Esta semana cumplió años uno de los actores más infravalorados de la actualidad. Aunque apareció en conocidos fracasos como Daredevil y Alejandro Magno, Colin Farrell ha tenido también la oportunidad de mostrar su valía en muchas otras películas. Pero el público a veces es injusto. Peor si a eso le sumamos que se trata de una persona que en apariencia es huraña y que durante mucho tiempo fue más relacionada con los escándalos que con el cine. Por eso preparamos una lista para destacar lo mejor de este intérprete nacido en Irlanda hace ya 41 años y que es uno de los protagonistas de The Beguiled, película que le valió el premio a Mejor Director a Sofia Coppola en el Festival de Cannes.

Seven Psycopahts

Esta es la segunda colaboración del irlandés con Martin McDonagh, un talentoso e importante dramaturgo convertido en un talentoso (y ya reconocido) guionista y director de cine. En este filme, cuyo elenco de lujo también tiene a figuras como Sam Rockwell y Christopher Walken, tiene como protagonista a Farrell en la piel de un escritor en busca del guion de una próxima película. Esta búsqueda terminará enredada en una trama llena de muertes, secuestros y delirios. Una película con personalidad que para muchos pasó desapercibida.

Phone Booth

Cuando los teléfonos públicos aún tenían protagonismo en las calles, apareció esta película. Una de estas cabinas recibe una llamada, y un hombre que aparentemente, al azar, pasaba por ahí, la contesta. Ahí se desata todo. El sujeto, interpretado por un eficiente Colin Farrell, comienza a recibir órdenes de un perverso francotirador que nunca aparece en escena. La película es de 2002, un año antes que el actor apareciera en la infame versión cinematográfica de Daredevil.

Minority Report

También en 2002 (un detalle: solo tenía 26 años) formó parte del elenco de esta película de Steven Spielberg. No tuvo a su cargo el personaje central, responsabilidad que cayó en manos de Tom Cruise, pero se desempeñó como un excelente antagonista. Apoyado en un buen guion, creó un personaje que, aunque iba detrás del protagonista, podía generar empatía con el público. Un trabajo bien hecho.