La nueva edición del libro sobre la socialité, revela íntimos detalles sobre su relación con Mario Vargas Llosa, sus otros amores, rupturas y polémicas
Por Redacción COSAS
Isabel Preysler, una de las figuras más destacadas del panorama social en España, siempre ha estado rodeada de las personalidades más influyentes del país. Con una historia sentimental repleta de nombres importantes, su relación con Mario Vargas Llosa fue sin duda una de las más comentadas y mediáticas de los últimos años. Recientemente, la biografía de la socialité, Reina de corazones, escrita por Paloma Barrientos, da reveladores detalles sobre su vida con el escritor.
La relación entre Preysler y Vargas Llosa duró más de ocho años, un romance que cautivó a los medios y a la opinión pública desde el principio. Ambos, figuras muy conocidas en sus respectivos mundos, se convirtieron en la pareja favorita de los medios. Tras su ruptura, inició una ola de especulaciones que ninguna de las partes se preocupó en aclarar.
Aunque su separación se produjo hace ya algún tiempo, las repercusiones continúan siendo tema de conversación, especialmente por la magnitud de las figuras involucradas. Los medios no han dejado de investigar los detalles más íntimos sobre el final de esta mediática pareja, creando un ambiente de especulación constante. Por ejemplo, Jaime Bayly compartió con sus seguidores que ambos terminaron porque cuando el premio Nobel se contagió de coronavirus, el apoyo de su novia fue casi nulo.
La generosidad desconocida de Mario Vargas Llosa
Uno de los aspectos más reveladores del nuevo libro abarca la cuestión económica. Durante años, se rumoró que Isabel Preysler vivía con ciertas restricciones financieras mientras mantenía una relación con el reconocido escritor. Sin embargo, la periodista Paloma Barrientos, quien siguió de cerca la vida de Preysler para redactar su biografía, desmintió estas afirmaciones.
Barrientos aseguró que, lejos de ser tacaño, Mario Vargas Llosa contribuía generosamente al estilo de vida de ambos. “Se ha comentado también por informaciones, que no se si las pasaba directamente Isabel o se filtraban, que ella poco menos que vivía a cuchillo y mantel. No. Daba mucho dinero, y además es algo normal para mantener esa casa [la mansión Villa Meona]. Según contaba Federico [Jiménez Losantos, amigo del escritor], podía ser de alrededor de 80.000 euros al mes“.
Esta cifra, que en su conversión a dólares llegaría a casi 90,000 dólares, sin duda es impactante y pone en evidencia que el novelista peruano no escatimaba en gastos para asegurar la comodidad de su entonces pareja.
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