bowie, García Zárate.
–¿Cuál es tu héroe de ficción favorito?
–El teniente Trotta de “La marcha Radetzky”.
–¿Y de la vida real?
–Las hermanas de la Casa Hogar Santo Toribio, un albergue de pacientes necesitados del Hospital Dos de Mayo.
–¿Cuál es tu libro preferido?
–“Brideshead Revisited” de Evelyn Waugh.
–¿Qué libro recomendarías a los candidatos?
–Cualquiera que transmita cariño a Lima; “Quince plazas, una alameda y un callejón” de Pedro Benvenutto o “Itinerarios de Lima” de Héctor Velarde, por ejemplo.
–¿Postularías a la Alcaldía de Lima?
–No. Pero me hubiera encantado ser alcalde de Cajamarca, la tierra de mis antepasados.
–¿Por quién vas a votar para la Alcaldía de Lima?
–Por quien se comprometa a emprender una transformación de la ciudad.