La artista peruana Macarena Rojas Osterling ha construido una vida entre trazos, donde su maternidad, lo doméstico y la disciplina de la arquitectura han jugado un rol determinante. Ha publicado “Draughtswoman”, libro que reúne los dibujos que marcaron su trayectoria a modo de memoria visual. Hoy, instalada nuevamente en el Perú, detalla para COSAS cómo se prepara para su primera muestra individual en Nueva York, donde incorporará el modelado en vidrio como parte de su práctica artística.

Por: Mery Jiménez Heredia | Fotografía: Mid Meza

Macarena Rojas Osterling no recuerda un momento de su vida en el que el arte no haya sido parte de ella. Sin embargo, cuando llegó la hora de escoger una carrera, tuvo que ceder: “Mi mamá no me dejó estudiar ninguna de las cosas que le propuse. Ni Arte, ni Fotografía, entonces propuse Arquitectura, y lo aceptó. Se lo agradezco en el alma, porque la formación que me dio tener una carrera formal marcó un cambio total para mí”.

Macarena Rojas

A los 24 años, Macarena dio un giro radical que la llevó de las aulas de Arquitectura al mundo del arte.

Con los años, entre clases de Cálculo, Topografía y Física, abandonó la carrera y viajó a Nueva York, donde se volcó hacia la Fotografía a través de una maestría en el International Center of Photography Museum. “Tenía 24 años, y no fue una decisión que me costó tomar, simplemente lo decidí porque me empezó a ir bien y me quedé ahí”, sostiene.

Al apreciar el arte de Macarena, resalta en primer lugar la cantidad de trazos milimétricamente calculados que dan paso a formas estructuradas y libres a la par, similares, tal vez, a un universo perfectamente calibrado que se concibe en la cabeza de la artista.

–¿Por qué elegiste el dibujo y las líneas como medio de expresión?
No fue una decisión consciente. Mientras estaba estudiando Fotografía, empecé a dibujar y lo hice como sabía, que era como cuando hacía Arquitectura, y por eso se me quedó como que la tinta y las reglas, y me atrajeron mucho todos los estilógrafos que había en las tiendas de arte, y fue así… salió del inconsciente.

Macarena Rojas

La maternidad y la vida doméstica tienen un rol determinante en su obra, que produce desde un estudio creado en su casa.

En su obra también se puede encontrar palabras, color, formas geométricas y espacios neutros que rompen la estructura, pero no se escapan de un equilibrio visual. Para estas creaciones, su etapa de maternidad y la vida doméstica han jugado un papel determinante.

“Por muchos momentos, he producido desde mi casa. De hecho, en este momento no tengo un estudio más que el estudio que he creado en mi casa. Por lo tanto, mis hijos son parte del proceso, me visitan, me comentan, se sientan, pintan; entonces, digamos que calzo en ese espectro de artistas mujeres en el espacio doméstico, porque es lo que me toca en este momento de la vida”.

También ha expresado su amor por el mar mediante su producción fotográfica, que trata de imprimir, por ejemplo, la sensación de las olas reventando. De hecho, confiesa que ha hecho fotos de todos los espacios costeros que ha visitado, y pronto incorporará las formas oceánicas en su arte.

Macarena Rojas

Su obra está llena de formas geométricas, palabras y trazos milimétricamente calculados.

“Yo considero el mar como un espacio de meditación, de calma, que me permite reconectar, sobre todo con el mar frío y bravo de Perú. Creo que alimenta mucho mi práctica, pero desde un lugar paralelo”.

–¿Quiénes han sido tus mayores influencias fuera del arte, en tu vida personal?
Son mi mamá y mi abuela. Ambas me parecen supervalientes y apasionadas. Creo que tienen mucha autenticidad en seguir sus sueños, en trazarse objetivos, en ser curiosas. No van por el mundo con ideas de la edad, con ideas fijas sobre nada, y me han enseñado a ser superindependiente y valiente como mujer, lo cual es maravilloso y a la vez riesgoso. Las admiro muchísimo, y creo que ellas han marcado un poco mi manera de ser y existir.

Una manera de ser que ha construido pequeños rituales al momento de empezar a dibujar. “Me gusta sentarme con el escritorio lo más ordenado posible, siempre tener un café y agua al lado, y música. A veces escucho noticias”. En este punto, destaca la importancia de romper la monotonía de su cabeza a través de caminatas o visitar personas, ya que “ese es el tema de la vida del artista, que muchas veces estás solo en tu estudio”, reflexiona.

Multifacética

Macarena también ha publicado un libro junto con la curadora londinense Jennifer Ellis, llamado “Draughtswoman”. “Es como una suerte de recopilación de mis dibujos más importantes, a los que les tengo más afecto o los que han sido más exhibidos. Ahí invito a gente a que escriba, y entre esas personas escribió un gran amigo mío, arquitecto peruano, que se llama Max Moya. Lo que me llevó a hacerlo, finalmente, era tener una recopilación fotográfica de mis dibujos, que me demandan tantas horas y son tan ingratos, porque se los lleva alguien y ya no los tengo; quería tener eso”.

Macarena Rojas

Expresarse a través de líneas fue para la artista una decisión natural, ya que aprendió a dibujar durante sus estudios de Arquitectura.

Otra de sus facetas es la de coleccionista, específicamente, de obras pertenecientes a artistas emergentes, y es una gran amante de la cultura. Esto se refleja en el apoyo que brindó para la muestra permanente que Perú tiene en el British Museum, junto con su madre y hermana. “Fue una propuesta de Cecilia Pardo, la curadora que estuvo a cargo de la muestra. Nos pareció una bonita oportunidad, porque este museo tiene millones de visitantes al año. Es una exposición que invita a mucha gente a interesarse por el Perú y la diversidad que puede tener”.

Hoy, tras varios años en Londres, Macarena Rojas Osterling ha regresado a vivir al Perú. ¿Cómo se siente estar de vuelta?, le pregunto. “Bien, quería regresar y criar a mis hijos en mi país. Me parece superimportante tener arraigo a algún lugar, y como expatriado nunca lo tienes”, responde.

Macarena Rojas

Macarena publicó en Londres su libro “Draughtswoman”, una memoria visual de sus dibujos más importantes.

Con entusiasmo, comparte sus planes: “Estoy con muchas ganas de gestionar una muestra en la que pueda promover a otros artistas; es algo que me he estado planteando y que quiero hacer pronto. Y un sueño que quiero cumplir es tener algún tipo de ejercicio arquitectónico, así que estoy buscando colaborar con algún arquitecto para sacar adelante un proyecto”.

Sobre la diferencia con el Reino Unido, señala que en el Perú falta inversión para impulsar el arte: “Eso explica por qué los museos privados tienen más éxito que los públicos. Hay más interés desde el sector privado. Creo que no está en las prioridades del gobierno invertir tanto en arte y cultura. Si no hay fondos, no hay manera de lograrlo, ¿no?”.

Fiel a su curiosidad, Macarena está experimentando con vidrio para una muestra que presentará el próximo año: “Es mi primera exposición personal en Nueva York, y estoy proponiendo un nuevo medio dentro de mi práctica, que se vincula a los dibujos”. Prefiere guardar la sorpresa, añade con una sonrisa: “Por el momento, estoy muy enfocada en la muestra que tengo. Ya se sabrá más adelante”.

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