Tiene 49 años, pero se ve mejor que nunca. Nicole Kidman llega radiante a nuestra entrevista, en el Hotel Four Seasons de Beverly Hills, para conversar sobre su vida, su carrera y su última película Lion, que ha sido nominada en seis categorías de los Oscar 2017 incluyendo la de Mejor Película y Mejor Actriz de Reparto, donde ella participa. Inspirada en una historia real, la cinta muestra la vida de Saroo, un niño paquistaní que a los cinco años se queda dormido en un tren y que, al despertar, descubre que su familia está a cientos de kilómetros de distancia. Saroo termina en un orfanato y luego es adoptado por un matrimonio australiano. Nicole interpreta magistralmente a Sue, la madre adoptiva que ayuda a Saroo, ya adulto, a encontrar a su verdadera madre. Dev Patel y Rooney Mara también forman parte del elenco del filme dirigido por Garth Davis.

“Veo el reflejo de quien soy en mi esposo. Él me hace sentir que me ama por lo que soy”, afirma la actriz sobre su pareja, el cantante Keith Urban.

La vida de la actriz ha dado un vuelco total en estos últimos años. En 2006, se casó con el cantante de música country Keith Urban, australiano, igual que ella. La pareja, que divide su tiempo entre Sidney y Nashville, tiene dos hijas, Sunday Rose y Faith Margaret, esta última nacida vía vientre de alquiler. Nicole tiene, además, dos hijos adoptivos con su célebre exesposo Tom Cruise: Isabella y Connor, a los que no ve con la frecuencia que quisiera, porque siguen muy unidos a su padre y la Cienciología.

Mientras Nicole ha rearmado su vida después de su muy publicitado divorcio de Cruise, el actor no ha tenido tanta suerte. Su carrera es solo la sombra de lo que fue en la década del noventa, y sufrió una gran humillación cuando su tercera esposa, Katie Holmes, lo abandonó por su devoción a la Cienciología.

Nicole, ganadora de tres Globos de Oro a Mejor Actriz –por To Die For (1995), Moulin Rouge! (2001) y The Hours (2002)–, y un Oscar, también por The Hours, es considerada una de las actrices más talentosas y versátiles de su generación. 

En “Lion”, de Garth Davis, Kidman comparte elenco con Dev Patel, recordado por su papel en “Slumdog Millionaire” (2008).

¿Te sorprendió que la de Lion fuera una historia real?

No sabía que era verdadera, y cuando leí el guion realmente me emocioné. Además, no había encarnado a una australiana en mucho tiempo. Mi personaje, Sue, es muy parecida a muchas de las amigas de mi mamá; fue una manera de conectarme una vez más con mi país. Cuando acepté rodar Lion, mi papá aún estaba vivo –falleció el 12 de setiembre de 2014, a los ochenta años– y uno de los motivos por los que quise hacer la película fue para estar junto a mis padres. Ocurrieron muchas cosas (la actriz se entristece pensando en la muerte de su padre)… Pero aun así estuvo bien, porque mi mamá se encontró sola de un momento a otro y estuve ahí, con mis hijas, para acompañarla.

Aparte de tus hijas con Keith, eres madre adoptiva de dos hijos con Tom Cruise. ¿Pensaste en ellos al filmar esta cinta?

Totalmente, sobre todo por el mensaje de esta película, que muestra que es posible tener dos madres, como ocurre con Saroo, y por la idea del amor incondicional. Todos asumen que la madre adoptiva se sentirá amenazada por la madre biológica, y por eso me emocioné tanto cuando mi personaje le dice a su hijo: “Será fabuloso cuando tu madre te vea y se dé cuenta de lo hermoso que eres”. Para mí, es importante que mis hijos sepan que los apoyaré si algún día deciden buscar a su madre biológica. Mi amor por ellos es incondicional.

Además de estar en la disputa por un Oscar, la actriz fue nominada a un Globo de Oro como Mejor Actriz de Reparto por su interpretación en “Lion”.

Después de diez años de estar casada con Keith, ¿qué has aprendido del matrimonio?

Hoy no podría hacer nada sin mi esposo. Nuestra unión es tan fuerte, tan potente, enriquecedora y sanadora, que somos dos y no uno. Cada vez que ocurre algo bueno, digo: “Esto es nuestro”, y viceversa. Aún me asombra pensar que logramos encontrarnos el uno al otro. Tengo mucha suerte de tenerlo a mi lado; Keith es mi roca.

¿A veces tu familia preferiría que no trabajaras tanto?

¡Por supuesto! Hace poco tenía pensado llevar a Broadway una obra que había presentado en Londres. Tuvimos una reunión familiar y las niñas me pidieron que no la hiciera, así que no la haré. Cuando dicen que sí y me acompañan, quieren llevar también a sus gatos, lo que es un problema. En esta ocasión, no querían pasar cuatro meses en Nueva York y las entendí. Para nosotros, la familia es lo primero.

Por Yenny Nun

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