Las Olimpiadas de Río de Janeiro están a menos de un mes (comienzan el 5 de agosto). Todos los deportistas que tienen una cita en esta competencia se han pasado lo que va del año preparándose al máximo nivel de exigencia. Algunos pocos, además de dedicarle su tiempo a estos duros entrenamientos, también han tenido otras preocupaciones. Aprobar sus cursos universitarios, por ejemplo. Ese es el caso de Stefano Peschiera, el velerista de 21 años que dentro de muy poco representará a Perú en Brasil. ¿Cómo se las ha arreglado hasta el momento para pasar su ciclo y entrenarse al máximo nivel (y no desistir en el intento)? Nos cuenta eso y más en la siguiente entrevista.
¿Qué sientes por tu próxima participación en los Juegos Olímpicos?
Estoy muy orgulloso, me siento muy entusiasmado y feliz por este reto y esta oportunidad. Tengo que estar tranquilo y relajado, confiando en toda mi preparación de cara a los juegos. No puedo dejarme llevar mucho por las emociones por más fuertes que sean. Estoy muy alegre y toda la gente a mi alrededor está muy feliz por mí.
¿En qué consiste tu preparación?
En un deporte como la vela la campaña olímpica son los cuatro años que hay entre cada Olimpiada. Se requiere de mucho entrenamiento, dedicación y sacrificio. Tienes que renunciar a muchas cosas, como la vida social y el tiempo con los amigos. Mi preparación la he hecho básicamente en los Estados Unidos, donde estudio. Ahí estoy en la mejor universidad de vela del país. Y eso me ayuda mucho a poder entrenar y estudiar al mismo tiempo.
¿Cómo es una semana de entrenamiento para ti?
Mi entrenamiento físico lo hago siete días por semana. Y varios de esos días es dos veces por días, normalmente una hora y media o una hora. Y después hago vela seis veces a la semana, a veces hasta tres horas al día. Entre mar y tierra, pueden llegar a ser hasta seis horas de entrenamiento al día.
¿Qué sientes cuando representas al Perú?
Empecé a representar al Perú cuando tenía 10 años. Fui a un Sudamericano en Trinidad y Tobajo en la categoría juvenil, en optimist, es hasta los 15 años. Desde ahí logré ir a muchísimos campeonatos representando al Perú. Recuerdo que al comienzo era algo nuevo de lo que estaba muy emocionado. Y poco a poco se fue convirtiendo en una rutina en donde hacía 5 o 4 campeonatos al año donde representaba al Perú. Poco a poco se ha vuelto algo que está dentro de mí.
Empezaste a representar al Perú a los 10 años. ¿Pero cuánto tiempo antes ya practicabas en optimist?
Empecé en el optimist a los siete. Pero a navegar como a los tres años, en el velero de mi abuelo, que me llevaba. Mi familia es una familia navegante de muchas generaciones. Yo soy como la cuarta o quinta generación de vela.
Cuando en las ceremonias de premiación en las que has estado suena el himno, ¿qué tipo de emociones sientes?
Es difícil de describir ese tipo de emociones porque sólo las sientes ahí y después estás con los latidos del corazón muy alto y muy emocionado. Nunca te acuerdas de cómo te sentiste.
En estos días previos, ¿tienes algún tipo de preparación especial?
Mi semestre universitario acabó en abril. Desde ahí ha sido una preparación muy intensa. De 45 días, he navegado 42. He entrenado físicamente dos veces al día, la misma rutina pero con mucho más intensidad y trabajando más en cuanto a psicología y fisioterapia. Salgo muchas veces en bicicleta, hago natación. La preparación se ha vuelto el doble de fuerte.
Hay muchas horas de entrenamiento en tierra…
Sí, sí. A veces le dedicas más tiempo al entrenamiento en tierra. Ahí haces bicicleta, gimnasio. Además, tan importante como trabajar los músculos es descargarlos después, hacer estiramientos con yoga, pilates y ese tipo de cosas. Nosotros tenemos a una persona encargada que nos ayuda a hacernos los masajes desconstracturantes. Es todo un equipo que tengo yo en tierra. También está el psicólogo…
Justo esa era mi otra pregunta, ¿qué tan importante es el trabajo psicológico?
En cualquier deporte la psicología influye mucho. Pero acá lo haces mucho más. Porque hay cosas que no controlas. Tienes factores como el viento, las corrientes, las olas, las nubes. Y todo eso influye en tu desempeño.
Hay que saber manejar la frustración entonces…
Exacto. Ahí el psicólogo ayuda mucho, primero, en prepararte para todo el entrenamiento que vas a hacer. Porque tu cabeza te dice “ya estoy harto de entrenar” o “no me siento bien ahorita, quiero dejar esto”. Tienes que ser lo suficientemente fuerte para reconocer que ha sido un bajón.
¿Cómo te ves después de acá a unos meses después, pasados los JJ. OO.?
Yo no voy a parar de entrenar. Mi proyecto es de ocho años y la idea es tener aspiraciones a una medalla olímpica en Tokio 2020. Así que yo vuelvo a la universidad después de Río para seguir con un entrenamiento bien parecido al que describí antes. Y cuando termine la universidad, que es más o menos en un año y medio, me dedicaré a entrenar solamente enesos dos años que quedan hasta las Olimpiadas de Tokio.
Si no te dedicases a la vela, ¿a qué otro deporte te hubiera gustado dedicarte?
De chico siempre estaba entre vela o fútbol. Yo de niño jugaba de 9, de delantero. No era el mejor, pero entraba en los partidos y metía algunos goles. Soy hincha de la U. Pero al final vi que la vela era el deporte familiar. Y parece que no elegí mal.
¿Y en qué deporte te ha ido muy mal?
En básquet no soy muy bueno. Ahora que estoy en Estados Unidos lo practico cada vez más, voy mejorando poco a poco. Pero antes era pésimo. En mi colegio sólo me mandaban a los partidos porque era el único que quería jugar todos los deportes que había. Hacía handball, waterpolo, iba a campeonatos de natación. Y siempre fui decente en todos los deportes que hice. Pero en básquet no (risas).
Por Omar Mejía Yóplac
Video de Jimena Gallarday