Todavía está con jet lag. Lleva un par de semanas en Madrid y le cuesta acostumbrarse al horario. Es domingo por la noche, invierno, llueve afuera. El lobby del hotel Wellington tiene la iluminación tenue de los hoteles de lujo. Cuando estoy a punto de hundirme en la butaca, aparece ella a paso rápido, sonriente. Es aún más guapa en persona, y viste de manera sencilla, con jeans, una chompa negra y zapatillas. El pelo rubio y largo, recogido en un moño. Sin maquillaje parece aún más joven.

Hasta ahora, el único antecedente de Stephanie en el cine era haber prestado su voz para la cinta animada “Piratas en el Callao” (2005).

Stephanie Cayo me da dos besos, nos acomodamos y ella pide un té de manzanilla para los dos. Se sirve con parsimonia, dedicándole toda su atención. Luego agarra una galletita y la muerde delicadamente. Una vez que se aleja el mozo, le pregunto por el proyecto que le ha traído a España, la nueva película de Daniel Monzón.

–Estoy fascinada –cuenta, mientras me mira fijamente con sus ojos enormes. Habla en voz baja, con un suave dejo colombiano. La sensación es bastante desconcertante–. Voy a trabajar con Luis Tosar y Rodrigo de la Serna, que me encantan, y un gran elenco de actores españoles y extranjeros. Hace dos semanas que terminé de filmar El Comandante (serie colombiana sobre Hugo Chávez, producida por Sony, que se emite en TNT). Estuve una semana en casa, en Los Ángeles, y vine directa para acá. Luego me voy a Lima unos días, para ver a la familia.

Stephanie cumplirá 29 años el próximo 8 de abril. Aunque se encuentra en Madrid por el rodaje de “Yucatán”, ella vive en Los Ángeles.

Stephanie viaja poco a Lima, pero extraña la ciudad; sobre todo, la Costa Verde y la comida. Suele ver a su familia en viajes fuera del Perú que organiza para reunirse con su madre y sus hermanos Bárbara, Fiorella y Mario (más conocido como Macs).

–Soy una gitana; tengo un corazón gitano. Siempre he estado con las maletas en la puerta y sabiendo que estoy de paso. Estoy donde estén los buenos proyectos. Hace muchos años que no paso un mes en un solo lugar. Si me quedo mucho tiempo en un sitio, me siento muy rara –exclama, mientras suelta una carcajada.

–Cuéntame de la película…

–No te puedo hablar de la trama, me lo pidió Daniel –dice, a la vez que sonríe y se encoge de hombros–. Es mi primera película. Nunca he hecho cine, solo hice la voz de una peli de dibujos hace muchos años (se refiere a Piratas en el Callao). He tenido muchos acercamientos, pero nunca se ha dado, porque los guiones que me ofrecían no me gustaban o no me sentía lista todavía. Ahora siento que no tengo dudas ni miedos. Me he estado preparando para este momento, estoy lista y muerta de ganas.

Siempre que su agenda se lo permite, la actriz viaja con su madre y sus tres hermanos.

–Y ¿qué es lo que más te atrajo del papel?

Mi personaje canta y baila, figúrate. Es perfecto… Qué divertido, ¿no? Daniel es muy reconocido, soy fan de su trabajo y de él; desde la primera vez que hice la audición me pareció fantástico –el “fantástico” le sale con acento español–. Además, estoy fascinada con España. No sé si serán especialmente “majos” conmigo o es así siempre –ríe–… ¡Me siento muy a gusto! –Esta frase la dice con marcado acento colombiano–. Me dan ganas de quedarme.

–Se te ve feliz.

–Ay, sí. Me da miedo estar tan feliz… En serio, me da temor sentir tanta felicidad. Siento que mi sueño se ha hecho realidad.

En 2016, Stephanie lanzó el single “Let Me Go”, con el músico Bravvo y el cantante Sebastián Llosa; la canción superó las tres millones de reproducciones Spotify.

–Tuviste la oportunidad de asistir a la entrega de los más recientes Premios Goya. ¿Qué te pareció la experiencia?

–La pase increíble. Estuve con mi amiga Paz Vega, con quien trabajé en México, y con su esposo. Fuimos a la fiesta de Paco León (cineasta y actor español). Por cierto, vi su película (Kiki, el amor se hace) y me pareció fantástica… Y estuve con otros amigos actores. También conocí a mucha gente nueva. En Yucatán trabajan muchos ganadores del Goya. Luis (Tosar), Daniel, el director de sonido… Es una mega producción, en todo sentido.

TRAS LOS PASOS DE CHÁVEZ

Hace solo tres semanas que Stephanie terminó el rodaje de la primera temporada de El Comandante”. En un principio, fue a Colombia para rodar por tres meses, pero al final se quedó bastante tiempo más.

–Mónica Zavaleta es una periodista peruana que llega a Caracas motivada, en parte, por el primer golpe de estado en el país –cuenta sobre su personaje en la serie, mientras da otro sorbo a su té–. Tiene un novio venezolano y decide quedarse para investigar a Chávez. Al final, se termina quedando por él, porque quiere investigar a fondo lo que pasa en la sociedad venezolana, esta polarización que comienza a darse a raíz del régimen. Es un personaje bastante neutro, dentro de todo. Vamos a ver cómo se desarrolla la historia.

Por José María López de Letona
Fotos de Sergi Jasanada

LEE LA ENTREVISTA COMPLETA EN LA EDICIÓN IMPRESA DE COSAS 611.