COSAS viajó a Colombia para conocer los estudios de grabación de “Narcos” y conversar con los protagonistas de la tercera temporada de la serie. Durante este encuentro, Damián Alcázar nos habló de su postura respecto a la legalización de las drogas, mientras que Pedro Pascal reveló detalles de su acercamiento con el agente Peña en la vida real. ¿Qué nos depara el universo de “Narcos” sin Pablo Escobar?
Por Vania Dale Alvarado // Fotos cortesía de Netflix
Con el sugerente juego de palabras “The blow must go on” –en alusión al nombre coloquial que recibe la cocaína en inglés–, Narcos anunciaba su tercera temporada con un teaser de menos de treinta segundos en el que la figura de Pablo Escobar se iba transformando en la de Gilberto Rodríguez Orejuela, líder del cártel de Cali, a quien el galardonado actor mexicano Damián Alcázar da vida. “En México, el narco tiene otra nomenclatura, debido a las circunstancias: es un país mucho más grande, con muchísima más gente y, por lo mismo, con muchísimos más pobres. La mitad es desierto y los campesinos de ciertas zonas no tienen absolutamente nada. Nada. Por lo tanto, la gente tiene que moverse. Y ya ese señor gringo quiere poner un muro, y yo no sé qué va a ocurrir…”, nos dice Damián Alcázar, reflexivo, en un pequeño salón de un hotel de Bogotá. “Allí existe el narco, ni modo de ocultarlo”, continúa. “En esos lugares con tanta carencia, si el Estado no se hace cargo, evidentemente, los de allí mismo u otras personas se harán cargo de alguna manera. Se sabe que Pablo (Escobar) hizo muchas cosas maravillosas para su barrio, por su gente. Si lo hubieran dejado continuar así, no habría matado a nadie”, opina, consciente de lo polémico del asunto. “Desde ahí comienza la violencia fuerte en Latinoamérica contra los ciudadanos que no se ajustan a las reglas del poder y –aunque suene viejo el lenguaje– del gran capital. Aquí los que mandan son los que tienen la plata y punto. Esos manejan todo. Y ¡ay! de quien quiera salirse, ya sea por medio de las drogas o por medio de una ideología que atenta contra ese estatus”.
¿Cómo va a competir el personaje de Gilberto Rodríguez Orejuela con el extraño carisma de Escobar, que siempre fue más cercano al pueblo, más campechano? ¿Con qué aspectos de la personalidad de Gilberto va a empatizar la audiencia?
No puede competir con Escobar, son personajes totalmente diferentes. Estos hombres de Cali se hacían llamar a sí mismos “hombres de negocios” y evitaban la violencia. Cuando entran en guerra con Escobar es justamente porque hay un asesinato que Pablo quiere cometer y ellos se niegan, entonces comienza una guerra terrible. Y, bueno, de hecho se quieren quitar a Pablo de encima porque así se quedan con Miami. Por eso nada más entran en una guerra fratricida en Colombia. De otra manera, habrían sido hombres de negocios, como los hay muchísimos, que están incluso metidos en los gobiernos.
PEDRO PASCAL
“Agente Peña, ¿cuánto sabe sobre el cártel de Cali?”. Esta pregunta fue la encargada de poner punto final a la segunda temporada de Narcos y, a su vez, de evidenciar el inicio de una nueva historia. Aunque sin su compañero, el agente Murphy, Javier Peña –interpretado por el actor de origen chileno Pedro Pascal– lidera nuevamente una investigación de alto calibre que busca desmantelar el imperio de los hermanos Rodríguez Orejuela y el cártel de Cali, en un mundo sin Pablo Escobar, pero con mucha droga.
“El show siempre se ha llamado ‘Narcos’, y se trata de una serie histórica más que de una serie acerca de un personaje en específico. Sería un poco ingenuo no reconocer cómo el mundo del tráfico de drogas se expande mucho más allá de la leyenda de Pablo Escobar”, dice Pedro Pascal. “Inevitablemente, hay gente que está muy pegada con Wagner (Moura) como actor –lo cual es totalmente comprensible, porque es maravilloso– y con esa clase particular de rey de la cocaína, pero el mundo del tráfico de drogas es global, y las historias, desafortunadamente, son interminables”.
¿Crees que el hecho de que Peña no estuviera presente el día en que Escobar fue capturado provocó que quisiera volver a capturar a más “chicos malos”?
Estoy seguro de eso. Aunque estuve muy tímido a la hora de preguntarle al verdadero agente Peña lo que significó para él no haber estado ahí, estoy seguro de que ese hecho se convirtió en un peso con el que tuvo que cargar… ¡Cómo podría ser de otra forma! Peña estuvo en Colombia años antes de que Murphy llegara, y estaba realmente involucrado en la investigación. Creo que él llevó consigo ese peso a diferentes asignaciones posteriores, porque no se retiró hasta enero de 2014.
Lee la nota completa en la más reciente edición de COSAS 624