La neozelandesa se despide de los Juegos Olímpicos tras fallar sus tres intentos en categoría de más de 87 kilos.
Por Daniella Bejarano
A sus 43 años, Laurel Hubbard se convirtió en la primera deportista transgénero en disputar unos Juegos Olímpicos.
¿Su disciplina? Halterofilia, donde se desempeñó en la categoría de más de 87 kilos, de la que se ha despedido tras fallas sus tres intentos por levantar 120 y 125 kg.
“Desde el punto de vista deportivo, no he cumplido con los estándares que me había puesto y tampoco los que esperaba de mí mi país. Sin embargo, he de estar agradecida a mis seguidores en Nueva Zelanda por todo el amor y aliento que me han brindado en este tiempo”, declaró.
Su transición
Hasta sus 34 años, Laurel se llamaba Gavin, hijo del exalcalde de Auckland City, y había participado hasta los 23 en competiciones masculinas de halterofilia.
En el 2012, empezó la terapia hormonal que le permitió disputar en el 2017, su primer torneo de halterofilia en categoría femenina.
“No estoy aquí para cambiar el mundo. Solo quiero ser yo y hacer lo que hago”, confesó en su momento.
Un año más tarde, se convirtió en la primera deportista transgénero en competir en unos Juegos de la Commonwealth. En ese entonces, la Federación Australiana de Halterofilia intentó impedir su participación, considerando que su musculatura y fuera le daban ventaja física, más allá de su nivel de testosterona. Sin embargo, fue una queja que no prosperó.
Nuevo reglamento de la Comité Olímpico Internacional
Desde el 2015, el Comité Olímpico Internacional (COI), modificó su reglamento señalando que para competir como mujer en los Juegos Olímpicos, hay que declararse como tal y no es necesario operarse quirúrgicamente.
En estas olimpiadas, hace unos días, Richard Budgett, director médico y científico del COI, indicó que las pautas actuales para los atletas transgénero no son adecuadas para su propósito. Además, anunció que planea lanzar una nueva en los próximos meses.
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