Amaro Casanova y Fernando Zvietcovich, pareja desde el 2022, casados desde hace un mes, están en la búsqueda del reconocimiento legal de su matrimonio. En exclusiva para COSAS, nos cuentan acerca de su concepción del matrimonio y el camino que les espera para legalizarlo en Perú.

Por: María Sarca Antonio

Su amor comenzó con un café predestinado a terminar en boda, donde se permitieron fluir en una primera conversación, con absoluta confianza y soltura. Era la primera vez que se veían Fernando y Amaro, y aun así parecían grandes conocidos. Ese primer contacto les duró horas y ya estaban convencidos de que querían que durase toda una vida.

Fernando y Amaro se casaron en las costas de Galicia, donde el matrimonio es igualitario. Foto: Frank Andonaire.

Entre ellos nació un constante y mutuo “cásate conmigo”, hasta que las palabras se hicieron hechos. Ahora, ambos como esposos, iniciarán un largo camino hasta conseguir validar su matrimonio en el Perú.

La boda se realizó en la intimidad de 35 personas, entre familiares y amigos, en el extranjero, con el esfuerzo que eso conlleva. Han consolidado una relación que representa para ellos la formación de su familia. Para ellos les resulta importante que el matrimonio signifique un reconocimiento personal, familiar, social y lo más complejo es el reconocimiento legal.

Además de que exista una validación del matrimonio civil por un documento legal, para Amaro también es importante porque ayuda a crear más precedentes. “Sabemos de parejas que están casadas hace años y están desarrollando las querellas legales para poder validar su matrimonio en el Perú, ese es el camino que nosotros seguiremos también”, declara Amaro.

Amaro es diseñador y arquitecto, con 43 años, y Fernando, de 35, es doctor en ingeniería biomédica. Foto: Maya.

Amaro reconoce el privilegio que gozan él y su esposo, desde tener familias que los respaldan sin ningún prejuicio, hasta tener la oportunidad de consolidar su matrimonio en otro país, donde sí es legal. Ahora, se encuentra en un asesoramiento por diversas entidades para buscar el camino más viable hasta lograr su meta.

“Era para nosotros importante que este marco legal sea real y concreto. No solo quedarnos en una boda simbólica y hacer una fiesta”, nos cuenta Amaro. Fernando nos dice que no quieren reducirlo a solo una celebración para expresar lo felices que son, sino que ellos entienden la razón profunda de lo que significa casarse.

Para ellos presentarse como “esposos” tiene una connotación muy diferente a ser “novios”. Foto: Maya.

Unión civil no es matrimonio

La unión civil, es distinto al matrimonio por ser un contrato donde se valida la convivencia mayor a dos años entre una pareja. En Perú, solo es legal para parejas heterosexuales. Existen propuestas para validarla en parejas diversas, pero mayormente pasa al olvido y se priorizan otros temas en la agenda. Amaro nos dice que para él “resulta importante que cada cierto tiempo se mencione este debate, para visibilizar a todas las parejas y familias, como la nuestra, que existen en el Perú y son activas en la sociedad como todos los demás”.

Fernando enfatiza en otro punto importante que permite un matrimonio legal: otorga derechos. Él no comprende cómo es posible que no pueda compartir su seguro o que su esposo no pueda tomar una decisión de salud si se encuentra él imposibilitado. “No tengo los derechos que los demás sí tienen, si soy un ciudadano igual que el resto”.

“Estamos los dos juntos, nos apoyamos, somos un equipo y compartimos una familia ya sea con hijos o sin hijos”, dice Fernando. A propósito de eso, cuando le preguntamos acerca de una futura adopción, Amaro nos dice que, si casarse es complicado en Perú, mucho más difícil es adoptar. Además, “sería una permanente incertidumbre de cómo desarrollar el marco legal de su identidad si nuestra unión ni siquiera es reconocida”.

Mientras el noviazgo tiene una connotación de efímero, por otro lado, el matrimonio es una decisión permanente. Foto: Frank Andonaire.

Amaro y Fernando comprenden que es posible que los tilden de “atrevidos” por intentar algo que quizás no tenga un buen término, y son conscientes de ello. Es posible que este camino dure años, pero están dispuestos a esperar y generar continuidad. “Tomará el tiempo que tenga que tomar, con tal de sentirnos tan ciudadanos como los demás”.

Para lograrlo, han buscado guía en diferentes parejas como referentes, que ya han dado este paso y también han contactado con entidades sin fines de lucro como la ONG Presente, Sí Acepto Perú y la Asociación de Familias Homoparentales y Diversas Perú que les asesorarán en un correcto marco legal para que puedan enfrentar esta situación. Esperan de ellos su respaldo, porque no se quieren quedar en lo romántico del matrimonio.

El presidente de la ONG Presente Renato Velásquez Peláez, nos cuenta que la realidad no es tan simple como parece. «La falta del reconocimiento igualitario trae una serie de restricciones en ámbitos tan amplios como licencias por maternidad/paternidad, beneficios de seguro médico, familiares (patrimonio familiar, por ejemplo), pensiones, impuestos, sucesiones, decisiones médicas, certificados de nacimiento y defunción, normas de ética profesional, vinculación financiera, custodia de menores, entre muchos otros», declara Velásquez.

Aunque la paciencia no sea una de sus virtudes, ellos están dispuestos a emprender este camino juntos. Foto: Maya.

Amaro y Fernando ya han cumplido un primer objetivo, dar marco legal a su unión en el contexto internacional. Ahora, esperan que esta búsqueda del reconocimiento legal en Perú sea su próxima meta. Saben que tomará tiempo, pero se están asesorando lo mejor posible para reducir las negativas futuras. Sobre todo, tienen en claro, que cual sea el fin del camino, están marcando un precedente para los demás, como todos aquellos que están casados por varios años y siguen perseverantes.

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