Cantante, actriz, bailarina, conductora de TV, jurado y empresaria, Maricarmen Marín es una artista completa, cuyo camino al éxito tuvo momentos felices y amargos que hoy cuenta sin perder la sonrisa. ¿Cómo se relaja cuando llega a su casa de La Molina, convertida en su refugio? ¿Qué es lo que pide y agradece cuando reza en su cama? Siendo bailarina, ¿es el alma de la fiesta? Estas y otras preguntas responde en la siguiente entrevista. Además, anuncia el espectáculo más ambicioso de su vida.
Por Gabriel Gargurevich / Fotos de Diego Valdivia
El departamento en Miraflores es pequeño pero parece mucho más amplio pues carece de muebles. La luz que entra por el ventanal que da a un amplio balcón, invade todo el espacio donde hay una silla, que ocupa Maricarmen; el maquillador, Alejandro, la rodea, como si la estuviera esculpiendo con sus herramientas de trabajo. Yo estoy sentado en un sillón al lado, a punto de prender la grabadora. Son las ocho de la mañana de un día sábado de febrero. Hace calor y, al parecer, no soy el único adormilado. Durante un par de minutos, reina el silencio, solo se escuchan los pasos de Alejandro, dando vueltas alrededor de la cantante, actriz, bailarina, conductora de TV, jurado y empresaria, y los pajarillos de la mañana. Entonces, me inclino hacia adelante y me pronuncio.
−Alejandro, si nos quieres interrumpir para darle alguna indicación a Maricarmen, por favor, lo haces…
−¡Todo bien!
−Muchas gracias… Maricarmen, ¿puedo prender la grabadora?
−¡Por favor! −dice ella con entusiasmo.
Una pequeña turba entra rauda al departamento; están un camarógrafo, un joven que parece su asistente, y otro joven fortachón de mirada noble. Este último es Sebastián Martins, el novio de Maricarmen Marín, productor de televisión. Ella, en entrevistas anteriores, me había hablado de él, pero es la primera vez que me lo presenta, “qué tal, mucho gusto, cómo estás”, nos decimos sonriendo. Sebastián se va a la habitación de al lado, supongo que para ayudar al equipo de producción de la revista COSAS que está preparando todo para las fotos. La entrevista empieza no solo con Alejandro dando vueltas alrededor de la cantante, actriz, conductora de TV, jurado y empresaria; ahora también hay una cámara rondando, como un satélite muy curioso.
−Me gusta que tu departamento esté vacío −digo.
−¡Lo que pasa es que yo vivo en La Molina!
−Lo sé, es linda tu casa en La Molina…
−Este es mi primer departamento. Aquí viví. Pero luego quise tener una casa y compré una en La Molina. Ahora este departamento es prácticamente como una oficina; acá tengo mis vestuarios, aquí llega el equipo para chambear, acá me quedo a dormir si es que tengo que hacer cosas muy tempranito por aquí cerca, en Miraflores…
−¿Te gusta Miraflores?
−Es más céntrico, ¿no? Para cuestiones de trabajo, este departamento es ideal… −Unos ruidos de maquinaria trabajando en alguna construcción cercana surgen de repente−. ¡Esto es Miraflores! Ja, ja, ja −añade, y deja ver todos sus dientes en una sonrisa blanquísima, amplia y franca.
−Tu casa en La Molina debe ser tu refugio…
−El silencio… Ahí me desconecto…
−Ahí tienes una piscina, ¿cierto?
−Sí. ¡Pero está de adorno! Ja, ja, ja. Al final, las piscinas no se usan tanto como uno puede pensar al inicio…
−¿Cómo te relajas cuando llegas a casa?
−En mi cuarto, con todo apagado, pensando en el siguiente proyecto, sin presiones de ningún tipo… Me puedo desconectar en mi cuarto, pero también sentada en una banca. Una de mis virtudes, desde niña, era soñar despierta, en cualquier momento, en cualquier lugar.
El camarote donde dormía era su escenario, cuando tenía seis años y vivía en San Martín de Porres con su familia. Ahí daba saltos y un cepillo para el pelo era su micrófono. Cuando se convirtió en bailarina para el programa de televisión y los shows de Janet Barboza, soñaba con ser la mejor “¡y hacer todos esos giros que hacen las bailarinas profesionales!”.
