Después de un proceso que empezó en enero de este año, el jurado encontró a Harvey Weinstein culpable de dos cargos de agresión sexual, delitos que cometió al amparo de su posición de poder en Hollywood. Hoy ha sido condenado a 23 años.
Por Redacción COSAS
El cuestionado productor hollywoodense atraviesa su hora más oscura. A sus 67 años, Harvey Weinstein ya no puede hacer gala del poder que por años lo convirtió en todo un mecenas de la industria del cine y del que se valió para sacar ventaja de muchas mujeres. Su posición al frente de la compañía Miramax lo llevó a ganar el Oscar a Mejor Película por Shakespeare Enamorado en 1999, además de producir títulos que en el acumulado han llegado a ganar 81 premios Oscar.
La contraparte de su notable éxito empezó en octubre de 2017, cuando The New York Times y el New Yorker dieron voz a decenas de acusaciones por abuso sexual en su contra. Expulsado de Miramax y de la Academia de Hollywood bajo la mirada del movimiento feminista #MeToo, testimonios como el de las actrices Salma Hayek, Annabella Sciorra, Rose McGowan, Paz de la Huerta, Juliette Binoche o Lupita Nyong’o, dejaron en claro quién era realmente Weinstein.
El fin de un mito
El juicio, que inició en enero de este año, finalmente arrojó resultados. El jurado del tribunal de Manhattan lo halló culpable el lunes 24 de febrero de un delito de acto sexual criminal en primer grado cometido sobre Miriam Haley, y de violación en tercer grado contra Jessica Mann. Hoy se dictó sentencia y la pena es de 23 años de prisión. El magnate nunca se declaró culpable ni subió al estrado a hacer declaraciones, aunque en más de una ocasión manifestó que solo tuvo “sexo consentido”.
En el veredicto se le ha absuelto de cargos como violación en primer grado (contra Mann) y de los dos cargos más graves, los de ataque sexual depredatorio, en los que estaba involucrada la actriz Annabella Sciorra, y que cada uno suponía la posibilidad de la cadena perpetua.
Sin derecho a fianza antes de la sentencia por pedido de la fiscal Joan Illuzi, su estado de salud lo ha obligado a usar un andador para asistir a las distintas audiencias, pero esto no será motivo para que no vaya a prisión, donde tendrá asistencia médica. Finalmente, la terrible fama de depredador sexual de Weinstein lo lleva a ser un motivo de negra celebridad que pensó eludir bajo su rol de hombre influyente de Hollywood. Pero ya no más.