El burgomaestre capitalino ofrece detalles del ambicioso plan de recuperación del Centro Histórico de la ciudad que su gestión ya ha puesto en marcha, con la puesta en valor de distintos monumentos y espacios públicos, además de la próxima implementación de la pinacoteca de Lima en el Hospicio Manrique, al lado de la plaza Francia. “Queremos que se construya ciudadanía en estos espacios”, afirma.
Por Isabel Miró Quesada Fotos Josip Curich
¿En qué consiste el plan de Prolima?
Este es un plan de recuperación del Centro Histórico, para poner en valor todos sus inmuebles, monumentos y espacios públicos. Es un trabajo sostenido en el tiempo. Tengo que destacar la labor del arquitecto Luis Martín Bogdanovich y la de todo su equipo. Después de haber coordinado este plan con varias instituciones, se aprobó con una ordenanza y viene ejecutándose con cosas concretas, como por ejemplo la recuperación de monumentos: hoy tenemos ya 25 recuperados y estamos trabajando en 25 más. Estamos haciendo lo mismo en espacios públicos, como la plaza Francia y la plaza San Martín.
El objetivo es que tanto los monumentos como los espacios públicos nos terminen contando sus propias historias. Hoy en día, ya son trece las iglesias que se están recuperando y remodelando. Otro de los espacios que han sido recuperados, por ejemplo, es el convento de Nuestra Señora de Copacabana, en el Rímac, y estamos trabajando en la zona de la iglesia Santa Rosa. Esto también pasa por ir acondicionando los lugares y que los espacios que hoy en día están subutilizados recuperen su verdadero valor.
El comercio informal (e incluso a veces formal) ha ido ganando espacio en lugares que no necesariamente eran apropiados o que no estaban destinados para ello. Entonces, lo que estamos buscando es poner cada cosa en su lugar.
¿Cómo se puede trabajar en coordinación con el comercio informal y formal para dar un poco más de orden a la ciudad en una coyuntura de pandemia y crisis económica como la que estamos viviendo?
Es un reto, sin duda. Antes se decía que el 70% de la economía era informal; hoy podemos decir con cifras claras que el 80% de la economía de la ciudad es informal. Hay zonas en las que la informalidad también se asienta, como por ejemplo los conglomerados como Mesa Redonda, sobre todo en épocas de Navidad o de campañas escolares. Ahí se tiene que hacer un trabajo muy particular también, para dar la posibilidad de que las personas que están en el mundo informal salten hacia la formalidad y proteger a los formales con sus inversiones.
Una de las cosas que ha traído la pandemia es que tenemos que estar continuamente repensando nuestras actividades, repensando la ciudad y repensando lo que debería ser el futuro también de un Centro Histórico que tiene tanto valor como el que tenemos. Por eso, creo que un instrumento de acción como este plan de recuperación del Centro Histórico es valioso no solamente para esta gestión, sino que será un legado para futuras gestiones.
¿Y cómo podemos hacer, justamente, para que exista una continuidad en la aplicación de este plan?
Hay toda una planificación de las cosas que se tienen que hacer, como la recuperación de los espacios públicos que mencionamos hace unos momentos, la peatonalización de las calles, hacer que en determinados lugares pueda existir un determinado comercio y en otros no… Se busca recuperar la verdadera calidad y naturaleza de cada uno de los espacios. Esto es un instrumento de gestión, no solamente es una norma. Yo creo que, si la gente se apropia, si la gente lo aprueba, disfruta y hace suyo este plan de recuperación del Centro Histórico, tendremos otro elemento de gran importancia para evitar que llegue otro gestor que pretenda dejarlo de lado.
Queremos que se construya ciudadanía en estos espacios. Hay otro elemento que creo que es muy valioso: la difusión que los medios puedan hacer de las bondades de este plan de recuperación del Centro Histórico y las cosas que ya se están haciendo. Nadie quiere lo que no conoce. Tenemos que difundir esto para que la gente pueda en definitiva enamorarse de su Centro Histórico de Lima y protegerlo. Es un proceso largo, lo que me recuerda una frase que no es mía, pero que siempre me acompaña: “Nada tarda tanto como lo que no se comienza nunca”. Esto ya comenzó y se está haciendo un trabajo muy profesional. Estamos absolutamente comprometidos para dejar esto como un legado para las futuras generaciones.
¿Qué puede hacer el Ministerio de Cultura para respaldar este plan?
Yo creo mucho en las alianzas y en la fortaleza que se logra cuando se trabaja en conjunto y se tiene un norte y un destino claros. En esa línea, debemos seguir fomentando la buena relación que ya existe entre Prolima, el Ministerio de Cultura y la Municipalidad. Estamos comprometidos y vamos a seguir trabajando para que los frutos de esas alianzas sean cada vez más evidentes.
Lo que están ejecutando en estos momentos es la primera parte de un plan mucho más extenso…
Sí, es bastante más ambicioso. Tiene que ver con la recuperación más profunda de casonas, de espacios… Es un plan a largo plazo. Hay un poema de Blanca Varela que a mí me gusta porque también podría aplicarse a los temas municipales. Dice algo como “ganaste la carrera y el premio era otra carrera”, o sea, en la vida municipal, como en la vida pública en general, tienes que correr continuamente: no vas a llegar nunca a una meta inmediata. Esto es de largo aliento. Es una carrera de resistencia. Las ciudades no dejan de vivir, están vivas las 24 horas. En una ciudad tan grande como Lima, que tiene más de diez millones de personas, se debe hacer un trabajo continuo.
¿Por qué cree que el Centro Histórico se ha encontrado en esas condiciones por tanto tiempo?
Quizá por priorizar ciertas cosas antes que otras. Porque teníamos autoridades que buscaban resultados de naturaleza netamente política. Nosotros estamos mirando al ciudadano, porque el eje central son las personas y porque queremos que todos nos sintamos orgullosos de tener este maravilloso Centro Histórico, donde en cada columna, casa, plaza y parque hay una historia.
¿Siempre ha sido tan amante del legado histórico de la ciudad o es algo que nació desde que asumió la alcaldía?
Creo que, en mi caso, ha sido un proceso. Yo he sido, primero, regidor distrital, en tres oportunidades, luego dos veces alcalde distrital y ahora alcalde de Lima Metropolitana y, en ese caminar, he ido descubriendo y amando cada rincón, primero de mi distrito, y luego de toda la ciudad. Dentro de esa diversidad, siento que hay una gran riqueza. Lima son muchas culturas, pero la ciudad es una sola.
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