Para ella, entrar a un set de televisión “¡fue lo mejor que me había pasado en mi vida!”. Así que dio todo de sí para mantenerse en el equipo de baile, con pasión, con ganas, con necesidad, “¡hasta con hambre! Ja, ja, ja!”. Al noveno mes de estar en el programa, le dijeron que le empezarían a pagar (durante ocho meses estuvo de prueba), y ella saltaba de alegría, su corazón adolescente quería salírsele del pecho.
−Debe haber sido increíble, para una chica de quince años…
−Fue lo mejor que me pudo pasar… ¡Pero al mes diez, me despidieron!
−¿Cómo?
−Subí a las oficinas de administración a cobrar mi cheque…
−¿Estabas con tu vestuario de bailarina?
−No… ¡Pero estaba con la mitad de la cara maquillada, ja, ja, ja! Estaba fascinada con la idea de conocer las oficinas de administración…
En las oficinas de administración un señor con gesto adusto y aburrido repartía los cheques.
−¿Karen Dejo? Tenga su cheque… ¿Dorita? Su cheque… ¿Kelly? Su cheque…
Cuando llegó el turno de Maricarmen, un sutil ademán en su rostro rompió el sopor en el que estaba sumergido.
−¿Tú cómo te llamas?
−Maricarmen Marín, a sus órdenes.
−Qué raro… No está tu cheque…
−Lo que pasa es que está a nombre de mi mamá.
−¿Por qué?
−¡Porque soy menor de edad!
−Toma tu cheque. Pero el productor va a hablar contigo.
Maricarmen bajó dando saltos con su cheque en la mano, en busca del productor. Cuando lo encontró, este le dijo: “Estás despedida”.
−Y yo pensaba que sería bailarina toda la vida… ¡La mejor bailarina!
−Pero también soñabas con ser cantante, ¿no es cierto? −le digo.
−En esa época era mariachi, ¡cantaba en una agrupación que se llamaba El Sol de México!
Otra pequeña turba entra a la luminosa sala donde debería haber muebles de sala y está Maricarmen sentada en una silla y un maquillador y un camarógrafo que la orbitan y yo estoy sentado en un pequeño sillón al lado.
−Perdóname… −dice la actriz y bailarina. Dirigiéndose al equipo de producción, añade−: ¿Necesitan que nos movamos?
Sí, debemos movernos. Entonces vamos la habitación de al lado, una suerte de sala de televisión, donde hay, efectivamente, una tele, pero no hay muebles, solo una silla donde se sienta ella y otra al frente, donde me siento yo. Alejandro, el maquillador, y los jóvenes de las cámaras continúan con su labor. Volvemos a lo nuestro.
−¿Alguna vez tuviste que defenderte sola ante una situación complicada a lo largo de tu carrera?
−Me he tenido que defender de la informalidad, de que te contraten, te lleven y al final no te paguen.
−¿Nunca tomaste acciones legales, nunca te pusiste brava?
−Reclamaba, sí, pero… Pasa mucho con los empresarios que te contratan. Cuando yo estaba con el grupo y…
−¿Te refieres a Agua Bella?
−Con Agua Bella, con Bella Bella, como solista… Antes de subir al escenario, te pagaban la mitad; luego, al bajar, el empresario ya no existía. Pero en general, siempre me han respetado mucho.
−La periodista Oriana Fallaci decía que las personas que gobiernan el mundo son las que tienen mayor determinación y capacidad de decisión… Y hay quienes son salvajemente determinados. Tú tienes determinación, pero no creo que seas tan salvaje, ¿o me equivoco?
−Lo que sucede es que yo intento siempre hacer las cosas correctas y bien, ¿no? Pero acuérdate que soy de San Martín de Porres, ja, ja, ja, tengo mi calle…
−¿Qué me quieres decir con eso?
−Que si en algún momento surge alguna situación en la que deba defenderme de otra forma, lo haré sin ningún problema… Si alguien grita, yo también puedo gritar; si alguien dice una grosería, ¡yo puedo decir dos más! Pero no he necesitado llegar a eso, salvo en situaciones donde he tenido que sacar la cara por alguien; deploro la injusticia, desde chiquita…
−¿Nunca le diste un puñete a alguien?
−No, no, no… ¡Mis palabras han sido misiles! ¡Ja, ja, ja!
−¿Eres religiosa? ¿Tienes algún acercamiento a lo espiritual?
−Sí, bastante. Mi fe se enfoca, básicamente, en no hacer daño a los demás, ni a mí misma.
−¿Rezas?
−Sí.
−¿Todas las noches?
