Considerada como una de las actrices más talentosas de su generación –para muchos, la más talentosa de todas–, Cate Blanchett se ha distinguido por su capacidad para brillar en los roles más diversos. No importa si es una socialité caída en desgracia en “Blue Jasmine” –la película de Woody Allen de 2013 por la que ganó su segundo Oscar–; la reina Elizabeth I, un papel que interpretó dos veces, o la mítica Katherine Hepburn en “El aviador”, que le valió un Oscar a Mejor Actriz de Reparto y un Globo de Oro; cada personaje es una nueva oportunidad para asombrarse ante su rango dramático y su ‘starquality’, una virtud indefinible que la hace totalmente irresistible en la pantalla.
En 2015, la actriz protagonizó dos películas atractivas, “Truth”, sobre el caso periodístico que acabó con la carrera de Dan Rather, el distinguido hombre ancla de CBS; y “Carol”, la historia de un romance entre dos mujeres en los años cincuenta, que fue la película que más nominaciones acaparó en los últimos Globos de Oro,y que también le ha valido a Blanchett una nueva nominación al Oscar en su carrera.
¿Cuál fue la inspiración para “Carol”?
La película está basada en la novela de Patricia Highsmith titulada “El precio de la sal”, y que posteriormente cambió su nombre a “Carol”. Highsmith publicó esta novela casi autobiográfica en 1951, lo que fue muy revolucionario para su época, aunque en el mundo actual, con la legalización del matrimonio igualitario, esto parezca ahora muy normal. La historia gira en torno al romance entre dos mujeres; fue también la primera novela sobre lesbianas en la que ninguna de ellas termina suicidándose. El libro fue tan revolucionario que Patricia Highsmith lo firmó con el seudónimo de Claire Morgan, y solo en 1977 reconoció ser la autora.
¿Cómo describirías a Carol Aird, tu personaje?
Como una mujer emocionalmente congelada, una persona profundamente privada, no solo en su sexualidad, sino también en lo que se refiere a su vida emocional. A raíz de su inclinación sexual debe entrar en una subcultura en la que no calza.
¿Crees que el amor es una especie de obsesión?
Creo que existen muchos tipos de amor, y que mientras más tiempo se esté en una relación, más oportunidades hay de sentirlos todos. Creo que el amor es por un lado generoso, y por el otro, egoísta.
¿Cómo ha cambiado para ti el amor con el paso de los años?
Es una pregunta bastante profunda. Siento que tuve mucha suerte de conocer a mi alma gemela, y de que esto ocurriera en el momento en que sucedió. Sé que mi marido siente lo mismo. Cuando nos conocimos, los dos saltamos de felicidad; estábamos en la mejor etapa de la vida para continuarla juntos. Creo que lo que ha mantenido nuestra relación en tan buenas condiciones es que ambos tenemos el interés del otro como prioridad, nos complementamos en vez de competir. Nuestra relación está siempre cambiando, pero algo se mantiene: un sentimiento de respeto y deternura. También permanece nuestro sentido del humor. Cada vez que me hace reír siento que me estoy enamorando otra vez.
¿Qué otras cosas los unen?
Creo que ambos colaboramos para convertirnos en mejores personas, apoyamos nuestras pasiones e intereses. Amamos lo que hacemos, pero no es lo más importante: lo principal es el respeto mutuo.
¿Crees que vivir en Australia y no cerca de Hollywood hace más fácil la relación entre ustedes?
Estoy segura de que el número de divorcios en mi país es similar al de Estados Unidos. Aunque recuerdo que una de las primeras veces que Andrew y yo viajamos a este país, íbamos manejando por la carretera y nos encontramos con un afiche que decía 1-800-DIVORCE, y comentamos: “Ojalá nunca llamemos a ese número”. Afortunadamente aún no lo hemos hecho.
Teniendo tres hijos, ¿por qué decidieron, además, adoptar una niña?
Bueno, un hijo vino después del otro y decidimos que era el turno de una mujercita. Siempre tuvimos en mente una adopción. Hay varios años de diferencia entre mi hijo mayor y Edith, y es emocionante ver cómo la han aceptado. Son hermanos extraordinarios, y yo, una mamá muy orgullosa.
¿Has logrado un equilibrio entre familia y carrera?
No lo he logrado. Es un descalabro, pero un descalabro maravilloso.
¿Cómo se aseguran tu marido y tú de que tus hijos tengan buenos valores?
Lo que tratamos de inculcarles –y quizás no lo logremos, ya veremos en el futuro–, es que aprendan a pensar por sí mismos. A veces es difícil, sobre todo en el caso del mayor, que ya es adolescente y rechaza todo lo que le dices. Es parte del crecimiento. Tratamos de que entiendan la historia, que la amen, para que así tengan un marco de referencia con lo que ocurre hoy en el mundo.
Por Yenny Nun