La reina consorte de España celebró su cumpleaños en privado, aún dolida por los atentados yihadistas producidos en Barcelona. La experiodista maravilla al mundo por su estilo y belleza, pero no es ajena a los problemas sociales que aquejan a España y al mundo entero, como lo demostró cuando vino al Perú, en calidad de princesa de Asturias, en 2010. Repasamos su actualidad y la cariñosa relación que tiene con nuestro país.

Letizia Ortiz Rocasolano –la ex periodista de TVE que nació en un hospital de Oviedo e hizo sus estudios escolares en un colegio público– ha cumplido cuarenta y cinco años. Un aniversario que ahora como reina consorte de España –título que posee desde el 19 de junio de 2014– celebró de manera discreta, respetando el sentimiento nacional provocado por el violento atentado yihadista en Las Ramblas de Barcelona el 17 de agosto pasado. Esa tragedia enlutó al país.

El rey Felipe VI se hizo rápidamente presente, pero Letizia llegó un día después, lo que le significó algunas críticas por la tardanza, incluyendo una muy ácida del periodista Jaime Peñafiel, considerado por algunos como una de las voces más respetables al momento de hablar de realeza, que en su momento también reclamó porque Felipe VI había elegido como esposa a una divorciada.

La boda real entre el entonces príncipe de Asturias Felipe de Borbón y Letizia Ortiz se celebró en la Catedral de la Almudena de Madrid el 22 de mayo de 2004, ante más de 1200 invitados.

Esta es una dualidad que ha acompañado a Letizia desde el comienzo de su vida pública: el respeto y la solemnidad que mereció como princesa de Asturias primero, y que ahora conserva como reina, y la infinita curiosidad del público y la prensa por su guardarropa, sus joyas, sus peinados y, sobre todo, su constantemente renovada cara, que pasó de tener una nariz aguileña a una bastante respingada y a lucir un cutis que, hablando con toda honestidad, parece cada día más joven y radiante.

Sus detractores, más que aplaudirla por ello, consideran que tanto esteticismo afecta su naturalidad. Otros solo quieren saber quiénes son su cirujano y dermatólogo, porque es evidente que tienen un talento impresionante. Cada vez que las revistas o programas televisivos de la prensa rosa dan algún nombre, rápidamente es invalidado a través de comunicados de prensa de los doctores aludidos.

Un papel delicado 

Letizia y Felipe cargan a sus dos hijas, acompañados por el resto de la familia real, donde destaca Iñaki Urdangarin (detrás de Juan Carlos de Borbón), quien fue juzgado por el llamado caso Nóos.

Más allá de quién la critique y quién no, está claro que el papel como reina consorte –que es institucional y no constitucional– es delicado, algo que Letizia trabaja con el perfeccionismo que la caracteriza. A las actividades a las que acude sola, les otorga un toque de seriedad, de mujer profesional que habla un fluido inglés (aunque con el clásico acento español) y algo de francés. Con sus dos hijas, Leonor, de once años, y Sofía, de diez, es bastante estricta, especialmente con la alimentación, pues insiste en que esta sea lo más sana y natural posible, como le gusta a ella. También es fanática de la práctica del yoga Iyengar.

La reina es intransigente con la prensa que habla de su vida personal. Un buen ejemplo de esa actitud quedó revelada a través de un WhatsApp filtrado donde decía que el suplemento LOC del diario El Mundo le parecía “una mierda”.

Letizia estudió Ciencias de la Información y trabajó en medios como TVE, CNN y la agencia EFE.

La historia de amor

Cabe recordar que Letizia y Felipe de Borbón están juntos desde 2003, lo cual supuso una suerte de shock para la opinión pública española, ya que la relación era relativamente desconocida. Un año después, se casaron. La vida de Letizia cambiaría por completo en 2014, cuando se convirtió en la reina consorte, tras la abdicación de Juan Carlos I y la proclamación de Felipe VI como nuevo rey de España.

Hoy forma parte del grupo de reinas europeas junto a Matilde de Bélgica y Máxima de Holanda, quienes, como ella, no formaban parte de la realeza antes de contraer matrimonio. En estos tres años de reinado, Letizia ha desarrollado una amplia actividad pública, como acompañante del rey, pero también con su agenda particular, con especial dedicación a sectores como la salud y la enseñanza. Además, sigue muy de cerca la educación de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.

La reina tiene una atareada, agenda pública, pero siempre se da tiempo para visitar y ocuparse de los menos favorecidos.

El cumpleaños más discreto 

Desde que es reina, este es el primer cumpleaños en el que no tiene una actividad oficial, por lo que podríamos asumir que lo recibió más como una ciudadana que como el personaje público que es. El año pasado, la orquesta del Teatro Real, dirigida por el italiano Renato Palumbo, le cantó el Cumpleaños feliz acompañada por el público en el entreacto del estreno de la ópera Otello. Dicho evento estuvo presidido por los reyes.

En 2015, recibió su cumpleaños en Washington, más precisamente en la Casa Blanca, donde Michelle Obama, la entonces primera dama de Estados Unidos, la felicitó expresamente durante el té que le ofreció en sus dependencias oficiales. En su primer año como reina, en 2014, estuvo acompañada de parlamentarios y periodistas en el Senado, donde presidió, por primera vez, por su cuenta, el acto de entrega del Premio Luis Carandell de Periodismo Parlamentario. Letizia incluso llegó a bromear sobre la “fiesta de cumpleaños” que le había organizado la Cámara Alta.

Letizia estuvo casada con el profesor Alonso Guerrero antes de unirse en segundas nupcias con Felipe de Borbón.

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