Guillermo Rossini tiene 83 años. Se considera el primer imitador político del Perú. Lleva veintitrés años al aire con “Los chistosos”, por RPP. Desde los años sesenta, ha participado de diversos programas de humor, incluidos la época de oro de “Risas y salsa”, “El tornillo” y “24 minutos”. Antes de ser humorista, fue visitador médico y jefe de relaciones públicas de un laboratorio.
En pocas semanas, antes de la segunda vuelta electoral, el veterano comediante protagonizará la película “El candidato”, una sátira sobre cuatro candidatos que buscan alcanzar el sillón presidencial.
¿Cómo vivió el rodaje de “El candidato”?
Yo no tengo paciencia para hacer películas. Es bien tedioso. Hay que repetir las escenas desde un ángulo, de ahí repetir la misma macana de otro ángulo. Además, soy poco amigo de leer el libreto. Yo improviso. Improvisaba y hasta el camarógrafo se mataba de risa. “¡No va!”, decía el director.
Hacer cine ha sido una experiencia nueva para usted…
No es mi primera vez. Hace ya más de cuarenta años hice una con (Adolfo) Chuiman. Ya ni me acuerdo cómo se llamaba, pero era de boxeo. Mi papel fue muy pequeño, pero la grabación demoró una eternidad.
¿Cómo describiría al personaje que encarna en “El candidato”? ¿Tiene algún parecido con la realidad?
Es un hombre que ha criado a sus hijos para que sean presidentes. Los ha preparado para eso. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. También sale otro candidato que se parece a Alan García. Son coincidencias…
¿Y a usted le gusta el cine?
Me gusta ver mucho cine, pero compro mucho pirata (risas). Me gusta ayudar a la gente pirata, si no ¿de qué van a vivir los pobres? Además, cada vez están mejor los piratas, lo están haciendo muy bien. Hacen de todo, hasta Blu-ray. Cinco por diez soles en Polvos Azules.
¿Qué tipo de películas le gusta?
Nada de dramas ni cosas fuertes. Me gusta la comedia.
¿Algún actor o director?
Errol Flynn, Tyrone Power, Elizabeth Taylor… A los nuevos no los conozco. Ya no me acuerdo. A las justas sé mi nombre, hermano.
¿Se considera un humorista político?
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Desde muy pequeño imitaba a políticos y a narradores hípicos, cuando acá no había imitadores. Cuando todavía no habían nacido ni los Álvarez ni los Jorge Benavides. El primer político que hice fue Manuel Prado. Después hice a Morales Bermúdez.
¿Qué recuerdos tiene de esas épocas?
Una de mis mayores satisfacciones fue conocer al Dr. (Alfonso) Barrantes. El vaso de leche fue un invento de “Risas y salsa”. Barrantes me visitaba a mi casa. Fue el único alcalde honesto. Andaba en un Volkswagen viejo. Sacaba la mano y le daban limosna.
¿Es verdad que hay políticos que llaman a “Los chistosos” para pedir que los imiten?
Hay muchos que no son muy conocidos y vienen y dicen: “¿Por qué no me imitan?”. “¡A ti quién te conoce!”, les decimos. Tienes que ser muy popular para ser imitado.
¿Cree que a veces los políticos fungen también de comediantes?
Yo siempre digo que los mejores libretistas son los congresistas.
Usted es comediante, pero también fue regidor de Jesús María…
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Nunca me ha gustado la política. Pero fui dos periodos regidor del PPC en Jesús María.
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Hoy los regidores ganan como quince mil soles. En esa época yo recibía quince soles. No era por interés. Yo lo hacía por convicción.
Una de sus últimas imitaciones es la de PPK. ¿Considera que está muy viejo para ser presidente, como dicen sus detractores?
Él es menor que yo, así que yo ya podría haber sido presidente dos veces. Tiene setenta y tantos, creo. Pero ha demostrado, cuando fue a Puno, que tiene físico.
¿Es mayor que PPK?
¡Como quince años mayor! Ha avanzado tanto la medicina que las AFP aseguran que vivimos hasta los 120 años.
Durante algunos años tuvo un programa de radio que se llamaba “El campeonato nacional del chiste”. ¿Cuál considera que es el secreto de un buen chiste?
Es saberlo contar. Hay chistes que tienen cincuenta o sesenta años y siguen dando risa. Ese programa lo hacía en Radio Central. La gente me escribía cartas con sus chistes, yo los arreglaba y los contaba. Pero ya no tengo paciencia.
Por Stefano De Marzo