Se conocieron en Canadá hace tan solo siete meses. El príncipe Harry de Inglaterra había viajado a Toronto para presentar su proyecto Invictus Games, una competencia de carácter deportivo para personas con capacidades especiales. Los rumores señalan que para el menor de los hijos de Carlos y Diana fue un amor a primera vista, y no solo por el atractivo y exótico físico de esta mujer de treinta y cinco años, mitad holandesa-irlandesa, mitad afroamericana; lo que se cree es que fueron las ideas y batallas de Meghan Markle las que terminaron por enamorar al “rebelde” de la realeza británica.
Ella, que interpreta a Rachel Zane en la exitosa serie de abogados “Suits”, tiene una amplia experiencia en diversas ONG e instituciones, y no teme reivindicar públicamente todas sus luchas sociales. Es embajadora de la ONG World Vision, presentó ante la ONU la campaña HeforShe, al ser miembro del programa de igualdad de género y empoderamiento de mujeres, y también ha viajado a países que viven situaciones de pobreza extrema, como Ruanda, a donde llegó para apoyar un programa de desarrollo de agua potable. El mismo interés mostró en la India, donde aprendió sobre las dificultades que tienen las niñas que son marginadas por distintos motivos en sus comunidades.
Cada paso que da es comentado en todos los medios de comunicación y en las redes sociales, donde sus seguidores, obviamente, han aumentado hasta alcanzar cifras que nunca imaginó: en su cuenta oficial de Instagram es seguida por más de un millón y medio de personas. Todas estas características tienen al irreverente Harry como nunca antes se le había visto: enamoradísimo.
La presentación
Harry, como todo Windsor, se ha preocupado de mantener a raya a la prensa. Pidió a los medios que dejaran tranquila a su novia y a su familia, ya que incluso la madre de Meghan fue acosada en las afueras de su residencia. Sin embargo, no ha logrado escapar de los flashes y rumores que sus mismos allegados han salido a aclarar o confirmar, como el que cuenta que presentó a Meghan a su círculo de amistades durante un viaje que realizaron juntos a Jamaica, al matrimonio de uno de los grandes amigos del príncipe, Tom Inskip.
Se esperaba que, después del romántico viaje, aparecieran juntos en alguna actividad junto a la Familia Real, pero ella volvió a Canadá. Harry, en cambio, asistió a una ceremonia por un nuevo memorial en honor a los soldados caídos en Irak y Afganistán. Ahí, nuevamente, apareció muy feliz. No obstante, la presentación que todo británico espera es la que deberá hacer Harry frente a su abuela, la reina Isabel II, aunque los rumores hablan de que ella ya ha dicho que quiere que su nieto siente cabeza y que Meghan sería una excelente mujer para hacerlo.
Sobre las preferencias de Carlos, los propios amigos de su hijo menor se han encargado de decir que son muchas las ocasiones en que Meghan se aloja en Kensington y, según el “Daily Star”, el romance ya tiene luz verde por parte del primero en la línea de sucesión al trono.
Anillo recordatorio
La expectativa por el encuentro entre la reina y Meghan llega acompañada de fuertes rumores acerca de una posible petición de matrimonio que podría concretarse durante el verano europeo. La figura de Diana de Gales, madre del príncipe fallecida trágicamente hace justo veinte años, estaría presente en ese momento de una manera especial, porque, según ha trascendido, Harry habría pedido transformar en anillo de compromiso la tiara que tantas veces usó Lady Di. Quizás, el próximo 31 de agosto, día de un nuevo aniversario de la muerte de su madre, sea la fecha en que Harry le proponga matrimonio a Meghan. Así, uniría a las dos mujeres que más quiere.
Una boda semirreal
Si bien los rumores de una futura boda real son solo eso, rumores, lo cierto es que la unión que sí está confirmada es la de Pippa Middleton y James Matthews. Es cierto que la hermana de Kate no es parte de la Familia Real, pero casi.
La revista “People” ha anunciado que el matrimonio tendrá lugar en mayo de este año y que Kate no será la dama de honor de su hermana, pese a que, para compensar esa suerte de desplante, leerá unas líneas para felicitar a los novios. Eso sí, el príncipe George y la princesa Charlotte, hijos de Kate y William, sí tendrían un rol estelar en la boda: serían los pajes de la ceremonia.
Por Bernardita Cruz
Publicado originalmente en la versión impresa de Cosas 616