En el modelaje, Luciana ha encontrado un espacio en el que puede jugar a ser desde una ejecutiva fashionista o una novia imponente y delicada hasta, cómo no, una adolescente libre y despreocupada. Justo como lo hacía en su infancia. “Desde chiquita, a mi abuela le encantaba disfrazarme de personajes distintos y me tomaba fotos. Me encantaba posar para ella”, recuerda. “Me he dado cuenta de que modelar es como actuar. Tienes que fingir que estás molesta; después tienes que ser la chica más feliz del mundo; luego, hacerte la enamorada, etcétera. Y eso me encanta. Me gusta meterme en el personaje, creérmela. Es como si me estuvieran dando un libreto que tengo que interpretar”, agrega. Es evidente que, en ese sentido, Luciana es una excelente actriz.
Su entrada al mundo del modelaje fue por la puerta grande. No tuvo que hacer casting alguno, sino que se estrenó como modelo en el LIF Week Primavera-Verano 2016. “El año pasado, me inscribí en una academia de modelaje que se llama ModeLab. Cuando recién tenía un mes en la escuela, una de las socias, la modelo Stephanie Schiller, me pidió que la acompañara al fitting del LIF Week porque creía que tenía potencial y quería que los diseñadores me vieran”, cuenta. Al comienzo, permaneció sentada a un lado, expectante, pero, de pronto, protagonizó uno de esos momentos dignos de cualquier película de Hollywood. “Justo una modelo, Maple, que vive en Estados Unidos, estaba desesperada intentando conseguir un reemplazo, porque tenía que viajar el día del desfile de Sitka Semsch. Entonces, me vio a mí en una esquina y me dijo: ‘A ver, tú, pruébate esto’. ¡Yo no entendía nada! Como el vestido me quedó bien, me dijo: ‘¿Pasado mañana estás libre? Porque vas a desfilar para Sitka Semsch’. Y así comenzó todo”.
Pero el modelaje no solo representa un sueño cumplido para Luciana, sino que es también lo que la ha confrontado con una situación de madurez obligada y, como ella misma dice, le ha enseñado a organizarse; porque Luciana no pretende abandonar ninguno de sus hobbies. Aparte de modelar, toca trompeta en la banda de su colegio y le encanta leer: ha devorado todos los libros de John Green y la saga de Harry Potter, pero también le gustan los policiales de Agatha Christie y algunos de Stephen King. Además, como cualquier chica de su edad, disfruta de estar con sus amigas y con su novio, así como pasar domingos enteros con su familia. Entonces, para ella, la organización no es negociable.
Ante la posibilidad de que el modelaje vaya abriéndose cada vez más campo en su vida, Luciana se muestra segura sobre sus prioridades. “A mí sí me encantaría estudiar una carrera”, dice convencida. “Desde hace tiempo que me llama mucho la atención el marketing y la publicidad. Mi papá estudió eso, y desde hace dos o tres años me ha ido explicando en qué consiste. Pero, ahora que ha habido una semana vocacional en mi colegio, estoy pensando también en la posibilidad de estudiar comunicaciones o psicología”. Por el momento, no hay apuro. Luciana es una chica que emana felicidad y seguridad en cada sonrisa. “Aún no sé cómo me va a ir con esto del modelaje, pero por el momento sí pienso llevarlo paralelamente a lo que sea que estudie. Me parece importante tener una carrera que me respalde”, afirma.
Texto: Vania Dale Alvarado
Foto: Javier Falcón
Video: Jimena Gallarday
Dirección de arte: Camila Rodrigo
Estilismo: Sara Vílchez
Maquillaje y peinado: Olga Soncco
Producción: Andrea Zorrilla
Asistente de fotografía: Diego Valdivia
Agradecimientos: Carolina Herrera, Susan Wagner, adidas, Vans y Forever 21.
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