Nuevas imágenes revelan desgaste en la pieza de alta costura que la empresaria usó en el último MET Gala.
Por Lourdes Rázuri
El icónico vestido que Marilyn Monroe usó para cantar “Happy Birthday” al presidente John F. Kennedy no volverá a ser el mismo. El coleccionista Scott Fortner publicó fotografías que evidencian maltratos en la pieza, tras ser usada por la empresaria Kim Kardashian en la última celebración de la gala benéfica del Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
Las imágenes muestran claros desgastes en la parte trasera del vestido, donde se aprecian desgarros en la delicada tela próxima al cierre, cristales descocidos y otros que han caído completamente. En comparación con otras instantáneas, tomadas en el 2016, también se puede observar que la estructura y costuras cedieron durante la noche en que la mogul de los realities lo utilizó.
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El vestido pertenece a “Ripley’s Believe It or Not!”, una franquicia de casas de colección norteamericana que ya tiene al vestido de 60 años de vuelta en su exposición. Al día siguiente de la gala, la empresa aseguró en un comunicado que “gran cuidado se tomó para preservar esta pieza que es parte de la historia de la cultura pop. Con la asesoría de conservadores de atuendos, tasadores y archivistas, la condición de la prenda fue nuestra mayor prioridad. ‘Believe It or Not!’, ninguna alteración se hizo al vestido.”.
Días más tarde, la casa aseguró que Kardashian nunca estuvo a solas con el vestido y un representante de “Ripley’s” los acompañó en todo momento. “Nos aseguramos de tener siempre la posibilidad de detener la situación en caso la prenda estuviera en peligro de desgarro o no estuviéramos cómodos”.
Un look controversial
Las críticas cayeron sobre Kardashian apenas llegó a la alfombra de las escaleras del MET. Bob Mackie, diseñador de los bosquejos originales del vestido, fue bastante firme en su rechazo a la decisión de la socialité. “El vestido fue diseñado para Marilyn Monroe. Nadie más debería ser visto en ese vestido.”, señaló.
La opinión mediática compartió este sentimiento, sobre todo al conocer los detalles del estricto régimen que KimK tuvo que seguir para poder entrar en la pieza de colección. La empresaria se sometió a una dura dieta de cero azúcares y carbohidratos para poder perder siete kilos en veinte días. Otras críticas le llovieron por utilizar el icónico vestido para crear un momento de controversia, ya que se considera que su atuendo no respetó la temática de la gala.
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