Quizás Chiara Roggero no pensó que su declaración en contra de las sorpresas de cumpleaños causaría el revuelo que logró en redes sociales. Quizás nadie lo había pensado demasiado, pero ¿por qué el niño que asiste a una fiesta debe recibir un regalo si no es su cumpleaños? “No entiendo por qué, además de gastar toda la plata que te gastas en la fiesta, tienes que comprar sorpresas para todos los niños. Ellos no deberían recibir un regalo”, dice con sutil indignación.
Su post fue compartido por miles de personas. “Escribo lo que observo”, añade. “Y sí, puede sonar bastante soberbio, porque, al final, ¿a quién le importa lo que piensa Chiara Roggero?”.
El origen de “Lo que pienso de”, su primer libro, estuvo en las elecciones pasadas. Chiara escribía en su cuenta personal de Facebook lo que pensaba de Keiko Fujimori, de Julio Guzmán, de Alfredo Barnechea, de Anel Townsend… Y las reacciones eran diversas, no exentas de polémica. “Siempre me ha gustado estar en esa línea; generar incomodidad”, señala.
Algunos de esos posts figuran en el libro, pero comenta que el 80% son inéditos. “Los del libro tienen una dosis mucho más personal. En Facebook, no cuento cosas de mi vida. En el libro, sí. Eso es, quizás, lo que más nervios me da”. ¿Hay un afán en ellos de ser provocador? “No creo que sea el objetivo del libro, pero sí, en esta ciudad que es tan calculadora en sus comentarios, donde nadie quiere quedar mal con nadie, me despojo un poco de ese miedo y de esa presión de querer quedar bien con todo el mundo y me entrego a escribir lo que pienso. A unos les gustará, y a otros, no”.
Por otro lado, para la publicista, somos una sociedad de muchos contrastes y humor. Pero sucede algo curioso. “Somos graciosos, pero no nos reímos de nosotros mismos. Yo en el libro lo hago. Porque eso te permite decir lo que quieras. Te muestras vulnerable. Si digo que tengo las tetas caídas, ya puedo hablar de la regia de cuadraditos que odio”.
El libro está agrupado en sesenta y nueve entradas –Chiara no sabe si llamarlos temas, pensamientos o comentarios–, sin ningún orden establecido. El número es sugerente, pero ausente de connotaciones sexuales.
Sus opiniones, hasta el momento, han sido recibidas con bastante tolerancia por sus conocidos, amigos y contactos de Facebook… Aunque eso mismo ratifica la consabida hipocresía limeña. “De repente, a muchos de mis amigos les parecía una porquería lo que escribía, pero justamente por esa estructura nadie se atrevía a decirme nada”, dice Chiara. “Ese es un gran defecto del peruano. Yo siempre he dicho lo que pienso. Me ha traído problemas, pero creo que más éxito que problemas. Me gustan las personas que dicen lo que piensan. Este libro está dedicado a ellas”.
Por Stefano De Marzo
Foto de Maricé Castañeda