−En las mañanas… Puedo estar en mi cama abriendo el ojo y empezar a rezar, agradeciendo, pidiendo…
−¿Tienes agradecimientos y peticiones recurrentes?
−Sí, una de las peticiones tiene que ver con la sabiduría, con saber decidir bien, ¡por favor, quiero tomar buenas decisiones!
−Pero tu vida está llena de éxitos, ¿no? Cualquiera diría que siempre has tomado buenas decisiones…
−Por suerte, sí… Pero, eh…
−No quieres perder esa suerte.
−Todo lo que he conseguido ha sido en base a mucho trabajo y equivocaciones.
−¿Lloras sola a veces?
−No, bien raro que eso suceda…
−¿Y cuando ves una película?
−Sí, puedo llorar cuando veo una película o me acuerdo de algo emotivo…
−Pero no por tormentos.
−¡Nooo!
−Veo que no te consideras una persona atormentada.
−¡Para nada! No había escuchado esa palabra desde hace mucho tiempo.
−Ni siquiera piensas en eso.
−Pienso solo en las cosas que me hacen bien.
En el video de la canción que lanzó en setiembre del año pasado, Maricarmen despliega todo su carisma y sensualidad, bailando y cantando en una quinta de barrio, mientras personajes alrededor de ella evocan situaciones de abandono. La canción se titula ¿Por qué te fuiste? y cuenta con casi 26 millones de visualizaciones en YouTube. Es su primera composición.
−¿Alguna vez le hiciste daño a alguien porque te fuiste de su vida?
−Cuando me fui de mi casa, mi mamá sufrió mucho, pero no me fui de su vida…
−¿Has roto muchos corazones?
−¡Ja, ja, ja! ¡No estaba pensando en eso! Al toque me vino la imagen de mi mamá triste porque me iba de la casa…
−¿Y en relación al amor de pareja?
−He perdido la memoria… ¡Así se titula mi siguiente canción!
−¿Cuál es tu definición del amor?
−Todo lo que te haga feliz es amor; no hacerle daño a nadie es amor; no hacerte daño es amor…
−¿Cuándo te amas menos?
−¡Cuando me apasiono mucho por algo y no como a mis horas! Cuando no cumplo mis horas de sueño…
−¿Vas a fiestas?
−No me gustan.
−¿Sigues con Sebastián, cierto?
−Sí.
−¿No van juntos a fiestas?
−Nos gusta lo mismo, ¡somos perfectos!
−Seguro tienen fiestas privadas.
−…
−En este departamento hay mucho espacio para bailar…
Maricarmen se atora de la risa. Se recompone y dice:
−No, no, no… Hacemos cenas, cosas de viejitos…
−¿No bailan?
−No… ¡Es que bailo todo el día! Y llego muerta en la noche… A veces, propongo ver una película, ¡y me quedo dormida! Luego me siento mal conmigo misma…
−¿Cuál es tu máximo placer culposo en cuanto a la comida?
−Después de trabajar todo el día, digo: “¡hay que premiarnos!”.
−Y te pones autodestructiva con la comida…
−¡Exacto!
−¿Y qué comes en esas situaciones?
−Trato de no ser tan cruel pero, no sé, un pollito a la brasa con una ensaladita, ¡y me zampo una torta de chocolate! ¡Ja, ja, ja!
−Ha sido un placer conversar contigo, Maricarmen, muchas gracias.
−¡Espero que esta conversación motive a muchas cholas como yo a salir adelante!
−Seguro que sí. Tú eres la nueva peruana… Pero antes de terminar, cuéntame sobre el espectáculo más ambicioso de tu vida…
−Estoy muy emocionada con este proyecto. Después de tantos años, ya es una realidad. Este 16 de marzo, en la
Explanada de Plaza Norte, estaré ofreciendo un concierto lindo pensando en todas esas personas que, a pesar de las adversidades, siempre se mantuvieron con la cabeza en alto, como yo. Poder asistir a este evento es súper facil, solo deben adquirir productos de Head & Shoulders en Metro, por el valor de 30 soles, y canjear el voucher en Teleticket; así automáticamente tienen su entrada para poder disfrutar de este show donde la protagonista es la cumbia.
Dirección de Arte: Luna Sibadon
Estilismo: Alexandra Carcausto
Asistente de Fotografía: César Zapata
Peinado y maquillaje: Alejandro Álvarez de Rivero para Natura Perú
Producción: Marisol Burgos
Agradecimientos: Ani Álvarez Calderón, G&G Joyeros, Isidra, Zara, H&M