Hace unas semanas fue el Día de la Madre y Stella del Carmen Banderas posteó en su cuenta de Instagram –@stellabanderasgriffith– una foto de su mamá, Melanie Griffith, durmiendo junto a un león llamado Neil cuando ella tenía apenas trece años. “Happy Mother’s Day tomy wild mama”, escribió. Hasta ahora Stella no ha dado ningún signo de querer seguir la huella hollywoodense de Melanie, de su papá, Antonio Banderas, su hermana Dakota Johnson –hija de Don Johnson– o su abuela materna, Tippi Hedren, una de las emblemáticas rubias de Hitchcock, estrella de Los pájaros y Marnie.
Stella –que de niña aparecía algo tímida en la alfombra roja o en entrevistas junto a sus padres– ha privilegiado sus intereses académicos. Por eso ingresó a la Universidad del Sur de California, donde actualmente cursa estudios generales, una opción que tomó tras vivir un tiempo en Nueva York. Aunque la prensa la considera una it girl –sumándola a la camada de hijas de famosos, como Lily-Rose Depp o Talita von Fürstenberg–, Stella lleva la vida de cualquier ‘millennial’ estadounidense: se viste con apretados pantalones negros y blusas escocesas y tiene debilidad por la ropa vintage. En su caso hay solo un detalle que la hace ir por sobre la media de sus compañeras, y es que nunca le falta una cartera de alguna marca de lujo sin logo, como Céline o Bottega Veneta. Stella es muy cercana a su madre, con la que a veces es fotografiada de compras en Los Ángeles o Nueva York.
Con su padre también tiene una muy buena relación, y ambos comparten a menudo su cariño en forma digital, como ocurrió tras el “pequeño susto” cardiaco que el actor sufrió a fines de enero pasado. Stella viajó de inmediato a la casa de su padre en la campiña inglesa, donde Banderas vive con su nueva novia, Nicole Kimpel. Para dejar testimonio de la visita, el español publicó en su cuenta de Instagram una foto abrazado con su hija paseando por Guildford, capital del condado de Surrey. En 2015, cuando el actor recibió el Goya de Honor, pidió perdón a su hija por no pasar tanto tiempo con ella como hubiera querido. “Es la que más ha sufrido por mi pasión por el cine”, dijo, mientras sostenía el galardón.
Herencia de fama
Por el lado materno, el linaje de Stella del Carmen comenzó desde el momento en que Alfred Hitchcock se fijó en su abuela, Tippi Hedren, mientras la veía en un comercial de televisión. Corrían los primeros años de la década del sesenta cuando la atractiva rubia encantó al “maestro del suspenso” con su belleza y obtuvo el papel protagónico en el filme Los pájaros (1963).
Con el tiempo, y tras la publicación de su autobiografía “Tippi: A memoir”, se supo que su experiencia en el emblemático filme había sido traumática y repugnante. Tippi se sintió acosada sexualmente por el director, y durante el rodaje tuvo que soportar su sadismo y su lado más brutal y controlador. Para entonces, la actriz tenía treinta y tres años y ya estaba separada de su primer marido, Peter Griffith, padre de Melanie, su única hija.
Por su parte, el primer esposo de Melanie fue el cubano Steven Bauer, con quien tuvo a su hijo Alexander. Un año después de separarse de él, llegó su salto a la fama con Working Girl (1988), la famosa comedia dirigida por Mike Nichols en la que aparece junto a Sigourney Weaver y Harrison Ford. Por entonces, la actriz retomó una relación que había tenido con Don Johnson, y en 1989 nació la hija de ambos, Dakota, hoy famosa protagonista de la saga Cincuenta sombras de Grey.
Por Francisca Olivares
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