Hija de Ronald Davis, ex-CEO de Perrier para Estados Unidos, trabajó como editora en Vogue, manteniendo la relación entre los diseñadores y la revista bajo la supervisión de Anna Wintour, pero se retiró tras comprometerse con el multimillonario heredero colombiano Andrés Santo Domingo. Esta es Lauren Santo Domingo, la socialité por excelencia.

Por Manuel Santelices   

Últimamente, Lauren ha adquirido una nueva faceta: abierta opositora al presidente Trump y su gobierno.

La semana pasada, Lauren Santo Domingo, según muchos, la mujer más poderosa de la nueva sociedad internacional, abrió las puertas de su magnífica casa en el 7° arrondissement parisino para ofrecer un coctel al diseñador Peter Dundas, quien presentó ahí una minicolección bajo su nombre.

Fue una velada típicamente LSD –la socialité es familiarmente conocida solo por sus iniciales–, con una fabulosa pero casual elegancia, una lista de invitados restringidísima y una atmósfera tremendamente chic. Georgia May Jagger modeló la colección frente a Carine Roitfeld, Fabiola Beracasa, Hamish Bowles, Stefano Tonchi, Sofía Sánchez de Betak y Bianca Brandolini d’Adda, una de las mejores amigas de Lauren. El champagne corrió tan abundante como el Sena.

Alexa Chung, Mario Testino y Lauren Santo Domingo.

Pero no todo fue diversión, por supuesto, considerando que la Santo Domingo –quien, como cualquier mariposa social que se respete a sí misma por estos días, es también empresaria– venderá los diseños de Dundas en su exitoso sitio Moda Operandi, el lugar donde, con la billetera adecuada, es posible adquirir prendas directamente de la pasarela con una temporada de adelanto, carteras Birkin vintage o vestidos de couture.

A diferencia de legendarias y recordadas reinas sociales de Nueva York, como Nan Kempner, Pat Buckley o Brooke Astor, con las que ha sido comparada más de una vez, Lauren nunca ha ocultado su interés en una carrera, aunque, obviamente, jamás ha necesitado hacer nada que pase más allá de elegir el anillo adecuado o visitar al peluquero tres veces por semana para mantener ese perfecto tono rubio.

En París, en enero de 2015, con Anna Wintour, su mentora, y Dasha Zhukova, una de sus amigas más cercanas.

Entre sus mejores amigas están Bianca Brandolini, Eugenie Niarchos y Dasha Zhukova, la coleccionista de arte. En su círculo también se encuentran Derek Blasberg, Diane von Fürstenberg y Barry Diller, y Marie-Chantal y Pablo de Grecia. Además, es tía política de Tatiana Santo Domingo y, por lo tanto, está unida a los Casiraghi.

Por lo mismo, quizá no sea una sorpresa que se describa a sí misma como “liberal de limusina” –como hizo hace un tiempo en las páginas del Financial Times–, una mujer obsesionada por los hábitos de los supermillonarios. “Estudié Historia, y lo que realmente me atrajo fue la historia cultural y social de lugares como Versalles, la Rusia zarista, o la antigua Roma, las eras más decadentes. Alguien podría decir que siempre me he especializado en lujo y me he sentido fascinada por lo decadente y la decadencia”, afirmó.