El reconocido actor mexicano falleció en 1993 en Ciudad de México, dejando un gran legado en la cultura e identidad mexicana.

Por Redacción COSAS

Este domingo 20 de abril se cumplen 32 años del fallecimiento de Mario Moreno “Cantinflas”, uno de los íconos más entrañables de la cultura mexicana y una figura clave del cine en español.

Cantinflas no fue solo un comediante, fue un fenómeno cultural. Nacido el 12 de agosto de 1911 en Ciudad de México, Mario Moreno Reyes creó un personaje humilde, astuto y desbordante de humanidad que supo conectar con el corazón de la población mexicana. Con su lenguaje enredado pero agudo —tan singular que dio origen al verbo «cantinflear»—, se convirtió en un símbolo de identidad cultural en México y en toda Hispanoamérica.

Cantinflas recibió su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1980.

El recorrido de Cantinflas 

Durante la primera década de su carrera cinematográfica, Mario Moreno sentó las bases de una trayectoria imparable. En 1946 firmó contratos con la empresa estadounidense Columbia Pictures, abriendo su camino hacia el mercado internacional. Asimismo, en las décadas de 1940 y 1950 alcanzó tal prestigio que lo llevó a convertirse en representante de la Asociación Nacional de Actores, consolidando su influencia no solo en la pantalla, sino también en los espacios de representación gremial.

A lo largo de su carrera, se desempeñó como actor, productor, escritor y cantante. Filmó un total de 55 películas: 20 a color y 35 en blanco y negro. Entre ellas, destacan clásicos como «Ahí está el detalle» (1940), «El bolero de Raquel» (1957), «El padrecito» (1964) y «El barrendero» (1981). Su mayor éxito internacional llegó en 1956, con «La vuelta al mundo en 80 días», una producción de Hollywood que le valió un Premio Globo de Oro por su interpretación.

Una causa social

Sin embargo, Cantinflas no solo vivía en la pantalla. Detrás del personaje, Mario Moreno fue un activo defensor de las causas sociales. Participó en sindicatos de actores, apoyó numerosas obras benéficas —especialmente dirigidas a la infancia— y nunca dejó de usar su fama para visibilizar las desigualdades.

El 20 de abril de 1993, falleció en su ciudad natal a los 81 años, víctima de un infarto provocado por el cáncer de pulmón que padecía. Su despedida fue masiva, pues miles de personas salieron a las calles para rendirle homenaje. Desde entonces, su legado sigue vivo en homenajes, documentales, estatuas, exposiciones y en el Premio Mario Moreno Cantinflas, que reconoce a artistas con compromiso social.

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