Aidualc Galliani solo necesita dos cosas para comenzar a crear: energía y música. Cuando sabe que va a dibujar, esculpir o pintar, toma un buen desayuno y hace meditación al empezar el día. “No me gusta eso de levantarme pero sentirme dormida. Yo necesito soltar mi cuerpo y tener bastantes energías para trabajar bien”, explica. Casi toda la sala de su casa se ha convertido en su taller, donde la música tampoco puede faltar: hindú, rock, indie, folk y funk/soul.
Desde pequeña supo que seguiría una carrera ligada al arte. Tal vez fue porque esta la rondó desde antes que naciera. Su nombre, Aidualc, fue primero un seudónimo que utilizó su papá, el conocido actor de televisión Sergio Galliani, en un concurso de poesía. El motivo: era el nombre de su mamá escrito al revés. Si bien, ella y su hermana melliza Airam –el segundo nombre de la mamá es María– vienen de una familia artística, tienen gustos diferentes. “Ella es actriz y siempre le ha gustado el baile. Yo me inclino más por la parte creativa, por trabajar detrás del telón”, cuenta.
Sin embargo, al terminar el colegio estudió Diseño de Modas y, junto a su hermana, creó la marca de ropa My Way, que le serviría de mucho más adelante. Pero Aidualc quería expresarse y transmitir sensaciones, así que ingresó a la Escuela de Arte Corriente Alterna para seguir la carrera de Artes Visuales. Actualmente, le falta un año y medio para egresar y, a pesar de que se encuentra en una exploración profunda para definir el enfoque de su obra, ya comenzó a abrirse camino en la escena cultural de Lima.
Además de su trabajo artístico, participará en tres obras teatrales este año, pero no como actriz sino como directora de arte. Experiencia no le falta. En 2014 fue estilista de vestuario en la obra Sobre:vivir, de Arturo Huapaya; en el 2015 lo fue de Espacios vacíos, de Franco Iza, donde actuó también Enrique Victoria; y fue directora de arte en Autos, obra que se estrenó en marzo del año pasado.
El arte no es lo único que ocupa sus días. Hace dos años, a través de un curso para interpretar mandalas que llevó su madre, conoció la meditación. “Ella comenzó a leer más sobre la meditación y yo también empecé a investigar. Hasta me metí en otros cursos para entender cómo utilizarla en mi vida”, agrega. Y le funcionó. Ahora siente que ha encontrado la serenidad que necesitaba. Tanto así que se volvió vegetariana y pronto abrirá un espacio de meditación voluntaria. “Lo hago más que nada para que la gente lo intente y lo vea como algo divertido. La vida es para celebrarla y la meditación te hace celebrarla mejor”, finaliza.
Fotos: Gonzalo Miñano
Estilismo: Sara Vílchez
Maquillaje y peinado: Olga Sonco
Producción: Paola Gianino y Carolina Erazo
Asistente de fotografía: Giuseppe Cambiaso
Agradecimientos: H&M, Forever 21 y Adidas
Publicado originalmente en COSAS 610